De-compras-al-museo

¿Cuántas veces has comprado en la tienda de un museo? Si has estado de viaje y has visitado un museo dentro de la ruta turística programada, es posible que hayas comprado algún objeto como recuerdo, ya sea:

  • La guía del museo.
  • Un puzle.
  • Un lápiz.
  • Un recortable.
  • Una taza.
  • Una camiseta.

Cada vez es más común que las tiendas se encuentren justo en medio del recorrido de una exposición temporal o al final de la misma, para que adquiramos casi a modo de souvenir (sin excluir siquiera los libros) un objeto de recuerdo para revivir la experiencia cuando llegamos a casa. No ocurre exactamente lo mismo si visitamos el Victoria & Albert Museum de Londres.

El Victoria & Albert Museum de Londres es el museo de artes decorativas más importante del mundo. En él podemos encontrar más de 4 millones de piezas de alto valor procedentes de todo el mundo: desde cerámica de Sèvres hasta una guitarra de Pete Townshend (guitarrista de The Who). Pero lo que es menos conocido es su excelente tienda, y no lo digo sólo por los libros, ya que la mayoría de los museos pueden tener una buena colección de ejemplares, sino por la calidad de los objetos de recuerdo que puedes llevar a casa y, sobre todo, por la intención con que se venden.

No pretendo aquí vender nada, ni fomentar las compras superfluas, todo lo contrario, mi idea es poner en valor la acertada política de retail que lleva a cabo la tienda del museo V&A. Explicaré por qué a continuación:

Estudiantes dibujando en el Museo

Durante cuatro meses estuve viviendo en Londres y prácticamente todos los días asistía a uno de los muchos museos gratuitos que se pueden visitar en la ciudad. Unos días iba al British Museum, otros al Museum of London, otros a la Tate (Britain y Modern) y como no, al Victoria & Albert.

javieralbelova

Consultando el plano en el Museo Victoria & Albert Museum.

Cuando visitaba el V&A llamaba poderosamente mi atención ver a grupos de estudiantes frente a piezas de forja, cerámicas o tejidos, sosteniendo un lápiz y un cuaderno en la mano. A veces, incluso me encontraba con estudiantes de artes aplicadas sentados en el suelo del museo, absortos en la contemplación de un herraje o una talla de madera mientras trataban de dibujar tan fantásticos y bellos objetos.

En Inglaterra, parece que entienden que el aprendizaje no se circunscribe exclusivamente al ámbito académico sino que consideran que el museo es una institución indispensable para la adquisición de conocimientos y habilidades muy útiles para el estudiante.

El Victoria and Albert Museum es prueba de ello, ya que permite y fomenta que los escolares acudan al museo a copiar los diseños de los objetos que allí se presentan al público

Si desde el principio, la creación de este museo tuvo la intención de fomentar el desarrollo de las artes decorativas en el Reino Unido y demostrar el poderío industrial de este país frente a otras potencias europeas, parece que hoy en día, al menos con respecto a lo primero, pretende seguir siendo un referente como lugar de inspiración para nuevos diseñadores. De hecho, esto se lleva hasta sus últimas consecuencias cuando acudimos a la tienda del museo.

La tienda del V&A

La tienda del V&A como cualquier otra tienda de museo tiene objetos que no merece la pena comprar o que están pensados exclusivamente para aumentar los ingresos de la compañía que explota ese espacio o para el propio museo en el caso de que sea el propietario de la misma. Sin embargo, encontramos también reproducciones de piezas que se exponen en el interior del museo y que, no destacando como objetos de arte exclusivos, sí presentan un diseño atractivo, singular o distintivo de un periodo histórico concreto.

Esos objetos sin pretensiones elevadas pero útiles para la vida cotidiana sirven a los estudiantes de diseño para inspirarse y crear nuevos objetos a partir de ellos

Las personas que lo adquieren con esa finalidad tienen una ventaja y es que pueden tocarlos.

¿Cuándo puedes tocar un objeto en un museo? Nunca, ni siquiera en el V&A.

(*) Actualización: con iniciativas como Arqueotáctil hemos tratado de paliar este problema.

Y más aún:

¿Cuántas veces puedes usar un objeto en un museo? Jamás, ni en el mejor de los sueños un usuario de un museo podría usar, por ejemplo, la cubertería de los Borbones expuesta en el Palacio Real de Madrid.

Sin embargo, el poder comprar una jarra de metal como la que ilustra este mismo artículo, permite conocer de primera mano en qué recipiente se bebía en una época determinada, cómo era su diseño, si se podría mejorar, si era cómodo, si el material afectaba al sabor de los líquidos vertidos en el interior, etc., etc.

En conclusión

Pensémoslo:

  • ¿Se trata sólo de un souvenir?
  • ¿O quizás sea una forma de superar las barreras que impone un museo?

Yo no suelo comprar nada en un museo, no creo en el museo como un lugar de consumo más, pero sí como un lugar de educación y quizás en este caso particular y, sin que sirva de precedente, haya merecido la pena adquirir la pieza.

(*) Imágenes de elaboración propia: Javier Albelo. Miniatura: Nick.Garrod. Creative Commons License.