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Distrito de Pudon, Shanghai, China. (*)

Recientemente se ha publicado el Informe sobre el estado de la cultura en las ciudades globales para el año 2012. Las conclusiones NO son sorprendentes y señalan una vez más que existe una relación directa entre desarrollo cultural y desarrollo económico, más aún cuando estamos inmersos en la economía del conocimiento y donde lo que debe primar es la captación del talento en las empresas. No se trata de ningún slogan barato, invertir en cultura es mejorar la economía. Veamos cómo sucede esto basándonos en este informe:

El valor cultural o el éxito económico están empezando a concebirse como dos factores interconectado

En la era de la globalización, las ciudades están incrementando la competencia unas con otras, ya sea por el establecimiento de firmas multinacionales, o por el derecho a albergar grandes eventos culturales o deportivos.

El informe revela que el valor cultural o el éxito económico están empezando a concebirse como dos factores interconectados. Ciudades como Londres, Nueva York o París conciben la cultura como una parte fundamental de su poder económico. Pero también es reconocido de esta manera por las ciudades de economías emergentes como Shanghai, Estambul o Sao Paulo, que han impulsado de manera considerable la actividad cultural en los últimos tiempos.

Esto se aprecia de dos maneras:

1) Más empleos: las formas comerciales de la cultura – las industrias creativas- constituyen una parte importante y creciente de las economías de las grandes ciudades. Dados los retos que afrontan otros sectores económicos como el financiero o los servicios públicos, las industrias creativas representan una larga fuente de empleos, exportaciones e impuestos sobre los ingresos.

2) Atracción de Talento: La segunda contribución de la cultura a las economías urbanas es, si cabe, más fundamental. La cultura en todas sus formas es importante porque convierte a las ciudades en lugares atractivos para las personas con formación y también para los negocios que buscan emplearlas. En la globalizada economía del conocimiento, tener una fuerza de trabajo bien formada es una de las claves para el éxito, y estos trabajadores demandan entornos creativos y estimulantes. Por lo tanto, una rica y vibrante cultura también se convierte en una fuente indirecta de éxito económico.

En conclusión

Si este informe está en lo cierto y se comprueba que la industria cultural juega un papel fundamental en la economía, incrementando el número de empleos directos, a la vez que atrae a una selecta élite intelectual-creativa, es preciso que hagamos una fuerte crítica con respecto a lo que está ocurriendo en España.

En nuestro país hemos asistido en los últimos años y dentro de la llamada “burbuja inmobiliaria” a la proliferación de numerosos recintos dedicados a la cultura. Sin embargo, todo el peso económico ha caído sobre un sector público que en estos momentos se ve desbordado ante la falta de financiación o al creciente endeudamiento. Por eso, corresponde ahora al sector privado (e incluso a la iniciativa personal) realizar su parte del trabajo y apostar por esta economía de presente y de futuro, de otra forma, iremos perdiendo puestos en el ranking mundial de ciudades y países más desarrollados cultural y, por tanto, económicamente.

(*) Imagen de Portada: Wechselberger, Creative Commons License.