En Hervás (Cáceres) se encuentra el Museo Pérez Comendador-Leroux, dedicado a la obra de ambos artistas, Enrique Pérez Comendador y Madeleine Leroux Morel.
El museo se encuentra en la calle Asensio Neila, en un edificio palaciego construido en piedra que destaca entre los que existen en la calle. En 1972 se compró el edificio y se encargó a Fernando Chueca la rehabilitación del mismo como museo y biblioteca pública que comenzó en 1977. Sin embargo, el museo no se inaugura hasta 1986 debido a retrasos en las obras.
¿Quiénes fueron Enrique Pérez Comendador y Madeleine Leroux Morel?
Pérez Comendador fue un escultor nacido en Hervás pero que pronto emigra para trabajar en una fabrica harinera en Sevilla. A pesar de ello, él quiere crecer como artista y entra, por mediación de su tío, en el taller de Joaquín Bilbao en Sevilla como aprendiz hasta que cumple 19 años, cuando es pensionado por el Ayuntamiento de Sevilla y la Diputación de Cáceres para viajar a Madrid y a diversos países como Italia o Francia.
En 1929 conoce a Madeleine Leroux Morel en Madrid, parisina de nacimiento y de padre artista, donde ella se encontraba también pensionada por el Instituto de Francia. En 1931 se casan y desde entonces comparten su vida privada y artística juntos, siendo ella quien hiciera germinare el proyecto del actual museo.
Ambos fueron académicos de varias instituciones y Pérez Comendador llegó a ser Catedrático de Modelado del Natural y Composición Escultórica, en la Escuela Central de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y Director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma.
Además ganaron prestigiosos premios como la Medalla de Oro Exposición Iberoamericana de Sevilla, en 1929, el Gran Premio de Roma, en 1934, o el Premio Nacional de Escultura, en 1935 (Pérez Comendador) o la Medalla de Oro en el Salón de París, 1926, el Prix de Rome, 1927 o el Premio adquisición en la Exposición Nacional de Barcelona, en 1941 (Leroux).
El Museo
El actual museo se divide en 7 salas, donde se puede ver la evolución de la escultura de Pérez Comendador y de la pintura de Leroux y las diversas influencia que adquieren gracias a sus viajes.
El jardín también está musealizado y acoge una exposición de esculturas que han pasado por las diversas exposiciones temporales que celebra el museo. También es el lugar donde se llevan a cabo algunas de las actividades ofrecidas por el museo, sobre todo, aquéllas que se realizan en verano. Este jardín lleva el nombre del donante de la colección a Hervás: Roger Lecourtier.
Por último, en el vestíbulo, se encuentran la sala de exposiciones temporales y otra dedicada a la obra de Ángel Duarte, nacido en el vecino pueblo de Aldeanueva del Camino, y quien fuera parte del Equipo 57 junto con Jorge Oteiza, Ángel Duarte o Agustín Ibarrola entre otros.
(*) Imágenes de elaboración propia: Luis M. García Navarro.
Estanislao
26 junio, 2014 |
El pasado fin de semana 31 de mayo – Y 1 de junio 2014
Un grupo de unas 50 personas, hicimos un viaje cultural al Valle de Ambroz, entre otras cosas visitamos este interesante Museo, la gente vino encantada de la calidad de sus esculturas, no cobran nada por la entrada. A mi particularmente me parece que tenían que cobrar algo
Luis M. García Navarro
27 junio, 2014 |
Muchas gracias por tu comentario Estanislao.
A mi personalmente me sorprendió mucho y para bien este museo. Lo concocía sólo de oídas y aproveché la oportunidad que tuve para llevarme una grata visita. Deberían de darle mayor difusión. Respecto a cobrar entrada o no, volvemos al debate sobre el que muchas veces hemos hablado: ¿debe de ser gratis la Cultura? Yo también creo que deberían de cobrar algo simbólico, al menos para hacer frente a los gastos básicos.
Javier Albelo
27 junio, 2014 |
¿La comida es gratuita? ¿Alguien está manifestándose al respecto? Entonces no veo por qué todo ha de ser completamente gratuito. Creo que lo gratis devalua la cultura, tanto en lo que se refiere al patrimonio como es este caso, como en el de los profesionales que allí trabajan y realizan labores de investigación, difusión, conservación, restauración, etc. Otra cosa es que estén a un precio accesible para que todos los colectivos puedan acceder, obviamente no me refiero a eso. Como mínimo debería existir la posibilidad de hacer una donación. Los individuos conscientes y educados que lo deseen deberían poder pagar una cantidad simbólica y que no todo se resuelva por la vía impositiva.
Natalia García
29 junio, 2014 |
Es cierto que es preferible que los museos públicos cobren una entrada y no se mantengan únicamente a base de impuestos. Como dice Javier Albelo, el precio no debe ser tan elevado como para impedir el acceso a la cultura de ciertos colectivos sociales, pero sí lo suficientemente alta como para colaborar en el mantenimiento de la institución.