Palau Guell

Escondido en una de las callejuelas del Raval se encuentra el Palau Güell, una de las primeras y más fascinantes obras de Gaudí. Descubre con nosotros las claves para conocerlo mejor.

1. Enigmático

A pesar de que se trataba de la vivienda de uno de los hombres más ricos del momento y de que fue hecha por uno de los arquitectos más célebres de la historia, la información que se tiene sobre la construcción del palacio y sus habitantes es muy limitada. En el caso de la familia Güell, porque nunca ha habido mucha información sobre ellos, mientras que en el caso del arquitecto es debido a que durante la guerra su estudio se incendió y se perdió todo el material que pudiera conservar. Por todo esto, lo poco que se sabe del palacio es gracias a los análisis recientes del edificio y a los recortes de la prensa del momento.

2. Gaudí y Güell: arquitecto y mecenas

Gaudí y Güell se conocieron en 1878 en la Exposición Universal de París, donde se exhibía una vitrina diseñada por el joven arquitecto que llamó la atención del empresario. A partir de ese momento ambos entraron en contacto y se forjó una de las colaboraciones más fructíferas de todos los tiempos: la de una enorme fortuna con una mente brillante e ingeniosa, que nos ha legado obras espectaculares que a día de hoy todavía nos sorprenden.

Aunque Gaudí ya había realizado con anterioridad los pabellones de entrada de la finca Güell en Pedralbes (1883), el palacio es la primera obra de gran envergadura que el empresario encargó al arquitecto. Pero no solo es una obra de gran envergadura, sino que se trataba de la construcción de su propio hogar. Por tanto, podemos ver aquí un símbolo de esa estrecha unión que hubo entre artista y mecenas, una unión que fue mucho más allá del plano profesional y se convirtió en verdadera amistad.

3. Un palacio en el Raval

A diferencia de otras familias burguesas del momento, que construían sus palacios en el recién proyectado Ensanche, la familia Güell se instaló en el Raval, en pleno centro histórico de Barcelona. Quizás se deba a que la casa donde había vivido el padre de Eusebi Güell se encontraba ahí y deseaban construir su palacio justo al lado, como de hecho hicieron.

Pero los solares en una zona tan congestionada no eran grandes, de modo que Eusebi Güell tuvo que adquirir hasta tres edificios colindantes para, una vez derruidos, disponer de superficie suficiente para una gran mansión. Sin embargo, y a pesar de esto, el Palau Güell no tiene las dimensiones propias de la vivienda de un hombre de su nivel económico y es, hasta cierto punto, pequeño. Pero esta escasez de metros cuadrados fue solventada con genialidad por Gaudí, que supo sacar el máximo provecho al reto que le presentaban.

4. Gaudí antes de Gaudí

El Palau Güell (1886-1890) es uno de los primeros grandes encargos que recibió el genial arquitecto. Por eso, en él vemos un estilo un tanto diferente del plenamente modernista de sus famosas obras posteriores. En el Palau Güell Gaudí todavía bebe de la estética eclecticista y medievalista, influencias estas muy patentes en algunos elementos, como los artesonados de clara inspiración islámica. Aunque esto no es óbice para que, al mismo tiempo, ya veamos surgir la gran genialidad e imaginación del arquitecto en soluciones radicalmente innovadoras.

5. Un edificio volcado hacia el interior

El Palau Güell es un edificio que se encierra sobre sí mismo y se aísla del exterior. Como se ha dicho antes, se eleva en mitad del casco histórico y no, como otros palacios, en el Ensanche. Rodeado de edificios pobres e, incluso, casas de prostitución y cabarets, el palacio se encierra sobre sí mismo para crear una isla de lujo y sofisticación en mitad del Raval. Por eso, su fachada exterior es bastante sencilla y pasa desapercibida: hecha de piedra del Garraf y dividida en seis niveles, lo más llamativo son sus dos puertas de acceso de perfil parabólico cerradas con una espectacular rejería. Una vez atravesada esta puerta, el palacio nos recibe con un juego infinito de formas y colores que muy poco tiene que ver con su imagen exterior.

6. Un edificio en torno a un salón

Como todo palacio que se precie, el de los Güell tenía que contar con un gran salón principal donde celebrar fiestas y desarrollar la activa vida social propia de su clase. Sin embargo, como mencionábamos antes, el suelo disponible para elevar el palacio era limitado, de ahí que el salón principal tenga unas dimensiones bastante reducidas para lo que debería ser. Pero Gaudí, en lugar de asumir este hecho como un problema, lo usó como excusa para dar rienda suelta a su genialidad y buscar una solución original y sorprendente: si el salón no podía crecer en planta, lo haría en altura.

Gaudí diseñó el salón principal como una especie de patio central y, como tal, se desarrolla en altura atravesando todas los pisos superiores. Así, todas las demás estancias superiores giran en torno a este salón, que pasa a ser el eje vertebrador del edificio. En lo más alto, el salón se cierra con una original cúpula parabólica que asoma por encima de la azotea y que está perforada para dejar pasar la luz.

7. 7 alturas, 7 funciones, 7 estilos

El Palau Güell cuenta con hasta siete pisos diferentes, cada uno de los cuales tenía una función muy definida que marcaba el estilo y la decoración.

Sótano-caballeriza. La planta del sótano, que se desarrolla entre los pilares de fundamentación del edificio, tenía la función de caballeriza. En ella vemos estructuras de ladrillo visto y prácticamente ningún elemento decorativo.

Planta baja-acceso. La planta que se sitúa a nivel de calle tenía la única función de dar acceso al edificio. Está diseñada con una doble puerta, una de entrada y otra de salida, que permitía una circulación circular de los coches de caballos. Estos podían quedar aparcados en la parte posterior, mientras que los invitados accedían por una escalinata central al piso superior. Como se ha mencionado antes, el palacio se cerraba sobre sí mismo, de ahí que esté diseñado para poder entrar con los coches de caballos y no tener que bajarse en la calle. Por lo que se refiere a la ornamentación, en esta planta destaca, sobre todo, la espectacular rejería de las puertas de acceso.

caballerizas

Entresuelo-oficinas y vestíbulo. Eusebi Güell disponía de un despacho en la primera planta de su palacio desde donde dirigía todos sus negocios. Comunicado directamente con la calle, permitía que las visitas de negocios pudieran acceder sin tener que adentrarse en el espacio privado de la casa. Este piso, que también hace las veces de vestíbulo para la vivienda, está cubierto de mármol en suelo, paredes y techo, lo que le da un aire bastante frío y sobrio.

Planta noble-espacio público y de representación. La planta principal del palacio es la destinada a la vida pública y de relaciones sociales. En ella se encuentran, además del salón central, diversas estancias para los invitados: la sala de visitas, tocador de señoras, tribuna de fumadores, comedor, sala de billar… A lo largo de esta planta el lujo y la ornamentación alcanzan su máximo apogeo e invaden cada elemento, desde los arrimaderos hasta los artesonados del techo, con todo un despliegue de fantasía e imaginación.

Planta de dormitorios-espacio privado. Es en este nivel donde encontramos los dormitorios y los servicios y donde tenía lugar la vida privada de la familia Güell. Toda la planta gira en tono al salón central del piso inferior, con el cual está comunicado a través de numerosas ventanas que permitían observar desde lo alto lo que ocurría abajo. Aunque en esta planta también observamos elementos decorativos y materiales ricos, el ambiente es mucho más sobrio y menos recargado que en el piso inferior.

Desván-área del servicio. El desván estaba destinado al servicio del palacio y ahí se encontraban la cocina y los dormitorios de los criados. En la actualidad se ha perdido toda la compartimentación interior y el espacio es utilizado como sala de exposiciones.

Azotea-chimeneas. Por encima de la azotea sobresalen las chimeneas de la casa y el pináculo que se eleva sobre la cúpula del salón central. A pesar de que eran elementos que no quedaban expuestos al público, Gaudí les dio formas originales, los decoró con su famoso trencadís y creó un bosque de fantasía.

8. Un salón para la música

Salon Palau Guell

El salón principal no era solo un lugar de reunión y de celebración, era un auténtico espacio para la cultura, ya que en él tenían lugar diversos actos culturales, como recitales de poesía o conciertos. Destaca, sin embargo, el papel que la música tuvo en esta sala, presente desde su mismo diseño y concepción. La sala cuenta con una tribuna elevada para los músicos y con un órgano en la parte más alta (el teclado original estaba en la parte baja), lo cual hacía que se produjese un sonido envolvente que provenía de diversos puntos. Que la estancia principal en torno a la cual giraba todo el palacio fuera una auténtica sala de conciertos nos habla de la faceta de mecenas de las artes del poderoso empresario y de la importancia que la música debió de tener para él. De hecho, sus hijas fueron músicas y compositoras.interior salon palau guell

9. Mobiliario

En la actualidad, el Palau Güell cuenta con una exposición de muebles que muestra algunas de las piezas originales que decoraron el palacio, así como otros muebles de la época que la Diputació de Barcelona ha ido adquiriendo con el tiempo. De la parte de los muebles que estuvieron en origen en el palacio (entre los cuales podemos incluir otros elementos, como las chimeneas o las pinturas), muchos fueron diseñados expresamente para este edificio, pero otros provenían, sin embargo, de su residencia anterior: el Palacio Fonollar en la calle Portaferrisa. La presencia de estos muebles junto con fotografías de la época nos ayuda a comprender cómo estuvieron decoradas las distintas estancias y a ver que, cuando la familia Güell vivía ahí, los ambientes recargados poco tenían que ver con la arquitectura desnuda que vemos ahora.

10. Los oficios y sus maestros

Tanto en la construcción del palacio como en su restauración posterior, el trabajo de los artesanos ha sido fundamental. En origen, los mejores maestros y diseñadores del momento trabajaron junto con Gaudí para dotar al palacio de una ornamentación espectacular, hecha de los mejores materiales y llena de fantasía (muebles, rejerías, artesonados, arrimaderos…). Este hecho enlaza directamente con la tendencia del modernismo a recuperar los oficios tradicionales y el trabajo manual en detrimento de los productos industriales. Fueron muchos los grandes maestros que intervinieron en el palacio:

Ebanistería

Joan Busquets i Jané
Gaspar Homar i Mesquida
Eudald Puntí

Forja

Hermanos Badia Miarnau
Joan Oñós
Salvador Gabarró

Pintura

Aleix Clapés i Puig

Escultura

Josep Llimona i Bruguera

Cerámica

Jaume Pujol i Bausis

Decoración

Alexandre de Riquer i Inglada
Francesc Vidal i Jevellí

En la actualidad, la exposición fotográfica «El Palau del Artesans», situada en las caballerizas, hace hincapié en este aspecto y nos invita a descubrir el palacio a través de espectaculares fotografías de lo más bellos detalles.

En la restauración moderna del palacio los maestros artesanos también han jugado un papel fundamental, pues todas las reproducciones que se han llevado a cabo se han hecho empleando las mismas técnicas y los mismos materiales que los originales. Entre los maestros actuales cabe destacar la intervención de David Mañas en carpintería y ebanistería, pero sobre todo la de Albert Blancafort en la reconstrucción del órgano. El órgano original, obra de Aquilino Amezua, era irrecuperable dado su mal estado de conservación, razón por la cual se decidió realizar uno nuevo aprovechando aquellos elementos originales que todavía se pudieran utilizar. Ahora está programado para sonar automáticamente cada 30 minutos, lo que hace que todos los visitantes puedan disfrutar de su música.

Actividades

Si decides acercarte al Palau Güell no solo podrás apreciar la belleza de su arquitectura, sino también participar de alguna de las múltiples actividades que organiza. Encontrarás visitas guiadas, talleres, conciertos… que permiten disfrutar de diferentes aspectos del palacio.

Son de especial interés las visitas y talleres para grupos escolares que giran en torno a la música en el palacio. «La música en el Palau Güell» es una visita guiada que muestra el palacio como una gran sala de conciertos, primero mostrando las diferentes salas relacionadas con la música y después enseñando el órgano, un instrumento que pocos se imaginan fuera de una iglesia. El «Taller de construcción de un tubo de órgano» convierte a los alumnos en aprendices de un maestro organero haciéndoles fabricar su propio tubo de órgano, que después sonará con la nota do. ¡Toda una experiencia para los alumnos!

Por último, si quieres disfrutar de la sonoridad de este espectacular espacio y ver cómo recupera su función original de sala de conciertos, puedes asistir al concierto de Navidad que correrá a cargo de la Escuela Vedruna y que tendrá lugar el día 17 de diciembre.

(*) Fotografías: Montserrat Baldomà. Copyright Diputació de Barcelona.