Judith y Holofernes

Caravaggio, Judith y Holofernes, 1598-99.

Las carreras de humanidades se han quedado ancladas en el pasado y no han sabido renovarse, lo cual provoca grandes carencias en sus planteamientos de base. Empiezo a sospechar que de aquí viene la creencia de que las humanidades no sirven para nada y, peor todavía, yo misma empiezo a cuestionarme la utilidad de estas carreras.

No pongo en duda el valor de los conocimientos humanísticos, que nadie me malinterprete, más bien cuestiono cómo estos campos del saber son enseñados en las universidades. ¿Por qué?

Porque en la universidad no te enseñan una profesión.

Exacto, ninguno de nosotros hemos aprendido a desarrollar una profesión (hablo sobre todo de Historia del Arte, que es lo que más conozco y de lo que puedo opinar).

¿Te imaginas que en Arquitectura solo enseñaran teoría de la arquitectura, historia de la arquitectura… y que sus estudiantes acabasen la carrera sin saber hacer un plano? Pues eso es lo que ocurre en Historia del Arte.

Es necesario conocer el arte, pero ¿no es también importante aprender algo sobre la gestión, la comunicación, la interpretación… de ese arte?

Acabamos la carrera siendo enciclopedias andantes, con la cabeza llena de fechas y nombres, pero sin la menor idea de qué hacer con todos esos datos. Estoy segura de que esto no ocurre en ninguna ingeniería, y la razón principal es que en una ingeniería te enseñan a ser ingeniero, mientras que en historia del arte te enseñan arte, pero no a ser un historiador del arte.

Yo creo que es muy importante tener conocimientos artísticos, pero no sé si hasta el punto de que toda la carrera se base en memorizar cantidades ingentes de datos que, a fin de cuentas, están disponibles en cualquier libro.

Historia del Arte (y otras carreras de humanidades) se han quedado ancladas en el pasado y no se han preocupado por renovarse. En verdad, estos estudios están exclusivamente enfocados a hacer una tesis doctoral -quizás también unas oposiciones- y en sus planes no se refleja ninguna otra salida.

Que estos estudios estén nutridos de un cuerpo docente que no ha hecho nada más que esto quizás sea parte de la explicación. ¿No sería interesante tener entre los profesores a profesionales del sector que aporten otro punto de vista?

Sospecho, además, que gran parte de los problemas de inserción laboral del sector tienen su raíz ahí. En un país que rebosa patrimonio y que atrae millones de turistas cada año el trabajo no debería faltar, no tiene sentido. Sin embargo, es así.

Si la gente acaba sus estudios sin una idea clara de cómo desarrollar una profesión, es muy difícil entrar en el mercado laboral, ya sea como empleado o como autónomo. Muchos puestos, al final, son ocupados por otros profesionales (como periodistas o técnicos de turismo) que tienen una formación más práctica y que pueden llevar a cabo esas funciones.

Esto no significa que tengamos que abandonar nuestros sueños. Si queremos dedicarnos al arte y al patrimonio, estudiemos Historia del Arte, pero seamos conscientes de sus carencias para ponerles solución cuanto antes.

Como esperar que la solución venga de arriba y se cambien los planes de estudio es bastante utópico, es necesario ponerse manos a la obra y buscar las alternativas por nuestra propia cuenta. Unas prácticas profesionales o la formación complementaria son las mejores opciones.

Muévete y busca tu camino.

En nuestro último libro encontrarás algunos consejos sobre cómo hacerlo. En él hemos recogido nuestra experiencia personal con la esperanza de que te sirva de ayuda. Esperamos que así sea y que con él puedas dar un paso adelante en tu carrera.