Conversation Piece Juan Muñoz

Juan Muñoz, Conversation Piece, 1999. (*)

La obra de Juan Muñoz se ha estructurado sobre una dialéctica entre atención e indiferencia. En espacios pictóricos y reales, poblados o vacíos, contrapone posiciones aparentemente contradictorias:

  • Una tentativa de hacerse pública pero de permanecer en la intimidad.
  • Una propuesta de acceso y una prohibición de la entrada.
  • La representación de acciones invisibles.

Dualidad de Contrarios: a través de una secuencia de paisajes interiores, Juan Muñoz construye un silencioso drama de inclusión y exclusión, de presencias y ausencias. Su obra tiene un profundo carácter de reflexión introspectiva expresando la falta de comunicación y la desubicación de la sociedad contemporánea.

Aquí o allí no importa debemos estar quietos y seguir moviéndonos entrando a otra intensidad…En mi fin está mi comienzo

Técnica

Concede una gran importancia a los acabados, las texturas y la localización espacial de las piezas. Sus figuras (prototipos o realizadas en serie) son monocromáticas, en gris plomo o color cera. Buscan la universalidad pero esa ausencia de rasgos individuales nos cuestiona y, tal vez, hasta nos incomoda.

Recepción

  • ¿Cómo se comunican las obras con el espectador?
  • ¿Cuál es la condición de la obra contemplada y cuál la del contemplador?
  • ¿Cómo se aproxima a la obra el espectador y cómo se dirige al espectador la obra?

Juan Muñoz siente interés por la dinámica de la atracción y del engaño, de la ocultación y de la revelación, por las falsas apariencias. La obra invita a la participación y ala vez se muestra indiferente hacia el espectador.

En palabras del comisario James Lingwood:

Para perfeccionar la ficción, la obra no debería limitarse a desatender al espectador, sino que debería negar su misma asistencia… El enmudecido monólogo de la obra crea las condiciones para que pueda darse el silencioso diálogo que constituye su recepción

Interacción del espectador con la obra

No nos limitamos a observar a un enano, al muñeco de un ventrílocuo, una fila de tambores silenciados o figuras sentadas en las esquinas. Estamos en la habitación, entre ellos. El límite que separa al espectador del objeto ha sido transgredido. Pero la proximidad física no trae consigo una mayor cercanía sino que, por el contrario, marca una mayor distancia. El estar dentro de la obra crea un fuerte sentimiento de separación.

No hay diálogo entre obra y espacio

Las figuras no muestran una interacción con el espacio que las rodea, sino que se muestran ensimismadas. Parecen imágenes congeladas, fotogramas de un movimiento detenido, alegorías de una conversación. Su forma de suplantar lo vivo resulta perturbadora.

Sensación de vacío y ausencia de sonido

Existe siempre el sentimiento de que alguien o algo se ha ido: balcones vacíos, pasamanos que no conducen a ninguna parte, habitaciones deshabitadas, pasillos silenciosos y lo más singular: la ausencia de sonidos.

Hay una dimensión fugaz en gran parte de la obra de Juan Muñoz. En muchos de sus conjuntos escultóricos más importantes es como si el sonido hubiera desaparecido por arte de magia.

Nos encontramos con muñecos de ventrílocuo sin ventrílocuos, escenarios sin intérpretes, instrumentos musicales sin sonido, monólogos sordos y conversaciones sin palabras. La promesa de oír estas esculturas nos atrae. Su silencio nos atrapa.

Temas

Sus esculturas tienen un fuerte carácter narrativo. Que la escultura se atreva a ser narrativa después del minimalismo es lo que más llama la atención. Por eso, su lenguaje ha sido visto como una figura aislada respecto a las tendencias de la escultura internacional de los años ochenta y noventa, que aún se resistían a la figuración.

Como el propio artista afirma:

Nunca me interesó el minimalismo, siempre me sentí más cercano a un Merz, un Anselmo o un Kounellis que a un Judd, un André, un Morris o un Barry. Sin embargo, Borromini creó una unidad conceptual diferente que yo suscribo, más que el reduccionismo del proyecto minimalista

Historias visuales

Estas narraciones tienen un fuerte componente visual. Por eso muchas de las piezas de Juan Muñoz llevan títulos como Lo vi en Bolonia o Many Times (Muchas Veces). Son momentos fugaces, momentos visuales en que algo ha captado nuestra atención o nos impacta.

Historias sugeridas

No son relatos exhaustivos, se trata tan sólo de una imagen, pero también de relatar esta imagen. El narrador en cierto modo se contiene, fundamentalmente para no hacer aburrida la narración. Esto era lo que Juan Muñoz reprochaba a la pintura surrealista: “Si encuentro la pintura surrealista aburrida es porque siempre te imponen la historia”.

El Espectador completa la obra

Esto nos habla del procedimiento narrativo buscado por el artista: se trata de sugerir pero no de imponer historias. El observador proyecta el dramatismo sobre las figuras, el artista no escribe realmente la obra, crea la escenografía para que la imaginación pueda desarrollarse.

(*) Imagen de Portada: Wendy North. Creative Commons License.