Las carreras de humanidades se han quedado ancladas en el pasado y no han sabido renovarse, lo cual provoca grandes carencias en sus planteamientos de base. Empiezo a sospechar que de aquí viene la creencia de que las humanidades no sirven para nada y, peor todavía, yo misma empiezo a cuestionarme la utilidad de estas carreras.
No pongo en duda el valor de los conocimientos humanísticos, que nadie me malinterprete, más bien cuestiono cómo estos campos del saber son enseñados en las universidades. ¿Por qué?
Porque en la universidad no te enseñan una profesión.
Exacto, ninguno de nosotros hemos aprendido a desarrollar una profesión (hablo sobre todo de Historia del Arte, que es lo que más conozco y de lo que puedo opinar).
¿Te imaginas que en Arquitectura solo enseñaran teoría de la arquitectura, historia de la arquitectura… y que sus estudiantes acabasen la carrera sin saber hacer un plano? Pues eso es lo que ocurre en Historia del Arte.
Es necesario conocer el arte, pero ¿no es también importante aprender algo sobre la gestión, la comunicación, la interpretación… de ese arte?
Acabamos la carrera siendo enciclopedias andantes, con la cabeza llena de fechas y nombres, pero sin la menor idea de qué hacer con todos esos datos. Estoy segura de que esto no ocurre en ninguna ingeniería, y la razón principal es que en una ingeniería te enseñan a ser ingeniero, mientras que en historia del arte te enseñan arte, pero no a ser un historiador del arte.
Yo creo que es muy importante tener conocimientos artísticos, pero no sé si hasta el punto de que toda la carrera se base en memorizar cantidades ingentes de datos que, a fin de cuentas, están disponibles en cualquier libro.
Historia del Arte (y otras carreras de humanidades) se han quedado ancladas en el pasado y no se han preocupado por renovarse. En verdad, estos estudios están exclusivamente enfocados a hacer una tesis doctoral -quizás también unas oposiciones- y en sus planes no se refleja ninguna otra salida.
Que estos estudios estén nutridos de un cuerpo docente que no ha hecho nada más que esto quizás sea parte de la explicación. ¿No sería interesante tener entre los profesores a profesionales del sector que aporten otro punto de vista?
Sospecho, además, que gran parte de los problemas de inserción laboral del sector tienen su raíz ahí. En un país que rebosa patrimonio y que atrae millones de turistas cada año el trabajo no debería faltar, no tiene sentido. Sin embargo, es así.
Si la gente acaba sus estudios sin una idea clara de cómo desarrollar una profesión, es muy difícil entrar en el mercado laboral, ya sea como empleado o como autónomo. Muchos puestos, al final, son ocupados por otros profesionales (como periodistas o técnicos de turismo) que tienen una formación más práctica y que pueden llevar a cabo esas funciones.
Esto no significa que tengamos que abandonar nuestros sueños. Si queremos dedicarnos al arte y al patrimonio, estudiemos Historia del Arte, pero seamos conscientes de sus carencias para ponerles solución cuanto antes.
Como esperar que la solución venga de arriba y se cambien los planes de estudio es bastante utópico, es necesario ponerse manos a la obra y buscar las alternativas por nuestra propia cuenta. Unas prácticas profesionales o la formación complementaria son las mejores opciones.
Muévete y busca tu camino.
En nuestro último libro encontrarás algunos consejos sobre cómo hacerlo. En él hemos recogido nuestra experiencia personal con la esperanza de que te sirva de ayuda. Esperamos que así sea y que con él puedas dar un paso adelante en tu carrera.
Eduardo Ezkurra Fernández-Guer
19 abril, 2016 |
Quizá una lectura rápida de Misión de la Universidad de Ortega y Gasset haría reflexionar a la autora sobre algunos errores de bulto en su planteamiento.
Javier Albelo
19 abril, 2016 |
Hola Eduardo, te animo a que nos digas en qué consisten esos errores de bulto exactamente. Está muy bien que traigas a colación a Ortega y Gasset pero eso no va a hacer que mejore la situación de las Humanidades, que es precisamente el objetivo de este blog y por lo que hemos luchado durante casi cinco años.
A día de hoy la empleabilidad de este tipo de carreras (muy a mi pesar) es prácticamente nulo. No podremos cambiar la situación si todo se queda tal y como está ahora, es imprescindible que las cosas cambien.
Te aseguro que el objetivo del artículo es conseguir que mejore la situación de los infinitos desempleados que va generando este sistema injusto.
Alex Voramar
20 abril, 2016 |
Parece que mi comentario «se borra» contínuamente… :/
Alex
20 abril, 2016 |
Completamente de acuerdo. He tratado de expresar mi opinión pero parece que disqus o esta página la censuran.
Javier Albelo
20 abril, 2016 |
Hola Alex, nosotros no administramos directamente los comentarios, puedes escribir lo que quieras. Debe ser un problema de Disqus.
Javier Albelo
20 abril, 2016 |
De verdad que no hemos recibido tus otros comentarios Alex, inténtalo de nuevo, por favor. Puedes escribir lo que desees.
Cesar
20 abril, 2016 |
O sea que de aquí a 20 años cuando te pregunten quien pintó la Monalisa te van a contestar Donald Trump
Javier Albelo
21 abril, 2016 |
Si no hacemos nada para evitarlo me temo que sí. Todos los defensores de las Humanidades deberíamos estar ya en estado de alerta y luchando juntos por un objetivo común. Eso sí, los primeros que tenemos que cambiar somos nosotros.
Cesar
21 abril, 2016 |
100% de acuerdo contigo. Al menos en donde yo vivo (Caguas) existe un taller de historia y al menos dos veces al mes hacemos actividades para el pueblo y damos charlas, conferencias etc. relacionado con la historia.
Martí
27 abril, 2016 |
Personalmente no creo este artículo se aparte de la realidad ni mucho menos vaticine la abolición de las carreras de humanidades, sino que a través de un titular provocador que capta la atención se desarrolla un buen texto que entiendo que pone el foco en la poca adaptabilidad de algunas carreras humanísticas al mercado laboral. La base que ofrecen las humanidades (historia, arte, literatura,…) son indispensables para conocer en que entorno nos estamos moviendo y cuáles son sus necesidades (museos, patrimonio, galerías, pinacotecas, itinerarios culturales, didáctica, etc.) y en este caso las universidades cumplen perfectamente con su cometido (también la voluntad del estudiante es importante como en todo…) pero también creo que es necesario ampliar la visión empresarial, económica, profesionalizadora de este sector ya des de los grados y no a partir de la ampliación de másteres a veces demasiado caros, que creo que es al fondo que se refiere la autora. Esta visión demasiado académica, creo que al final influye en parte también a que nos acostumbremos a relegar a la administración pública la responsabilidad única de la gestión del patrimonio cultural, y depender de las subvenciones o ayudas públicas no es el mejor modo de desarrollar políticas en patrimonio culturales, sino que una visión rentabilizadora de las inversiones en proyectos de conservación, estudio y protección del patrimonio cultural ayudarían a fortalecer el sector y mejorar las condiciones laborales. Y tal como lo leo, la autora no cuestiona las humanidades sino la necesidad de mejorar la incorporación profesional de los licenciados.
Natalia G. Barriuso
7 mayo, 2016 |
Hola, Martí. Muchas gracias por tu comentario. Veo que haces un buen resumen de lo que quise decir y me gusta la aportación que haces sobre que no podemos dejar la gestión cultural únicamente en manos de la Administración.
Es verdad que estamos muy acostumbrados a que todo lo referente a la cultura dependa de lo público y a estar siempre «apadrinados» por ella. Seguramente la inclusión de profesionales autónomos y empresas dinamizaría el sector y favorecería la inserción laboral.
Creo, sin embargo, que la Administración cumple un papel fundamental como garante del cumplimiento de unos requisitos incuestionables en temas de conservación y difusión (me refiero a que no se puede convertir en un sector totalmente liberalizado en el que el dinero lo controle todo), pero eso no debería ser impedimento para que también entraran en juego otros agentes.
Un saludo.
Daniel Jiménez Cornejo
9 junio, 2016 |
Quizá, ni la lectura de la Misión de la Universidad de Ortega, represente un argumento válido para censurar el planteamiento de Natalia. En estos casos puede resultar más útil conocer las estadísticas que comenta Javier; empleabilidad y desarrollo profesional de esas carreras.
Daniel Jiménez Cornejo
9 junio, 2016 |
De acuerdo contigo Javier, en ocasiones el apasionamiento nos hace invidentes a la realidad del entorno. Es una realidad lamentable lo que está ocurriendo desde hace varias décadas en las carreras de
humanidades.
Daniel Jiménez Cornejo
9 junio, 2016 |
Tal vez; solo te digan que un pintor.