Hiroshi Sugimoto, Tyrrhenian Sea.

Hiroshi Sugimoto, Tyrrhenian Sea.

Veo lo que la cámara puede ver. Siento como si me volviese una cámara. Mi mente es una cámara oscura.

Uno de los más grandes fotógrafos del panorama internacional ha llegado a Fundación MAPFRE Barcelona con su exposición “Black box”. Hiroshi Sugimoto nos deleita con unas imágenes llenas de serenidad, pero al mismo tiempo inquietantes. Y es que la quietud absoluta que reina en todas ellas nos hace reflexionar e ir mucho más allá, porque son imágenes que hablan de la vida, la muerte y, sobre todo, del paso del tiempo. La ausencia de vida y de movimiento nos acerca a una extraña realidad en la que tan solo queda el transcurrir del tiempo, algo que hasta ahora pensábamos que era imposible captar en una instantánea.

A través de ellas, además, podemos descubrir la maestría de un auténtico artesano, ya que únicamente emplea técnicas tradicionales. Sugimoto domina la fotografía analógica en blanco y negro, pues su objetivo es poder controlar hasta el más mínimo detalle del proceso. Gracias a este meticuloso trabajo consigue unas imágenes de efectos sorprendentes que hacen dudar al espectador de lo que está viendo.

En los ciento setenta años que han pasado desde que se inventó (la fotografía), durante los cien primeros fue casi exclusivamente en blanco y negro. Por eso se asocia el blanco y negro con los recuerdos. Trae una imagen nostálgica del pasado.

En “Black box” podemos contemplar cinco de sus grandes series fotográficas:

Seascapes (paisajes marinos)

En esta serie Sugimoto recorre el mundo captando diferentes paisajes marinos y buscando escenas primigenias que nos trasladan al pasado. Son imágenes en las que tan solo aparecen el cielo y el agua, a veces fusionándose sin una frontera clara y otras creando una nítida línea del horizonte. Aunque todas las imágenes son iguales, todas son diferentes, porque los efectos atmosféricos las hacen únicas: el día, la noche, la niebla…

Se trata de imágenes realistas, que captan un instante de la naturaleza, pero el encuadre y los juegos de luces las hacen parecer casi abstractas. En ocasiones nos parece estar observando un lienzo pintado en el que se juega con los contrastes cromáticos y las texturas. Es el gran dominio de la técnica y la minuciosidad en el proceso lo que permite al artista crear obras que engañan el ojo del espectador.

La pregunta que me hacía era esta: cuando el primer humano se puso en pie y miró el mar, ¿qué vio?

Portraits (retratos)

Hiroshi Sugimoto, Enrique VIII.

Hiroshi Sugimoto, Enrique VIII.

En esta segunda serie Sugimoto nos vuelve a sorprender con su alarde técnico. Se trata de una serie de fotografías de muñecos de cera de personajes históricos. Colocados sobre un fondo negro, se transforman en auténticos retratos a la manera de las antiguas pinturas. Pintura o fotografía, muñecos o personajes reales… las imágenes se mueven en el ámbito de lo incierto y hacen dudar al espectador de lo que está viendo. Destaca, sobre todo, el conjunto de Enrique VIII con sus seis esposas.

Más realistas que la vida. Entonces la cuestión es: ¿qué es la vida y qué la muerte? Si usted cree que esto es vida, ¿por qué parece muerte?

Theaters (cines)

Hiroshi Sugimoto, El Capitán (Hollwood).

Hiroshi Sugimoto, El Capitán (Hollwood).

En la serie Theaters vuelve de nuevo a la idea del paso del tiempo y en esta ocasión lo hace fotografiando cines durante la proyección de una película. Pero no se trata de una instantánea, sino que Sugimoto mantiene abierto el obturador durante todo el tiempo que dura la proyección. El resultado es una pantalla velada por la sucesión de imágenes que queda como un gran rectángulo blanco en el centro de la fotografía. La iluminación especial con la que se exponen las obras hace que parezca que tienen luz propia, un efecto curioso que sorprende al visitante. Estas imágenes recogen, así, el transcurrir del tiempo en una foto fija: una película entera queda condensada en una pantalla en blanco.

Dioramas

Hiroshi Sugimoto, Alaskan Wolves.

Hiroshi Sugimoto, Alaskan Wolves.

Esta serie está formada por fotografías de los dioramas del Museo de Historia Natural de Nueva York. De nuevo, reflexiona sobre el paso del tiempo y la dualidad entre realidad y fantasía. Se trata de paisajes antiguos vistos a través de los ojos del artista que creó el diorama y, aunque parezcan reales, están muy lejos de serlo. Es la representación de una representación. Su gran pericia técnica es la que le permite, como en otras ocasiones, crear esa imagen que hace dudar al espectador sobre la realidad de lo que está viendo.

Yo solo quiero plantear las preguntas. Si lo que está usted mirando es lo que realmente está mirando. Si lo que está creyendo es realmente lo que está creyendo.

Lightning Fields (Campos de relámpagos)

Hiroshi Sugimoto

Hiroshi Sugimoto, Lightning Fields.

La última serie está formada por fotografías realizadas sin cámara y que han sido creadas a base de someter la película a impulsos eléctricos. El resultado es un juego de luces, sombras y texturas de gran belleza. Con esta serie Sugimoto nos demuestra su interés por la ciencia y por la fotografía como artesanía.

La exposición estará en Barcelona hasta el 8 de mayo y, a partir del 23 de junio, se podrá visitar en sala de Fundación MAPFRE de Madrid.

(*) Imágenes cedidas por Fundación Mapfre.