Plaza y edificios del capitolio

Plaza del Capitolio, Roma.

En el artículo dedicado al Capitolio, hicimos un recorrido por los monumentos que ha tenido a lo largo de la Antigüedad y nos detuvimos justo antes de que la plaza comenzara a adquirir su configuración final.

La plaza del Capitolio se compone de tres grandes edificios. De izquierda a derecha son el Palazzo Nuovo, el Palazzo Senatorio y el Palazzo dei Conservatori. El primero se creó de nueva planta, mientras que los otros dos parten de edificios ya existentes que, durante la Edad Media, fueron dando preferencia a su fachada hacia el Campo Marzio en detrimento de la que daba hacia el Foro Romano, como había ocurrido durante la Antigüedad.

Estos edificios habían pertenecido a grandes familias nobiliarias y, desde la constitución del Comune, albergaban sus dos órganos de gobierno principales, el de los senadores y el de los conservadores.

Desde finales del siglo XV, la plaza del Capitolio sufrió una radical transformación que la convirtió en el espacio que actualmente podemos visitar.

Tras la donación de los bronces de Sisto IV, se eligieron tres de ellos para situarlos en lugares principales de la plaza. Así, la Loba capitolina (ahora ya sabemos a partir de qué momento recibe ese apelativo) se situó en la fachada del Palazzo dei Conservatori y se transformó en el símbolo de la ciudad. En un momento antes de 1509, se le añadieron los bebés gemelos que representan a Rómulo y a Remo y que le confieren un sentido más profundo, puesto que, como fundadores de Roma, la loba que los cría se convierte en la madre del pueblo romano, la mater romanorum.

Ante él, en uno de los laterales de su columnata, se colocó la Palla Sansonis, el monumental retrato de Constantino que muestra ya la evolución final del arte romano hacia nuevas formas de expresión.

Finalmente, en 1537, el papa Paolo III Farnese encarga a Miguel Ángel el traslado del Marco Aurelio desde el Palazzo Lateranense hasta el centro de la plaza. De esta manera, el punto focal de este espacio se modifica totalmente: ya no se trata de un fondo arquitectónico precedido de un amplio espacio que le da monumentalidad, sino que ahora el eje del que irradian las perspectivas de los edificios se encuentra en el centro de ese vacío.

También de Miguel Ángel es el diseño de las fachadas de los tres edificios, aunque falleció antes de ver concluido el conjunto. El Palazzo Nuovo y el Palazzo dei Conservatori no están situados en paralelo, sino en una leve diagonal que se abre hacia la escalinata, lo que confiere una forma trapezoidal a la plaza que potencia la perspectiva y permite una visión más completa del conjunto desde su acceso por la escalera monumental.

El Palazzo Senatorio

Palazzo Senatorio

Palazzo Senatorio, Capitolio, Roma.

Se comenzó por el Palazzo Senatorio, el situado sobre el Tabularium, en el año 1538. Es de remarcar el respeto que se mostró por el edificio del archivo y sus modificaciones medievales y renacentistas, cosa nada habitual y que demuestra la veneración que Roma ha sentido (casi) siempre por los vestigios su pasado. Así, sobrevivieron algunas pinturas murales del siglo XV con Cristo, san Pedro y san Pablo, que han aparecido en los últimos años.

El encargado fue Miguel Ángel y, tras su muerte, los trabajos fueron continuados por Giacomo della Porta, quien concluyó la fachada en 1605. Se compone de la escalera doble que ya existía en la Edad Media, aunque fue rodeada de una fuente que, desde 1588-1589, fue decorada con las esculturas de las alegorías de los ríos provenientes de las Termas de Caracalla y que desde 1513 se encontraban ante el Palazzo del Conservaori, y con una Minerva sedente que preside el conjunto dentro del nicho central. A esta escultura se le colocaron los atributos de la diosa Roma, a la que pasó a representar.

Además, se eliminó la loggia y se regularizó la fachada, asumiendo las torres de los ángulos y creando un ritmo simétrico de vanos y pilastras de orden gigante. Todas estas obras se concluyeron en 1588.

La torre que sobresale de su volumen sustituye a una medieval que se alzaba más de 35 metros y que pereció por la acción de un rayo a mediados del siglo XVI. En esta torre se encontraba una singular campana conocida como la Patarina, que con su repique avisaba al pueblo de los principales acontecimientos de la ciudad. La torre actual fue diseñada por Martino Longhi el Viejo, tiene una réplica del siglo XIX de la Patarina y un pararrayos que representa a Minerva, la patrona de Roma.

El Palazzo dei Conservatori

Palazzo Conservatori

Palazzo dei Conservatori, Capitolio, Roma.

En 1563 se comenzó la transformación del Palazzo dei Conservatori. Hasta entonces su planta baja se componía de una columnata de doce vanos, en los que se habían colocado, entre otras obras de arte, dos de las piezas más emblemáticas de la colección de bronces papales: la Loba capitolina y la Palla Sansonis. Sobre la arcada se levantaban dos cuerpos con ventanas, que en los extremos se convertían en dos arcos.

Miguel Ángel realizó el diseño del nuevo edificio, pero éste no se comenzó hasta después de su muerte. De nuevo recurrió al orden gigante para las pilastras de la fachada, con lo que lo equilibraba con las líneas del Palazzo Senatorio.

Al interior, se creó una escalera monumental que aun hoy estructura el recorrido museográfico. Entre 1572 y 1573 se colocaron en ella cuatro grandes relieves, tres de ellos provenientes de un monumento dedicado a Marco Aurelio (eran de una serie de doce y otros ocho se encuentran en el Arco de Constantino); el cuarto panel es de un monumento dedicado a Adriano.

Miguel Ángel prestó gran atención al patio. Se amplió y se regularizaron sus líneas, eliminando los arcos ojivales del frente derecho, que daban a los espacios destinados anteriormente a la colección. En la pared del fondo se situaron los Fasti consolari e triunfali, también conocidos como Fasti capitolini, que habían sido descubiertos en el Foro Romano en 1546. Muestran una detallada lista de los cónsules desde el año 483 hasta el 19 a. C. y los triunfos desde el 753 hasta el 19 a. C. Poco después, en 1586, fueron trasladados al interior del edificio, a su ubicación actual, y no fue hasta la intervención de Alessandro Specchi en 1720 cuando se situó en esa pared del patio a la Dea Roma rodeada de bárbaros.

El Palazzo Nuovo

A diferencia de los dos edificios anteriores, en el espacio que hoy ocupa el Palazzo Nuovo no hubo una edificación previa, tan solo el muro de contención del Convento de Santa Maria in Aracoeli, aunque embellecido con una arcada. Con su creación, se cierra completamente la visión de la plaza de forma equilibrada y armoniosa. Además, fue el primer edificio público diseñado para exponer una colección arqueológica.

El Palazzo Nuovo fue proyectado por Miguel Ángel tomando como modelo directo el Palazzo dei Conservatori, pero su construcción no se fecha hasta un siglo después, bajo la dirección de Girolamo Rainaldi, que lo comienza en 1603. Las obras se paralizaron apenas se hubieron realizado los cimientos, y no fue hasta 1654 que Carlo Rainaldi, hijo de Girolamo, asume el proyecto y lo concluye en 1667.

Para su construcción fue necesario el traslado de la Fuente de Marforio, del siglo I d. C. Se encontraba junto al Templo de Marte Ultore, en el Foro de Marte, de donde toma su nombre, y representa a una divinidad acuática, posiblemente a Neptuno o a la personificación del Tíber. Esta escultura había sido colocada allí poco antes, en 1596, siguiendo el diseño de Giacomo della Porta. Era una de las seis “estatuas parlantes” de Roma, entre las que sobresale aún hoy el Pasquino. La peculiaridad de estas obras es que en ellas el pueblo podía desahogarse colocando textos sobre cualquier tema. Con la construcción del Palazzo Nuovo, la fuente se trasladó a su patio interior, con lo que perdió su uso social.

En la década de 1670, el edificio fue cedido a la Corporación de las Artes de la Lana y de la Seda, que en 1698 se amplió al arte de la agricultura. En estos momentos, el palacio contaba con 50 estatuas. En 1733, Clemente XII compró la colección del cardenal Alessandro Albani, que incluía 418 esculturas y que fue colocada en el Palazzo Nuovo.

La escalinata y la pavimentación de la plaza

Escalinata capitolio

El ambicioso proyecto de reurbanización de la plaza y su monumental escalera que baja hacia el Campo Marzio coincidió con la conclusión del Palazzo Nuovo.

En las últimas tres décadas del siglo XVI, en la balaustrada se situaron una serie de esculturas colocadas por parejas para conferir simetría al conjunto: Los Dióscuros, dos héroes hermanastros hijos de Leda que habían sido descubiertos hacia 1560 en la zona del Ghetto (la judería de la ciudad, que aún conserva ese nombre); el Trofeo de Mario, situado anteriormente en una estatua monumental en el monte Esquilino; el emperador Constantino y su hijo, Constantino II, ambas de Aracoeli, y dos leones egipcios.

Finalmente, no fue hasta 1940 que la plaza se pavimentó, siguiendo el diseño de Miguel Ángel. Al centro, bajo el Marco Aurelio, se sitúa una estrella de doce puntas, de las cuales arrancan nervios que se entrecruzan de forma regular hasta configurar otra estrella de doce puntas inscrita en la elipse que delimita el espacio.
También se procedió a aislar las laderas del Capitolio de las construcciones de poca envergadura, para magnifica su visión. Ello generó la aparición de numerosos vestigios de la etapa republicana y de los primeros emperadores, que pasaron a la colección del museo.

Igualmente, fue el momento en el que se realizó la Galleria Lapidaria, un corredor subterráneo que une los tres palacios y permite la contemplación del Foro Romano desde los arcos conservados del Tabularium. Para ello se aprovechó el hecho de que la plaza actual está a ocho metros sobre el nivel de la estrecha calle de época antigua que surgía en el Campo Marzio y atravesaba entre el Arx y el Capitolium, flanqueada constantemente por construcciones de ladrillo.

Así, no fue hasta mediados del siglo XX que se culminaron por fin las obras dela plaza del Capitolio y logró tener el aspecto que había ideado Miguel Ángel casi cuatrocientos años antes.

(*) Imágenes: Diego Albero Román, Allie_Caulfield, Ho visto nina volare. Creative Commons License.