En ocasiones el mundo no es suficiente, al menos en su experiencia cotidiana. Hay días en los que parece oprimirnos bajo su peso, y otros en los que nos resulta puramente incomprensible. No nos basta con los acontecimientos tal y como vienen, sino que los revestimos de sentido, y si encima ello nos convierte en partícipes de la historia, mejor.

Comúnmente creemos que lo que nos distingue del resto de animales es la inteligencia. Error. Es la imaginación: ella nos permite conjurar hipótesis, posibilidades y alternativas; ella precede a cada descubrimiento y a cada creación. Y esto es algo a recordar siempre que denostamos la fantasía, la especulación o la reflexión por considerarlas irreales. Con asombrosa frecuencia la ficción demuestra ser solo la antesala de la realidad, o en el más leve de los casos, un vehículo a través de la cual cuestionarla o expandirla.

¿Un ejemplo? Nadie discute el papel casi fundacional en el desarrollo de la cultura occidental de la Ilíada; sin embargo, no son tantos los que reconocen en ella una obra de fantasía. ¿Poner por escrito un relato oral acerca de una guerra acontecida quinientos años antes de su redacción, de duración y dimensiones exageradas, héroes invulnerables, dioses protectores, etc.? Sí, es fantasía. Y no por ello menos venerable, ni menos educativa. La Divina Comedia, El Quijote, Frankenstein… la lista es infinita.

Un artista y un relato extraliterario

Eames Demetrios (San Francisco, 1962) se autodenomina Geógrafo Itinerante, Director y Cineasta. Nieto de los célebres diseñadores Charles y Ray Eames, preside la fundación Eames Office, dedicada al redescubrimiento y difusión del trabajo de éstos -en particular con exposiciones como Powers Of Ten. Lo inmensamente prolífico y creativo del trabajo de sus abuelos modeló su trabajo artístico. Tras graduarse en Harvard, se dedicó al video interactivo y al cine, obteniendo premios y el elogio de la crítica. Con más de doce exposiciones y quince libros a sus espaldas, destaca en sus instalaciones, performance y Narración Tridimensional (escultura y excavaciones), lo que abarca la creación y desarrollo, primero de un país paralelo (Kymaerica, remedo de Norteamérica) para finalmente expandirlo y generar un universo ficticio muy particular.

Lo de este autor no es ni mucho menos nuevo. Dante, Voltaire, Stevenson, Lovecraft o Borges ya imaginaron otros mundos o extensiones del nuestro y capaces de desbordar nuestra comprensión. Kcymaerxthaere (pronunciado ‘caimérxcer‘) es un universo paralelo al nuestro -de infinitas dimensiones menos 29, para ser exactos-, con regiones y lugares que se cortan y solapan con el mundo que conocemos.

Mapamundi de Kcymaerxthere © kcymaerxthere.com.

Kcymaerxthaere cuenta con un glosario peculiar e historias propias que cuentan con conceptos, personajes o eventos recurrentes, como el Ferylemt (una dimensión esencial de la existencia tan diferente al Tiempo y al Espacio como estos lo son entre sí), Eliala Mei-Ning (una mujer con una voz inconcebiblemente bella, y huyendo de los Puhnee) o la Batalla de Some Times.

Sin embargo no son estos atributos lo que lo hacen especial. Donde Demetrios nos sorprende es en que su obra artística trasciende el marco literario convencional, permeando nuestra realidad: murales, tours, cerveza, tapices, performances y cientos de placas a lo largo y ancho del mundo conmemorando lugares y acontecimientos clave de los mitos de Kcymaerxthaere. Actualmente en pBeryan -el equivalente al territorio Peninsular en su universo-, existen cuatro: El Hilo de La Memoria, Los Prados Gnacien (en Empedraza), La Plaza de La Luna (en aZlunas) y el Muro de Roca (en Stoan Orange Glef).

Placa en ‘Plaza de la Luna’ (Plaza Sta. María Soledad Torres Acosta, Madrid) ©kcymaerxthere.com.

Una apuesta por la Complejidad

¿Qué intención tiene Demetrios con la creación de Kcymaerxthaere? Más allá de lo anecdótico o lo extravagante, es una invitación a considerar la realidad con nuevos ojos. Tan es así, que si hay una némesis en Kcymaerxthaere es Kmpass, un dios obsesionado en privar al mundo de toda complejidad, y responsable de todo cuanto es demasiado simple (desde la venganza a las cadenas de comida rápida). Demetrios considera que la mayor riqueza del mundo es su complejidad, algo que debería hacernos pensar.

Al tener lugar fuera del marco parcelado que ofrece un libro o una película, su ficción no pretende divertirnos o conducirnos a una reflexión personal y privada. Todo lo contrario. Kcymaerxthaere, al colindar con nuestro mundo y su presencia celebrada en espacios abiertos y públicos, más allá de una simple broma, nos invita a hacer una meditación colectiva sobre un lugar en particular y sobre nuestro mundo tendiente a la globalización. A mirarlo con un asombro o misterio renovados, como con los ojos del enamorado o del niño.

Más info sobre este artista en: www.eamesdemetrios.com

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