Todos sabemos que una parte de los Bienes de Interés Cultural se encuentran en manos de propietarios privados y también sabemos que muchas veces, precisamente por eso, ese patrimonio es menos accesible. En la Ley 16/1985 de Patrimonio Histórico Español se intenta garantizar la accesibilidad de todo el mundo a los BIC, tal y como queda reflejado en el Artículo 13.2:
Asimismo, los propietarios y, en su caso, los titulares de derechos reales sobre tales bienes, o quienes los posean por cualquier título, están obligados a permitir y facilitar su inspección por parte de los Organismos competentes, su estudio a los investigadores, previa solicitud razonada de éstos, y su visita pública, en las condiciones de gratuidad que se determinen reglamentariamente, al menos cuatro días al mes, en días y horas previamente señalados.
No obstante, la libertad que otorga a los propietarios para establecer los horarios hace que a efectos prácticos ese patrimonio sea inaccesible. A veces las horas de apertura son imposibles para una gran mayoría del público, otras ni siquiera es posible enterarse del horario.
Es cierto que aquí entran en conflicto los derechos de los propietarios a su privacidad (pues en ocasiones el bien patrimonial se encuentra en su lugar de residencia) con los del público en general y que este es un conflicto difícil de solucionar. Sin embargo, el patrimonio es cultura y la cultura no se puede privatizar, porque es de todos.
(*) Imágenes: Natalia G. Barriuso.
Albrecht Hariwald
11 mayo, 2015 |
Considero que uno de los principales problemas es la falta de vigilancia de las Administraciones Públicas competentes en la materia del cumplimiento de la normativa en lo referente a la obligación de apertura al público; en numerosas ocasiones se produce un «fraude de ley» estableciendo los propietarios unos horarios que hacen prácticamente imposible la visita o que son tan ridículos (2 horas al mes en algunos casos) que impiden el acceso a la gran mayoría de los interesados en la visita (en muchos casos se inscribe fraudulentamente a amigos,familiares,etc del propietario que en realidad no visitan el monumento con lo que al ser los horarios tan reducidos se establece una lista de espera que hace imposible la visita)…hay casos especialmente sangrantes, como los monumentos restaurados con dinero público…en estos casos, considero que la administración debería ser mucho más exigente en el pliego de condiciones que se establece para financiar dicha restauración en lo referente a los horarios y el control de las personas inscritas en la lista de visitantes para evitar dichas actuaciones fraudulentas.
Natalia G. Barriuso
11 mayo, 2015 |
Totalmente de acuerdo. Como dices, en el caso de los monumentos en los que se ha invertido dinero público deberia haber un control mayor para garantizar que esa inversión repercuta en la sociedad que lo ha pagado.