Arcimboldo, Emperador Rodolfo II como Vertumno, 1590, Colección particular.

Arcimboldo, Emperador Rodolfo II como Vertumno, 1590, Colección particular.

El concepto de maniera se tomó de la literatura de costumbres y había sido originariamente una cualidad del comportamiento humano. Aquella maniera significaba poseer un saber hacer, es decir, una habilidad natural que no implicase ningún esfuerzo, pero que se desarrollara con refinamiento.

Fue el historiador Luigi Lanzi en 1792 quien acuñó el término que hoy se utiliza, es decir, Manierismo. El origen está en esa palabra italiana maniera, que era un atributo posible y, en general, deseable de las obras de arte. De hecho, En 1550 Vasari la enumeraba entre las cualidades que hacían del arte del siglo XVI superior al del siglo XV.

A la hora de considerar las tendencias artísticas del siglo XVI susceptibles de ser calificadas como manieristas, es lógico exigir que estén embebidas de maniera, por lo tanto, habría que rechazar aquellas obras en las que fuera evidente la tensión, la brutalidad, la violencia y la pasión manifiesta.

De hecho, se requería:

  • Equilibrio.
  • Refinamiento.
  • Sofisticación.

Es decir, obras de arte pulidas y sutiles, fruto de una idealización de lo natural.

No obstante, el término Manierismo lleva normalmente a una confusión, porque existe una tendencia a verlo como si se tratara de un movimiento de vanguardia, es decir, dotado de una dirección consciente y que reacciona contra el momento inmediatamente anterior. Por este motivo no debe entenderse el Manierismo como un movimiento homogéneo sino que es preciso atender a las particularidades y matizaciones que cada autor le confiere a sus propias obras.

Contexto geográfico

El Manierismo fue un estilo esencialmente italiano, y siempre que lo encontramos fuera de Italia representa la adopción de modelos italianos. El estilo nació en Roma hacia 1520, se propagó por el centro de la península y el valle del Po y se consolidó en extensas regiones en torno a la década de los treinta. En pintura y escultura este proceso alcanza su mayor impulso en la Roma de los años que median entre 1520 y el catastrófico Saco de 1527.

Con Rafael muerto y Miguel Ángel en Florencia, la situación en Roma quedó en manos de un grupo de jóvenes artistas de gran talento. La precipitada evolución del Manierismo depende de este accidente histórico que motivó la concentración de mentes brillantes en un mismo lugar. Todos compartían los mismos patronos, encargos y hasta los grabadores, por eso es muy difícil separar las aportaciones individuales de la espesa red de influencias recíprocas.

El Manierismo no era un arte exclusivamente cortesano. En realidad se trataba de un arte para entendidos, lo que ocurre es que, normalmente, los primeros coincidían con los segundos. De hecho, los centros cortesanos se transformaron en núcleos artísticos tan importantes como Roma y Florencia, tal es el caso de las ciudades de Mantua, Fontainebleau, Munich o Praga.

¿Por qué surgió el Manierismo?

La_Trinidad_(El_Greco,_1577-1579)

El Greco, La Trinidad, 1577-79, Santo Domingo de Silos, Toledo. (*)

El Manierismo no nació como una reacción contra el Alto Renacimiento sino como prolongación lógica de algunas de sus tendencias y realizaciones. Se ha discutido mucho sobre las causas que condujeron al surgimiento del Manierismo. Las polémicas se han centrado principalmente en torno a los factores históricos que pudieron haber determinado la evolución de este estilo, lo cual suele llevar a terrenos muy alejados del proceso de la creación artística.

Se ha sugerido que la invasión de Italia, el Saco de Roma y el consiguiente colapso económico provocaron un clima de crisis cultural e intelectual especialmente favorable al Manierismo, pasando por alto el hecho de que condiciones políticas y económicas similares no han tenido consecuencias artísticas comparables en otros lugares o épocas. De hecho, es muy difícil determinar hasta qué punto los acontecimientos políticos, militares y económicos afectan directamente a los estilos artísticos.

Otras explicaciones del Manierismo se formulan en términos religiosos y sociológicos, entendiendo que probablemente las condiciones del cambio están, en mayor medida, relacionadas con el contexto artístico, las convicciones estéticas del entorno del artista y las condiciones del patronazgo.

Normalmente se acepta que el Manierismo está profundamente influido por los movimientos literarios del momento. Es indiscutible que Miguel Ángel y Rafael mantuvieron estrechas relaciones con las principales figuras literarias, por lo que resulta razonable suponer que el devenir de un arte influyese en los demás por una transferencia de ideas.

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El Greco, Tríptico de Módena, 1567, Galería Estense.

Además, en cuanto a las circunstancias de las artes visuales mismas, observamos una variación del patronazgo que es síntoma de una nueva concepción de la obra de arte. En torno a 1520 las obras artísticas se encargaban únicamente por expreso deseo de los clientes de tener, por ejemplo, un Miguel Ángel, es decir, un ejemplar único de su arte sin importar la temática de la obra, el tamaño o el medio artístico empleado. Esta nueva tendencia dio como resultado un cambio en la función de la obra de arte, disminuyendo el carácter devocional y aumentando lo autosuficiencia de la obra. De hecho, es en este momento cuando nace la obra de arte creada para ocupar un lugar en una galería.

¿Cuáles son las características del estilo manierista?

En este periodo existía la conciencia de un gusto más refinado y se consideraba que las obras del momento eran un perfeccionamiento de las creadas en torno a 1500. Sin embargo, el Manierismo es un estilo vulnerable. Todas las convicciones en que se basa son fácilmente reversibles, como la idea de que la complejidad y el capricho son bellos, que el virtuosismo es algo a cultivar o que el arte debe ser ostentosamente artificioso.

  • Virtuosismo:

La obra de arte es la realización perdurable de un virtuoso. Esta idea está en estrecha relación con la noción de dificultad. Pintores y escultores reclamaban la superioridad del arte de unos sobre otros, alegando que el más difícil era el mejor.

Se apreciaba la destreza como una virtud muy positiva que producía géneros pictóricos llenos de complejidad e inventiva, resultado de un incremento deliberado de las dificultades para que, al superarlas, la habilidad del virtuoso quedara manifiesta.

Existe una obsesión por conseguir una reacción favorable de la audiencia y el estímulo de esa reacción pasa a ser una parte importante de la función de la obra de arte.

  • Artificio:

El alejamiento de la naturaleza y la oposición entre ésta y el estilo obsesionó siempre a los críticos del Manierismo. Una de las principales críticas se debe al clasicista Bellori cuando afirmaba que “los artistas, abandonando el estudio de la naturaleza, envenenaron el arte con la maniera, o sea un ideal fantástico de la maña, no una imitación de la naturaleza” . Sin embargo, el estudio de la naturaleza era parte sustancial de las tareas de los artistas, lo que ocurre es que no se conformaban con realizar una copia exacta de la realidad sino que pensaban que la misión del arte era mejorar la naturaleza.

  • Variedad:

En las artes visuales la variedad se consideraba una cualidad esencial de la obra. Esta búsqueda exagerada de la variedad se ha relacionado con la monotonía de la vida cortesana y la consiguiente demanda de productos artísticos que produjeran sorpresa en los príncipes manieristas.

La variedad como concepto se contrapone a la unidad clásica y desemboca en el énfasis de las partes en perjuicio del todo. Pero la distinción entre la variedad manierista y la de los periodos anteriores y posteriores está en que aquélla se convierte en un ornamento que forma parte del propio estilo. Este ornamento es sinónimo de abundancia e incompatible con la abreviación, “la cual debía evitar el poeta si quería deleitar a sus lectores” .

  • Separación de forma y significado:

Se produce una disyunción entre la forma y el significado para lograr la ostentatio artis. El Manierismo agrede continuamente el concepto horaciano y aristotélico del decorum o adecuación al fin, es decir, esa proporción o correspondencia que el estilo tiene con el tema.

El Manierismo constituye en el arte religioso una doble ofensa al concepto clásico del decorum. En primer lugar, era un arte que no expresaba primordialmente el tema y, en segundo lugar, conducía a menudo a exhibiciones de desnudos y artificios que eran superfluas en un sentido funcional y contrarios a lo que debía perseguir una obra religiosa. Quizás por eso, el Manierismo se agotó en este campo mucho antes que en el arte laico y siguió otro camino después de la Contrarreforma.

  • La Forma Serpentinata:
Miguel Ángel - Genio de la Victoria, 1532-34. Palazzo Vecchio, Florencia.

Miguel Ángel – Genio de la Victoria, 1532-34. Palazzo Vecchio, Florencia.

La figura Serpetinata es uno de las formas que normalmente se asocian al arte manierista y consiste en un dibujo que recuerda a “la torcedura de una serpiente viva en movimiento, que es también la forma de una llama ondeante, una figura semejante a la letra S” .

Es una forma que evoluciona a partir del contrapposto clásico, según el cual las partes del cuerpo se disponían asimétricamente, de modo que al giro de la cabeza se oponía el de las caderas, una pierna recta sostenía el peso del cuerpo mientras que la otra quedaba libre y flexionada, pero todas las asimetrías se conciliaban en un equilibrio final. El primer artista que exageró el contrapposto fue Miguel Ángel en la escultura del Genio de la Victoria.

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(*) Imágenes: Yair Haklai y Wikimedia Commons. Creative Commons License.