El Descendimiento, Iglesia de la Vera Cruz. Gregorio Fernández

El Descendimiento, Iglesia de la Vera Cruz. Gregorio Fernández.

Durante la Semana Santa las calles de numerosas ciudades son ocupadas por silenciosas procesiones que, al son de los tambores, avanzan poco a poco cargando sobre sus espaldas pesados pasos procesionales. Cada ciudad y cada cofradía tienen sus peculiaridades, pero si hay algo que define la Semana Santa de Valladolid es el arte. Y es que en esta ciudad las procesiones de Semana Santa son verdaderas exposiciones vivientes y dinámicas, pues en muchos de los pasos que van en procesión han intervenido algunos de los más grandes artistas de nuestra historia, como son Gregorio Fernández, Juan de Juni o Pompeyo Leoni. De este modo, ver los pasos vallisoletanos puede ser mucho más que una experiencia religiosa, puede ser una experiencia artística: ver en procesión las esculturas de Gregorio Fernández es como verlas cobrar vida.

A continuación hablaremos de algunos de los pasos más relevantes, pero ten en cuenta que no son los únicos en los que permanece la huella de grandes artistas, y muy especialmente la de Gregorio Fernández, que trabajó con mucha frecuencia como imaginero de las cofradías.

Gregorio Fernández

Podemos destacar cuatro conjuntos escultóricos de este magnífico artista del siglo XVIII, cuyas obras impactan por su realismo y expresividad y se caracterizan por los abultados pliegues acartonados de sus amplias telas.

El Descendimiento (1623)

Este paso pertenece a la Cofradía de la Vera Cruz y permanece guardado en la iglesia vallisoletana del mismo nombre, pero sale en procesión como santo titular de la Cofradía del Descendimiento y Santo Cristo de la Buena Muerte. Este paso también es conocido como “el Reventón”, pues en el siglo XVIII un hombre murió bajo su peso mientras era introducido en la Iglesia de la Vera Cruz.

El conjunto está formado por siete figuras: Cristo en la cruz; José de Arimatea y Nicodemo que descienden el cuerpo sin vida de Jesús; la Virgen María, san Juan y santa María Magdalena en la parte de abajo; y un sayón que ayuda a desclavar a Jesús. La imagen de la Virgen, sin embargo, no es la original, pues debido a la gran devoción que tenía fue separada del conjunto para protagonizar su propio paso, mientras que en El Descendimiento fue sustituida por una copia del siglo XVIII. La Virgen de la Vera Cruz preside el retablo de la iglesia el resto del año.

La Sexta Angustia (1616)

La Sexta Angustia, Museo Nacional de Escultura. Gregorio Fernández.

La Sexta Angustia, Museo Nacional de Escultura. Gregorio Fernández.

Custodiada en el Museo Nacional de Escultura a lo largo del año, sale en procesión con la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias. En la actualidad podemos ver en el museo el conjunto formado por tres esculturas: una que representa a la Virgen con Cristo en su regazo y otras dos que representan al buen y al mal ladrón en la cruz. En origen –cuando el paso era conocido como El Descendimiento– completaban el conjunto las figuras de María Magdalena y san Juan, que permanecen en la Iglesia de Nuestra Señora de las Angustias.

Se trata de uno de los conjuntos escultóricos más espectaculares. La figura de la Piedad nos muestra el dolor de María por la muerte de su hijo, con un gesto contenido en el rostro de ella y un increíble realismo en el cuerpo sin vida de él. Por su parte, los cuerpos de los ladrones son de una sorprendente y naturalista belleza, mientras que sus rostros no dejan indiferente a nadie con su fuerza expresiva (especialmente el del mal ladón).

Sed Tengo (1612-1616)

Sed Tengo, Museo Nacional de Escultura. Gregorio Fernández.

Sed Tengo, Museo Nacional de Escultura. Gregorio Fernández.

Este grupo escultórico sale en procesión con la Cofradía de las Siete Palabras, permaneciendo durante el resto del año en el Museo Nacional de Escultura. Se trata del primer paso de Gregorio Fernández y está formado por seis figuras: la de Cristo en la cruz y cinco sayones.

El conjunto se establece según una composición piramidal, presidida por la figura de Cristo y coronada por un sayón que, montado sobre la cruz, cuelga el cartel de “INRI”. Los otros cuatro sayones están delante de la cruz: dos protagonizando la escena que da nombre al paso (uno le acerca a Cristo la esponja con vinagre y hiel, mientras que el del enfrente sujeta el caldero) y los otros dos se juegan a los dados las vestimentas del crucificado. Estos personajes, vestidos a la moda de la época, destacan por sus rostros caricaturescos y expresivos, así como por sus actitudes dinámicas.

Camino del Calvario (1614)

Camino del Calvario, Museo Nacional de Escultura. Gregorio Fernández.

Camino del Calvario, Museo Nacional de Escultura. Gregorio Fernández.

Expuesta durante el año en el Museo Nacional de Escultura, sale en procesión con la Cofradía Penitencial del Santísimo Cristo Despojado, Cristo Camino del Calvario y Nuestra Señora de la Amargura. En la actualidad el conjunto está formado por cinco figuras: Cristo bajo el peso de la cruz, la Verónica, dos sayones y el Cirineo que ayuda a Cristo a llevar la pesada cruz.

Sin embargo, el conjunto creado por Gregorio Fernández no es exactamente el que podemos ver hoy. La figura de Cristo fue sustituida por otra atribuida a Pedro de la Cuadra (la escultura original ha desaparecido) y en el conjunto creado por Gregorio Fernández había un sayón más, que hería a Cristo con una lanza. A pesar de estos cambios, las figuras que aún hoy perviven de la composición original siguen sorprendiéndonos. En ellas podemos ver el contraste de los rostros grotescos de los sayones con la belleza de la Verónica o la nobleza de la figura del Cirineo.

Juan de Juni

De este escultor del siglo VI, cuyas volumétricas figuras adoptan posturas retorcidas y poseen rostros profundamente realistas, sale en procesión la figura de Nuestra Señora de las Angustias.

Nuestra Señora de las Angustias (posterior a 1561)

Nuestra Señora de las Angustias. Juan de Juni.

Nuestra Señora de las Angustias. Juan de Juni.

Esta imagen sale en procesión con la Cofradía Penitencial de Nuestra Señora de las Angustias, permaneciendo el resto del año en el camarín de la iglesia homónima. Se trata de una imagen dramática que representa la iconografía de la Virgen Dolorosa y de la que destaca el realismo de un rostro cargado de dolor. Durante mucho tiempo llevó añadidos siete cuchillos de plata clavados en el pecho que presentaban los dolores de la Virgen, pero estos fueron eliminados cuando la figura fue restaurada. Su gran pie le ha valido el apodo de “la Zapatona”.

Pompeyo Leoni

De origen italiano, este escultor del siglo XVI trabajó con frecuencia para la corte española junto a su padre, León Leoni. Dejó su huella en los pasos vallisoletanos con el Cristo de las Mercedes.

Cristo de las Mercedes (1550-1600)

En tus manos encomiendo mi alma. Cristo de las Mercedes. Pompeyo Leoni.

En tus manos encomiendo mi alma. Cristo de las Mercedes. Pompeyo Leoni.

Esta figura forma parte del conjunto “En tus manos encomiendo mi alma”, perteneciente a la Cofradía de las Siete Palabras. Está formado por tres figuras: el Cristo de las Mercedes de Pompeyo Leoni y dos copias en escayola de los ladrones de Gregorio Fernández de su conjunto La Sexta Angustia. En un principio la imagen de Cristo fue pensada para formar parte de un retablo. Destaca su figura estilizada, su postura sinuosa y su expresión contenida y serena, que contrasta con la mayor fuerza expresiva de los ladrones de Gregorio Fernández.

Independientemente de las creencias religiosas de cada uno y de la manera que cada uno tiene de entender y vivir la Semana Santa, lo cierto es que este periodo especial del año ha sido fuente de no pocas obras de arte. Te invitamos a que disfrutes de todo ese arte que durante estos días inundará las calles de muchas ciudades españolas y a que compartas tu experiencia con nosotros.