Júpiter y Tetis

Ingres, Júpiter y Tetis, 1811, Museo Granet.

En un artículo anterior señalé las ventajas de adentrarse en este maravilloso mundo que es la Historia del Arte, pero no todo es de color de rosa (ni mucho menos) en este sector, así que me he decido a escribir las razones por las que yo no estudiaría Historia del Arte.

Aquí los tienes:

1. Quieres un estándar de vida elevado:

Obviamente con esta profesión no te vas a hacer rico. Supongo que a estas alturas ya debes haberte dado cuenta. Si tu meta en la vida se reduce exclusivamente a obtener réditos económicos, mejor descarta la opción de estudiar Historia del Arte.

Como te mostré en este otro artículo, los datos son contundentes: los sueldos no son altos y no es una profesión que el mercado considere de valor. Es cierto que en casos puntuales los salarios pueden ser ligeramente elevados, sobre todo si consideramos la remuneración de los altos cargos de la Administración relacionados con la cultura o los directores de museos importantes; pero del resto, los sueldos objetivamente no son altos.

Si en tu caso particular tienes aspiraciones económicas más elevadas (lo cual es totalmente lícito), entonces qui-
zás deberías contemplar la posibilidad de dedicarte a otras profesiones mejor pagadas.

2. Eres una persona muy cerebral y práctica:

Si eres una persona práctica y poco soñadora, yo en tu lugar descartaría esta profesión. En ese caso, mejor busca qué profesiones ofrecen un grado de empleabilidad superior al 90 % (informático, contable, gestor financiero, etc.), pero, por favor, no vayas a elegir Historia del Arte, porque tu decepción cuando termines los estudios va a ser mayúscula.

Si, además, te puedes permitir pagar una universidad privada, es todavía más probable que encuentres trabajo con mayor celeridad.

Ahora bien, tienes que tener claro que las decisiones en la vida acarrean consecuencias y que todo tiene un coste que tienes que estar dispuesto a pagar. Quizás un día te levantes, vayas a la oficina y te sientas desgraciado por desarrollar una actividad que consideras horrible, incluso aunque tu sueldo sea elevado.

Personalmente, pienso que la riqueza en la vida no solo se mide en un extracto bancario, sino que existe otro indicador que no falla para saber si tomas las decisiones correctas: ¿te levantas feliz y pletórico por las mañanas? Si tu respuesta es positiva, habrás hecho lo correcto.

3. Reduces la realidad a lo que publican los medios de comunicación:

Si fuéramos a hacer caso de todo lo que leemos en los medios de comunicación, todos seríamos brókers o todos estudiaríamos unas oposiciones porque es lo más seguro que existe laboralmente hablando (no te despiden, tienes pagas dobles, vacaciones reguladas, días de asuntos propios, etc.).

Pero la realidad es que la seguridad no existe, es una ficción que se crea el ser humano para poder subsistir. El mundo ya no es lo que solía ser.

Ahora vivimos en un mundo VUCA, unas siglas que traducidas del inglés significan ‘volátil, incierto, complejo y ambiguo’. Así que realmente nadie sabe lo que está pasando en este planeta, ni siquiera los medios de comunicación masivos.

Para poder saberlo habría que conocer todos los datos y variables que existen y todas las combinaciones posibles de estos entre sí. Como es lógico, esto es imposible de obtener y, aún en el caso de que esto fuera posible mediante inmensos bancos de información, el resultado sería únicamente una instantánea de un momento muy concreto que cambiaría al día siguiente.

Dicho esto, si te guías por lo que dicen los medios de comunicación ciegamente, no estudies Historia del Arte. Si, aún así, por tu cuenta y riesgo, deseas estudiar esta carrera, allí aprenderás a no fiarte de los medios de comunicación y a desarrollar tu espíritu crítico.

4. Te guías por lo que te dice un familiar o amigo:

Si nadie sabe qué está pasan do en el mundo, mucho menos tus familiares o amigos. A menos que ellos trabajen en el sector cultural y sepan de lo que están hablando, ni se te ocurra hacerles caso. Ellos ven la realidad de una forma que no tiene por qué corresponderse con la tuya.

Tampoco te fíes de los llamados “realistas”. Si quieres aburrirte y deprimirte consulta a un realista, es decir, a aquel que te dirá las famosas frases: «Estudia Económicas que eso tiene más salidas laborales» o «Estudiar Historia del Arte… eso no es realista».

  • ¿Es realista volar en avión?
  • ¿Es realista que las personas se conecten a Internet?
  • ¿Es realista ir a la Luna?

Si fuera por los realistas viviríamos todavía en la prehistoria, no habríamos desarrollado la tecnología que tenemos hoy en día ni dis pondríamos de todos los conocimientos de que disponemos.

Si eres de los que se guían por familiares o amigos realistas (que pueden emitir sus juicios con su mejor intención), mejor no estudies Historia del Arte. Pero recuerda: las personas más brillantes de la humanidad no han sido realistas, siempre consideraron que se podía ir más allá, aunque los demás no fueran capaces de verlo.

Haz tu propia lista de pros y contras

Hasta aquí es lo que te puedo recomendar, ahora te toca a ti. No esperes a que los demás te digan qué es lo que tienes o no tienes que hacer y elabora tu propia lista de pros y contras.

No te olvides de incluir las amenazas (disponibilidad de tiempo, disponibilidad de recursos económicos, retorno de la inversión realizada, rentabilidad personal o rentabilidad social) y de oportunidades (conocimientos prácticos adquiridos, mejora de las capacidades de análisis de la realidad que nos rodea, desarrollo de la capacidad crítica, mejora de la cultura general, posibilidad de trabajar en lo que te gusta, etc.).

Pd. Este artículo forma parte del libro «Por qué estudiar Historia del Arte». Si estás interesado en adquirirlo consulta este enlace.