Jardín del Museo del Louvre

Elige un buen lugar para pensar sobre lo que has visto y compartir la experiencia

Compartir la experiencia vivida es una necesidad vital del ser humano. Dar tu punto de vista sobre lo que has experimentado al visitar el museo te enriquece, al mismo tiempo que te aporta otros puntos de vista de otras personas que también lo hayan visitado.

En primer lugar, has de tener en cuenta el tiempo que ha pasado desde que visitaste el museo, ya que el nivel de asimilación de tu visita depende de ello. Si acabas de salir de las salas del museo tendrás las ideas más frescas, y el debate será más dinámico. Si inicias un debate días después de la visita, tendrás las ideas generales más claras y ordenadas, pero no conservarás las inquietudes de los primeros momentos.

Tras una visita de entre una y cuatro horas, según el museo o la exposición, la percepción y concentración disminuye, y se empieza a notar fatiga mental. Elige espacios que no requieran de una concentración visual, preferiblemente lugares abiertos. El mismo museo suele ofrecer sitios de descanso en torno al edificio, desde cafeterías hasta jardines, a veces en espacios construidos anteriormente a la creación de la institución.

Por ejemplo, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía ofrece varios rincones donde acabar la visita, ya sea en los jardines del Edificio Sabatini, o bien en el patio, la terraza o la cafetería de la ampliación de Nouvel. Otra opción preferible es alejarse del entorno museístico, caminar, sentarse en otro ámbito que nada tenga que ver con la temática y dar rienda suelta al debate; el Museo Nacional del Prado se ubica en un entorno muy apto para caminar y despejar la mente, con el Parque del Retiro a menos de diez minutos caminando.

El debate como forma de conocimiento

Del mismo modo, todo cambia si has realizado la visita con acompañantes, o bien has decidido organizar por tu cuenta tu visita. Es más fácil comenzar un debate si visitaste el museo junto a una o más personas, pues se trata de una experiencia compartida que todos tendréis reciente, y mostraréis la inquietud de expresar vuestra propia vivencia.

Si decidiste ir solo, a pesar de que resulte una experiencia gratificante y te dé libertad para organizar el tiempo a tu gusto, tendrás más dificultad para transmitir tus sensaciones a otras personas que nunca hayan estado allí; en cambio, encontrarás otros puntos de vista y otras experiencias en personas que hayan asistido al mismo museo o exposición. Pero volvemos a incidir en el punto de vista de que no es lo mismo compartir una experiencia que transmitir nuestra experiencia.

Aprende a visitar un museo

Todos pensamos que sabemos visitar un museo, pero no es así, salimos agotados y con la sensación de no haber entendido muchas de las obras que allí se exponen. Aprende a visitar un museo para que en tus viajes aproveches esta fantástica y enriquecedora experiencia.