Dama Elche

Dibujo de la Dama de Elche

El Descubrimiento de la Dama de Elche

Fue un 4 de agosto de 1897, en un lugar conocido como Loma de La Alcudia, situado dentro del término municipal de Elche (Alicante, España), cuando Manuel Campello Esclápez, joven de 14 años que ayudada a su familia en las labores del campo, aprovechando el descanso de los jornaleros que por allí faenaban, arrebató uno de los picos y se puso a trabajar.

Un rostro de mujer sobresale de la tierra

Al poco tiempo, una piedra interrumpió su labranza. Manuel trató de apartarla y seguir con sus labores, pero algo sucedió. Acto seguido, gritó a sus compañeros: un rostro de mujer sobresalió de la tierra. Rápidamente se acercaron al lugar. Antonio Maciá, dueño del pico, prosiguió con el trabajo empezado por Manuel Campello.

El resultado fue una escultura de piedra caliza, asentada y rodeada por losas de piedra de cantería; o dicho con otras palabras, el descubrimiento del busto conocido posteriormente como La Dama de Elche.

El Trasalado de la Pieza

Por orden del capataz Antonio Galiana, la escultura permanecería in situ hasta la llegada del doctor Manuel Campello, propietario del terreno, que ordenaría el traslado desde la Loma de La Alcudia hasta su casa.

Así pues, la extraña procesión, encabezada por un carro que custodiaba una escultura ancestral, hacía entrada en Elche bajo la atenta mirada de los vecinos de la localidad. No tardaría mucho en expandirse tal acontecimiento. A las puertas de la casa del doctor Campello el número de curiosos cada vez era mayor. Ante tanta expectación, Manuel Campello improvisó en uno de los balcones de su casa lo que sería inconscientemente la primera exposición -no oficial- de la Dama de Elche. Si bien es cierto que por aquel agosto de 1897 fue bautizada por los vecinos de Elche como la “Reina Mora”.

Fue bautizada por los vecinos de Elche como la Reina Mora

El Descubrimiento se hace público

El 8 de agosto se lanzaría la primera publicación del hallazgo por parte de La Correspondencia de Alicante, con un artículo de Pedro Ibarra, arqueólogo, cronista y archivero de Elche, el cual no duda en afirmar que se trata de “una hermosa escultura en busto, tallada con suma perfección…Representa la imagen de un varón de facciones correctísimas…Severa majestad unida a cierta dulzura en la expresión. Pureza intachable que recuerda el arte griego…esta hermosa escultura, la creo representa al Dios Apolo…La escultura objeto hoy de admiración de todo Elche y mañana del mundo científico…viene a revelar un secreto más de los muchos que guardan aquellos terrenos…que ilustran el pasado de nuestro pueblo”.

La noticia quedó ensombrecida por las circunstancias

En cualquier caso, la noticia quedó ensombrecida por las circunstancias, pues un día antes de su publicación, el 7 de agosto, Antonio Cánovas del Castillo, líder del Partido Conservador y una de las personalidades más influyentes de la época, murió asesinado. Por aquel entonces España estaba en medio del conflicto bélico con Cuba, y el proceso de posterior independencia que culminaría con la denominado “desastre del 98”.

Dama de Elche

Primera Fotografía de la Dama de Elche

Aún así, el descubrimiento de la Dama de Elche no pasó desapercibido para el mundo científico. Es el mismo Pedro Ibarra quien se encarga de difundir la noticia, tanto a nivel nacional como internacional.

Por aquellos días llegó a Elche un tal Pierre Paris, arqueólogo y profesor de la Universidad de Burdeos, invitado por Pedro Ibarra por motivos de las fiestas de la Asunción.

Ambos no tardaron en visitar al doctor Campello, a raíz de unas fotos del busto encontrado que Pedro Ibarra enseñó a Pierre Paris. Tras esta peculiar entrevista entre el francés y la dama, una carta, en cuyo interior se haya una fotografía de la escultura, salió de Elche con dirección a París, concretamente al Museo del Louvre.

Referencias:

AA VV, Cien años de una Dama (catálogo de la exposición), Sala de exposiciones: Pabellón de Exposiciones del Parque Municipal (Elche), Museo Arqueológico Nacional (Madrid), Ministerio de Educación, 1997.

(*) Imagen de Portada: Francisco J. Díez Martín. Creative Commons License.