pintura cantante con el guante

Edgar Degas, Cantante con el guante, 1878, The Fogg Art Museum, Cambridge, Massachusetts.

No es ningún secreto. Hoy en día puedes estudiar casi cualquier materia siguiendo tus propios medios e intuiciones. Está claro que no podemos decir esto de la medicina, de la arquitectura o de la ingeniería… pero sí de la Historia del Arte.

Ahora bien, por favor, que no se me malinterprete, soy quien soy gracias a la universidad. Me siento profundamente agradecido y me considero un privilegiado por haber podido pasar unos años de mi vida en una institución que valoro y que tanto aporta a la sociedad.

Pero las cosas son como son: la tecnología ya ganó la batalla. Los profesores están en Youtube y nunca fue más fácil acceder a un libro electrónico o de papel. No acepto que alguna persona estime caro alguno de estos servicios porque son ridículamente baratos y cada vez lo serán más.

Baste como ejemplo el canal de Darin MacNabb, un profesor que mensualmente nos deleita con sus videos sobre filosofia en su canal llamado La Fonda Filosófica o, en el campo del arte, Karin Yuen con Little Art Talks. Es cierto, sus contenidos son divulgativos, pero también existen otros cientos o miles que no lo son e incluso las principales universidades ya publican cursos en vídeo y de manera gratuita, así que todo esto, más que futuro, es ya el presente.

No obstante, aunque la tecnología permite esta difusión de contenidos, las mentes (incluso las más jóvenes) viven ancladas en el pasado y se empeñan en vivir como los Amish en medio de Blade Runner. Queremos el camino marcado por el siglo XX: colegio, instituto, carrera universitaria, máster, ¿doctorado?, trabajo en una multinacional o puesto de funcionario.

Lo siento, se acabó. Salvo honrosas excepciones, el 99% de los titulados en Historia del Arte tendrán sí o sí que realizar sus propios proyectos. Ni siquiera otra burbuja inmobiliaria será capaz de crear más centros de arte o museos de los que ya existen y, cada año, con cientos (o miles) de titulados la situación será insostenible. Peor aún, muchos de ellos tendrán que reinventarse y realizar otras profesiones que nada tienen que ver con las Humanidades.

La soledad del corredor de fondo autodidacta

Pero esta es otra cuestión, a lo que me refiero es a que todos debemos tener una mayor apertura de miras y, al menos, contemplar la posibilidad de recorrer itinerarios alternativos, de llegar al mismo punto de partida por el camino menos concurrido: la formación autodidacta.

Todos lo hemos vivido alguna vez, el absurdo es tal que, personas que no han estudiado en la universidad, disponen de un mayor conocimiento que otras que sí lo han hecho. Todo ello debido a la inmensa curiosidad que les suscitan determinados temas y a su tesón y constancia en el estudio. Por tanto, no seamos cerrados, asumamos ya que lo importante es disponer de la información correcta y no de cómo se obtiene esa formación.

Pondré un ejemplo para que quede más claro: ¿qué es mejor, tener un título que certifique que hablas inglés o hablar inglés pero no disponer de ningún papel? A efectos prácticos es casi lo mismo. Pues mi argumento es que eso es trasladable a muchas esferas del conocimiento. No para todos, como decía al principio, pero sí para algunas.

Cómo aprender Historia del Arte por tu cuenta

Dicho esto, es justo que ahora explique cuáles son los pasos que, a mi entender, es conveniente seguir para aprender Historia del Arte por tu cuenta:

  1. Lee un libro que resuma los principales periodos históricos.
  2. Lee libros de editoriales o profesionales de prestigio.
  3. Busca un plan de estudios de una universidad y la bibliografía recomendada.
  4. Dedica 2 horas del día a leer, tomar notas y hacer resúmenes de esos libros.
  5. Escribe un blog con esos contenidos resumidos y aporta tu visión personal.
  6. Realiza presentaciones de PowerPoint o incluso vídeos para Youtube explicando con tus propias palabras todo lo que vayas aprendiendo.
  7. Asiste a cursos gratuitos de museos, centros de arte o incluso acude a clases de la universidad como oyente.

Sólo con esto ya podrías empezar a tener un buen conocimiento de las distintas materias que conforman la carrera e incluso podrías tener una base más sólida si en un futuro te animas a estudiar la carrera.

(*) Advertencia: siempre he considerado esta forma de conocimiento como un primer paso para disponer de un cierto bagaje, pero esto no quiere decir que la universidad no sea importante. De hecho, mi siguiente artículo versará sobre por qué la universidad es imprescindible para crear buenos profesionales, que no es lo mismo que disponer de conocimientos en Historia del Arte. Pero esto ya lo debatiremos más adelante.