Barcelona ofrece gran cantidad de espacios de interés turístico y patrimonial. Abarcar toda la oferta en una visita a la ciudad de unos pocos días es imposible, por eso a continuación recopilamos los diez sitios más relevantes que no te puedes perder si te acercas a la capital catalana.

1. La Sagrada Familia

La Sagrada Familia

Antoni Gaudí, La Sagrada Familia, Barcelona.

Obra cumbre de Gaudí y máximo exponente del Modernismo catalán, la Sagrada Familia es el monumento más famoso de Barcelona. Se trata de una gran basílica que llama la atención no solo por sus formas llenas de fantasía, sino por estar todavía en construcción.

La primera piedra de la Sagrada Familia -templo que ocupa una manzana entera del Ensanche- se colocó el año 1882. Las obras se iniciaron un año después bajo la dirección del arquitecto Francisco de Paula del Villar y Lozano, quien había proyectado un templo de estilo neogótico. A causa de la falta de entendimiento con el promotor de la obra, el librero Josep Maria Bocabella, y su arquitecto asesor, Joan Martorell, Francisco de Paula renunció a la dirección de las obras poco después de su inicio.

Es entonces cuando Gaudí, un joven de 31 años que había trabajado como ayudante tanto de Francisco de Paula como de Joan Martorell, toma las riendas del proyecto. A él se dedicará el resto de su vida, al principio en paralelo a otros trabajos, pero los últimos años de manera exclusiva: puesto que Gaudí trabajaba sobre bocetos y gran parte de las decisiones las tomaba sobre la marcha a medida que avanzaban los trabajos, su presencia a pie de obra era imprescindible.

Lo primero que hizo Gaudí nada más llegar fue modificar por completo todo lo proyectado. Diseñó un edificio totalmente diferente (a excepción de la cripta, que ya estaba construida), en el que lo más importante son las 18 altas torres que ascienden con su perfil parabólico. Cuando el edificio esté acabado, contará con cuatro torres sobre cada una de sus tres fachadas (doce torres dedicadas a los Apóstoles), dos grandes torres-cimborrio centrales dedicadas a Jesús y a la Virgen y cuatro torres más (los Evangelistas) que las rodearán. Como vemos, la simbología juega un papel muy importante en el diseño del edificio. También son de destacar las formas naturalistas que emplea, así como los arcos parabólicos, ambos elementos muy frecuentes en sus construcciones.

En vida de Gaudí tan solo se acabó la Fachada del Nacimiento. El arquitecto, consciente de que las obras se prolongarían durante décadas, decidió dejar una serie de maquetas y bocetos para que las generaciones futuras pudieran continuar las obras según el proyecto incial. Sin embargo, un incencio que asoló la cripta -espacio que Gaudí había usado como taller- durante la Guerra Civil destruyó gran parte del material. Tras el incendio se recuperaron algunos fragmentos de las maquetas, los cuales, junto a fotografías de las mismas, permitieron elevar nuevos modelos con los que proseguir las obras.

2. Hospital de Sant Pau

Hospital de Sant Pau de Barcelona

Lluís Domènech i Montaner, Hospital de la Santa Creu y Sant Pau, 1902-1930, Barcelona.

El Hospital de la Santa Creu y de Sant Pau es uno de los mayores conjuntos de arquitectura modernista catalana. Fue construido entre 1902 y 1930 según el diseño del arquitecto Lluís Domènech i Montaner y gracias a la donación hecha por el banquero Pau Gil i Serra.

El conjunto del hospital ocupa varias manzanas del Ensache, espacio en el que se extienden un total de 27 edificios. El diseño del hospital responde a las teorías higienistas y los avances tecnológicos del momento, con lo que fue uno de los hospitales más modernos de su época: se divide en una serie de pabellones aislados, conectados entre sí por túnes subterráneos y rodeados por jardines y espacios abiertos. Esto permitía separar a los pacientes por especialidades y dejar pasar la luz y el aire fresco. Además, la ornamentación de los edificios juega también un papel importante.

3. Park Güell

Parque Guell

Antoni Gaudí, Park Güell, 1900, Barcelona.

El Park Güell es el entorno perfecto para disfrutar al mismo tiempo de la arquitectura modernista y de un agradable paseo por un parque. Diseñado por Gaudí bajo el patrocinio del empresario Güell, iba a tratarse en principio de una urbanización para la burguesía barcelonesa.

En pleno momento de expansión urbanística de Barcelona y de construcción del Plan Cerdà, Güell quiso dotar a la ciudad de un parque residencial al estilo británico (de ahí su nombre en inglés). Eligió para su construcción la Montaña Pelada, un lugar elevado con vistas inmejorables al mar y a la llanura. El espacio se divió en 60 parcelas y se construyeron caminos, escaleres y pasarelas que salvaban los desniveles. Se establecieron, asimismo, estrictas normas de construcción: no edificar más de la sexta parte de la parcela, no construir en altura y no obstaculizar ni las vistas ni la iluminación de los vecinos.

El año 1900 comenzaron las obras y, aparte de los caminos y pasarelas, se elevó una gran plaza porticada, los pabellones de la entrada, la valla exterior y la escalinata principal. Sin embargo, en 1914 el proyecto fue abandonado por falta de compradores. En vida de Güell el parque, aunque todavía de su propiedad, era cedido para actos públicos; tras su muerte el Ayuntamiento lo adquirió y lo que en un principio iba a ser una urbanización se convirtió en un parque público.

4. La Pedrera

La Pedrera

Antoni Gaudí, La Casa Milà (Pedrera), 1906, Barcelona.

La Casa Milà, conocida popularmente como «La pedrera» porque su fachada de piedra recuerda a una cantera, es una de las construcciones más famosas de Gaudí.

La vivienda fue encargada en 1906 por el industrial Pere Milà i Camps y por su esposa Roser Segimon i Artells. La idea era construirse una vivienda particular, pero al mismo tiempo disponer de pisos para alquilar en la zona de mayor expansión urbanística de Barcelona en ese momento, el Ensanche. La casa quedó diseñada como dos bloques independientes, con accesos separados, pero comunicados por los patios interiores. La innovadora forma de construcción a partir de pilares permitió la creación de amplios espacios diáfanos y la apertura de numerosos vanos en la fachada. Destaca, además, el movimiento de la fachada a base de formas sinuosas y la ornamentación de carácter naturalista.

5. Casa Batlló

Casa Batllò de Barcelona

Antoni Gaudí, Casa Batlló, 1906, Barcelona.

La Casa Batlló es seguramente la obra de Gaudí más llena de elementos fantásticos y que más impresiona por su juego de formas y colores. A pesar de lo que pueda parecer, no se trata de una obra de nueva planta, sino de una remodelación de un palacio anterior que se elevaba en el número 43 del Passeig de Gràcia.

Dicho palacio, construido en 1877, fue adquirido en 1903 por Josep Batlló, un importante hombre de negocios dedicado a la industria textil. Deseando tener una casa que no se pareciera a ningua otra, encargó a Gaudí la completa remodelación del palacio. Tras una reforma integral del edificio entre 1904 y 1906, el resultado fue una casa llena de colores brillantes y de formas orgánicas. Su tejado recuerda el lomo de un dragón cubierto de escamas, lo que junto a la cruz que corona la torrecilla parece aludir a la leyenda de San Jordi, patrón de Barcelona.

6. Museo Picasso

Pablo Picasso - Arlequín, Museo Picasso de Barcelona, 1917.

Pablo Picasso, Arlequín, Museo Picasso de Barcelona, 1917.

Abierto al público en 1963, el Museo Picasso de Barcelona reúne obras de juventud del artista malagueño que nos muestran no solo su evolución en los inicios de su carrera, sino también su vinculación con la ciudad. Las 4.249 obras que componen sus fondos lo convierten en un museo de gran relevancia internacional y cita obligada para los visitantes que acuden a Barcelona.

7. MNAC

Museo Nacional de Arte de Cataluña

El Museu Nacional d’Art de Catalunya es uno de los museos más importantes de toda Cataluña. Situado en lo alto de Montjuic, en un edificio construido para la Exposición Internacional de 1929, contiene unas amplias colecciones que van desde el Románico hasta el siglo XX. Sin embargo, la parte más importante de su colección es la que corresponde al Románico, no solo por la calidad y cantidad de sus obras, sino también por la museografía con la que se exponen.

8. Santa María del Mar

Iglesia de Santa María del Mar

Iglesia de Santa María del Mar, s. XIV, Barcelona.

La iglesia de Santa María del Mar es una de las pequeñas joyas de Barcelona. Fue construida en el siglo XIV gracias a las aportaciones económicas de los comerciantes y mercaderes y al trabajo de los habitantes del barrio. Dado que todo el dinero y todo el esfuerzo provenían de los feligreses, se decidió que la iglesia pertenecería a estos exclusivamente.

El edificio, de estilo gótico catalán, destaca por su diafanidad y su ligereza. Se trata de una iglesia de tres naves, con capillas laterales y deambulatorio. Las naves laterales tienen justo la mitad de anchura que la central y, aunque más bajas que esta, práctiamente tienen la misma altura. Esto, unido a la amplia luz de los arcos formeros y los esbeltos pilares que los sustentan, dota al espacio interior de una inusual diafanidad. Los pilares son todos de sección octogonal y la cubierta es a base de bóvedas de crucería simple; la carencia de elementos decorativos da al interior un aspecto sobrio que colabora todavía más a potenciar esa sensación de amplitud.

9. Catedral de la Santa Creu y de Santa Eulàlia

Catedral de Barcelona

Catedral de la Santa Creu y de Santa Eulàlia, s. XIII-XV, Barcelona.

La Catedral de la Santa Creu y de Santa Eulàlia es un templo de estilo gótico construido entre finales del siglo XIII y mediados del siglo XV, a excepción de la fachada que, inconclusa en su momento, fue elevada a finales del siglo XIX.

Se trata de un edificio de tres naves, con crucero, deambulatorio y capillas laterales. Al igual que otras iglesias de la ciudad, responde al estilo gótico catalán, característico por la diafanidad de sus espacios interiores. Cuenta también con un claustro, cuyo jardín interior del siglo XIX le da un ambiente muy peculiar. Destacan, además, otros elementos como la cripta, el coro, la sacristía, los sepulcros reales o el órgano.

10. Ciutat Vella

Barrio Gótico de Barcelona

Calle del Barrio Gótico de Barcelona.

Pasear por el casco histórico de Barcelona es el mejor modo de disfrutar de su historia. Recorriendo las callejuelas del Raval, el Barri Gòtic y el Born es posible descubrir sus rincones llenos de encanto, así como apreciar los restos arqueológicos y los monumentos que el paso del tiempo ha ido dejando en la ciudad. Se puede ver su historia más remota a través de los restos de la ciudad romana de Barcino, su historia medieval a través de sus iglesias y palacios, y también su historia moderna.

(*) Imágenes: Daniel Stone, Börkur Sigurbjörnsson, Wojtek Gurak, Sugar, Andrea, Teresa Graus Ros, Melisa Delzio, Angela Llop, Peter Nijenhuis. Creative Commons License.