Venus del espejo
Diego Velázquez, Venus del espejo, 1647-51, National Gallery, Londres.

Hoy quería compartir contigo una reflexión que me lleva unos días rondando la cabeza. He tardado un poco en darle forma a la idea (que por otra parte no es nueva) pero creo que ya he encontrado la forma de expresarla sin que se me malinterprete.

No es otra que ésta: el arte es un espejo.

El arte como ventana

En el Renacimiento se consideraba que el lienzo era una ventana al mundo y posteriormente se enunciaron otras teorías que entendían que una vez que el arte dejó de interesarse por la representación en perspectiva de la realidad (básicamente desde Picasso en adelante), se entró en otro paradigma según el cual el arte se convertiría en un faro que ilumina el camino, valga la metáfora, en vez de en una ventana que muestra lo que existe.

Pues bien, me gustaría plantear otra visión del mismo fenómeno sin negar, en absoluto, que lo anterior sea cierto. Desde mi punto de vista, sea cual sea la manifestación artística, proceda del contexto que proceda y sean sus intenciones las que sean, el arte siempre será un espejo.

El arte como espejo

Me explico.

El otro día escuché una frase que me cautivó:

Uno es lo que es hasta en las más pequeñas cosas.

Sergio Fernández.

Si lo piensas, es una afirmación totalmente cierta, en el sentido de que cualquier actividad que realizamos nos delata como personas. No tienen porqué ser actos importantes, puede ser la forma en la que caminamos, la forma en la que sujetamos una cuchara, la forma en la que escribimos, en fin… cualquier aspecto de la vida cotidiana dice mucho de nosotros.

Entonces, si esto es así, ¿cómo no iba a operar el arte en ese mismo sentido? Evidentemente el arte es un espejo de la persona que lo produjo (aunque esa no fuera su intención) y de la sociedad y la cultura en la que se enmarca.

Ahora bien, me planteo una pregunta que me ha rondado la cabeza durante bastante tiempo, en relación a todo lo que he dicho anteriormente:

  • ¿Cómo nos verán en el futuro cuando analicen todo lo que estamos produciendo en estos instantes?
  • ¿Se entenderá?
  • ¿Pensarán que estábamos locos?

Casi me atrevo a pensar que habrá mucho de lo último. Por mucho que le doy vueltas y trato de justificarlo, todo mi ser me dice que existe algo en el arte actual que no funciona, que no conecta con el público y que, de hecho, lo aleja.

Por supuesto, existe tal variedad de obras de arte y de artistas que cualquier intento de agruparlos y etiquetarlos de una misma forma me deja totalmente en evidencia. Pero, ¿no es verdad también que todo ese arte tiene un mismo trasfondo? Es decir, ¿no es verdad que bajo la forma se encuentra un mismo fin? ¿No es verdad incluso que las intenciones se parecen bastante? ¿Y los discursos?

En definitiva, mucho me temo que en el futuro nos juzgarán como una época un poco desquiciada, algo vacua y que ha renunciado a la belleza. Así lo entiendo yo, o eso es al menos lo que me devuelve a día de hoy el reflejo del espejo del arte…

Pero puede que esté equivocado.

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