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El pasado 8 de octubre el Museo Thyssen-Bornemisza conmemoró su 20º Aniversario con la inauguración de la exposición Gauguin y el viaje a lo exótico, con la asistencia del presidente de la Comunidad, Ignacio González, y la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, junto a los Reyes de España y a Carmen Cervera. En CROMA Comisarios Culturales queremos recordar cómo se formó este magnífico Museo y su gran significación en el panorama artístico internacional.

A mediados de los años ochenta, el barón Thyssen -consciente de su madurez avanzada y de las futuras pretensiones de sus hijos de convertir la colección heredada en jugoso dinero- comenzó a pensar en la forma de preservar unida la colección, apostando por su instalación integral en algún lugar apropiado. Y el destino quiso que ese lugar fuera España. La inestimable colaboración de la aristócrata española Tita Cervera –casada con el barón desde 1985-, el éxito de las exposiciones temporales celebradas en Madrid –Maestros Modernos en 1986 y Maestros Antiguos en 1987-, la magnífica oferta del Estado español y la estabilidad que le proporcionaba la monarquía al barón, fueron los elementos más importantes en esta decisión. El 8 de octubre de 1992 se inauguraba el Museo Thyssen-Bornemisza en el Palacio de Villahermosa de Madrid.

Repartida entre el Museo Thyssen de Madrid, la sección del MNAC en Barcelona y la galería de Villa Favorita en Suiza, es una de las colecciones más reconocidas en el panorama artístico internacional y que…

“…ha venido a llenar un hueco esencial en los museos europeos, haciendo de la Colección Thyssen-Bornemisza un referente ineludible para todos aquellos interesados en el arte norteamericano contemporáneo”[1]

Pero no sólo eso, sino que también ha venido a rellenar grandes lagunas en los museos públicos españoles:

  • Pintura holandesa y alemana del XVII.
  • Impresionismo y postimpresionismo.
  • Paisajismo americano del XIX.
  • Primeras vanguardias.
  • Expresionismo alemán.
  • Constructivismo ruso.
  • Neoplasticismo holandés.
  • Pop art.
  • Etc.

Esto ha contribuido al progresivo cambio de la imagen museística de nuestro país, asentada tradicionalmente en la mente de los extranjeros: en España no sólo se puede ver arte antiguo, sin también arte moderno y contemporáneo de gran entidad y calidad.

Por otra parte, el Museo Thyssen-Bornemisza ha completado el maravilloso “Paseo del Arte” madrileño, formado principalmente por el Museo del Prado, el Museo Reina Sofía y el propio Museo Thyssen, conjunto denominado como “el Triángulo del Arte”. Se trata de una perfecta combinación de pintura antigua, moderna y contemporánea de la que muy pocas ciudades del mundo pueden presumir, y que han situado a Madrid como una de las mecas del arte a nivel internacional. Pero dentro de esta excelente complementariedad, encontramos dentro del propio Museo Thyssen un genial microcosmos que recorre la historia de la pintura a través de sí mismo, en el cual:

“…conviven los primitivos maestros del siglo XIII con la obra de artistas hoy en plena actividad creativa…, mostrados como eslabones de una cadena ininterrumpida de arte, unidas por la ligazón de un particular gusto moderno.”[2]

Referencias:

[1] ARIAS SERRANO, L., “El coleccionismo entendido como un acto de creación: la colección Thyssen-Bornemisza”, revista de arte GOYA, nº 291, noviembre-diciembre 2002, pp. 357-378.

[2] ZUGAZA, M., “Continuidad histórica”, Descubrir el Arte, nº 44, octubre 2002, p. 23.

(*) Imagen de Portada: Turismomadrid. Flickr Commons, Creative Commons License.