libertad guiando al pueblo

Eugene Delacroix, Libertad guiando al pueblo, 1830, Museo del Louvre. (*)

La irregularidad, es decir, lo inesperado, la sorpresa o el estupor son elementos esenciales y caracterí­sticos de la belleza

Charles Baudelaire

La Grecia Clásica

En la Grecia antigua origen de la cultura de la civilización occidental, el concepto de regla está incorporado al concepto de arte, hacer algo que no se atuviera a unas reglas, algo que fuera sencillamente producto de la inspiración o de la fantasí­a, no se trataba de arte sino de la antí­tesis del arte.

¿Podemos decir que un pintor fabrica algo? Preguntaba Platón en La República y contestaba: es seguro que no, simplemente imita.

Es decir, el concepto de creación que implica libertad de acción no se encuentra dentro de la definición de artista. Para los griegos, el artista no crea sino que se rige por leyes, no por la libertad. Éste se limita a realizar una mí­mesis de las cosas que ya existen en la naturaleza mediante un acto de destreza, no de creación.

Para los griegos, el artista no crea sino que se rige por leyes, no por la libertad

Vitrubio, Platón y La Proporción Áurea

En el pensamiento griego solo existe una categorí­a estética por la que se rige el arte, y ésta es la belleza. Solo se podrá encontrar la belleza en aquellos objetos cuyas partes mantengan una relación entre sí­. Vitrubio en Los Diez Libros de Arquitectura habla de que un edificio es bello cuando todas sus partes tienen las proporciones apropiadas.

Los filósofos pensaban lo mismo. Platón afirmaba que la conservación de la medida y la proporción es siempre algo bello y la fealdad es la carencia de medida. Por lo que simetrí­a y armoní­a es algo consustancial al concepto de belleza. Para los griegos la belleza llevaba implí­citos los conceptos de perfección y verdad, por tanto, una obra que era bella era eterna.

Los griegos pensaron que encontraron un sistema de proporciones perfectas (proporción áurea) por las que se rige la belleza, todo lo que no estuviese sujeto a este sistema no podí­a alcanzar la categorí­a de lo bello. Por tanto basarse en unas premisas de creación libre para realizar una escultura, pintura, etc., no podía dar como resultado una obra bella.

¿Podemos decir que un pintor fabrica algo? Preguntaba Platón en La República, y contestaba: es seguro que no, simplemente imita

La Edad Media

En siglos posteriores durante la Edad Media la creación ex nihilo no existe para el arte, ya que es un atributo exclusivo de Dios (formulación que desarrolla Tomás de Aquino en su Summa theologica). La figura del artista como creador no se reconoce, se convierte en un simple instrumento sujeto a los dictados de la iglesia.

La figura destacada del pensamiento de la alta edad media es San Agustí­n, éste acepta los fundamentos de la teorí­a clásica de la belleza. Contemplando el cielo y la tierra, dice San AgustÃín, encontramos que lo que nos produce placer es la belleza, y en la belleza las formas; y en las formas, las proporciones; y en las proporciones, los números. Para San Agustí­n el arte no puede ser un acto intuitivo, debe realizarse según reglas. Por tanto la categorí­a de belleza domina el concepto de arte, por lo que todavía se encuentra tiranizado por la belleza y no puede ser libre.

Renacimiento

En el Renacimiento se concibe el arte como ciencia, produciéndose un retorno a la naturaleza y a la antigüedad. Es un arte totalmente reglado, sujeto a un canon, a un sistema de proporciones y a una armoní­a. Aunque se empieza a reivindicar la figura del artista, el arte aún no es libre.

Es un arte totalmente reglado, sujeto a un canon, a un sistema de proporciones y a una armonía

En todos los tratados renacentistas siempre se subraya que la imitación de la naturaleza es el auténtico objetivo de la pintura y la escultura, y que cuanto más se aproxima una obra a ese fin, mayor es su calidad. Esta imitación está sujeta a normas y reglas, por tanto el concepto de libertad es incompatible con el concepto de arte.

La Ilustración

Los siglos XVI, XVII y XVIII la teorí­a de la belleza sigue en alza, el arte es reglado y encorsetado. Dentro de todo este pensamiento que se desarrolla en Europa debemos diferenciar a los empiristas ingleses del siglo XVIII (Addison, Hume, Burke) que con sus escritos empiezan a poner en crisis la Gran Teoría de la belleza. Los empiristas proponen el gusto estético que se basa en la subjetividad frente al concepto de belleza basada en la objetividad (copia de la naturaleza). El inglés Edmund Burke en su libro Indagación filosófica sobre el origen de nuestras ideas acerca de lo sublime y de lo bello introduce el concepto de lo sublime que tiene las cualidades de la oscuridad, la grandeza, la magnificencia. Una nueva categorí­a estética que se suma al arte.

Es justo a partir de la Ilustración cuando aparece por primera vez el concepto de libertad en el arte, con la llegada de la poética romántica en el siglo XIX. Fue decisiva la influencia del pensamiento de Rousseau por su insistencia en el tema del libre albedrí­o, su preferencia por la subjetividad frente al racionalismo de Voltaire; Rousseau estableció el culto al individuo y a su libertad de pensamiento. El romanticismo posibilitó la expresión libre de la naturaleza del artista, bajo la concepción hegeliana de que es la libertad quien debe estimular la creación.

Romanticismo

El romanticismo frente a la objetividad y razón del ideal clásico, propone la subjetividad y la irracionalidad. El instinto frente a la razón y las situaciones lí­mite frente al equilibrio y la armonía. El artista romántico le impone sus reglas al arte producto de su libertad, es la exaltación del yo. La estética romántica incorpora conceptos como lo sublime, la fealdad, lo grotesco, la provocación, donde la belleza ya no es el absoluto que lo abarca todo.

En cuanto a la belleza, su tiranía desapareció con el romanticismo

El concepto de belleza que se mantuvo hasta el siglo XVIII y que desaparece con el romanticismo, es posible gracias a dos pensadores. Por un lado, Kant en su Crí­tica del Juicio nos dice que la belleza no está en el objeto que se contempla, sino en el sujeto que lo contempla, por lo que la visión ahora es subjetiva y no objetiva. Y luego Edmund Burke que sustituye lo bello por lo sublime concepto que lleva aparejado lo grotesco, lo oscuro, etc. que desarrolla en su obra citada anteriormente.

Impresionismo

Con el Impresionismo en las últimas décadas del siglo XIX, la temática de la pintura se desacraliza, pero todavía utiliza la teorí­a de la perspectiva renacentista como forma de representación teorizada por Alberti. Habrá que esperar a finales del siglo para que Cézanne desarrolle en su pintura el precedente de lo que luego se llamará Cubismo, descomposición de las tres dimensiones en un solo plano. A la vez Gauguin utiliza planos yuxtapuestos para sus pinturas. Estos autores junto a Van Gogh sientan las bases para las Vanguardias Históricas, en donde por fin el artista se desprende de todo academicismo, adquiere libertad total para pintar lo que quiere representar y cómo lo quiere representar. Es decir contenido y forma no están sujetos a normas. A partir de ahora la libertad en el arte es un a priori.

Surrealismo

El Surrealismo utilizará los sueños y la escritura automática. El Dadaí­smo propone el azar como fundamento esencial en el arte. El Expresionismo aboga por la visión interior del artista, la expresión frente a la plasmación de la realidad, la impresión. Se defiende la libertad que se traduce en una deformación emocional de la realidad.

La Segunda Mitad del Siglo XX

La Segunda Guerra Mundial genera un traslado de la escena artí­stica de Paris a New York. Aparece la pintura abstracta con el Expresionismo Americano en New York que tiene como premisas el azar controlado y lo gestual. Paralelamente el Informalismo que se desarrolla en Europa abogará por la espontaneidad del gesto y el automatismo.

A partir de los años sesenta, aparecen nuevas formas artísticas, los happenings, la performance, el body art, el arte conceptual, son disciplinas donde se interactúa con el público, rompen las fronteras de la plástica tradicional aportando una visión nueva del arte.

Todo este conglomerado de las diferentes prácticas artí­sticas pone las premisas para el arte del siglo XXI. El concepto de libertad en el arte se encuentra totalmente asentado, ejemplo es la tolerancia que existe no ya en la creación del artista, sino en la libertad para establecer diálogos entre las diferentes disciplinas.

Dos factores a tener en cuenta, el primero: el desarrollo económico que se generó durante la segunda mitad del siglo XX, ha permitido un mayor acceso a la cultura de la clase media en el mundo occidental. Y el segundo: la aparición de las nuevas tecnologías que ayudan aún más a democratizar el entorno del arte. Esto se traduce en una mayor libertad para el disfrute y la comprensión de lo artí­stico y su vinculación con muchos otros aspectos de la vida. El elitismo ha desaparecido.

En Conclusión

En la actualidad no nos extrañamos cuando oí­mos hablar de un artista multidisciplinar que aúna fotografí­a, pintura, música, teatro, danza, escultura, audiovisual, etc. Nadie pone en duda si es arte o no cuando ve en un museo una instalación que puede ser un compendio de todo esto.

El concepto de libertad en el arte tardó en llegar, pero cuando llegó lo hizo para instalarse. Por lo tanto es un valor que hay que proteger, potenciar y poner en práctica para que no se disipe en el tiempo.

En cuanto a la belleza su tiranía desapareció con el romanticismo. En la actualidad los artistas no se plantean en el momento de crear si su obra va a ser bella o no. Esto llegará como resultado si se produce, pero no es un fin. El artista utiliza otros recursos para comunicar a través de sus obras: la provocación, el concepto, la deconstrucción, lo inestable, lo incierto, lo disperso, lo fragmentado, la arista del abismo, la inseguridad, la desproporción, la ausencia de reglas, lo particular, lo desconcertante, la incoherencia, lo asistemático, el caos, etc. Es decir, se propone un arte líquido frente a uno sólido (estable), con un pensamiento débil (sin jerarquía) frente a uno fuerte (totalizador).

(*) Imágen de Portada: Wikimedia Commons. Public Domain Image.