El otro día realicé una excursión por la provincia de Segovia y visité los petroglifos de Domingo García. Se trata de un conjunto de grabados al aire libre realizados sobre las afloraciones de roca del Cerro de San Isidro. Las representaciones corresponden a cronologías variadas y abarcan desde el Paleolítico hasta época moderna. Pero lo que esperaba que fuera una experiencia gratificante acabó siendo bastante decepcionante.
El Yacimiento de arte rupestre del Cerro de San Isidro se encuentra musealizado, con cartelas informativas y un recorrido por los grabados más interesantes. Sin embargo, nada protege las rocas sobre las que se encuentran: ni vallas, ni puertas, ni tejados, ni ninguna estructura moderna que favorezca su conservación. Tan solo un cartel a la entrada ruega por el respeto de los restos arqueológicos. Pero es evidente que hay personas que han hecho caso omiso de dicha petición, pues algunos grabados han sido dañados. Muchas representaciones no son más que finas incisiones en la roca y son imposibles de ver cuando alguien con poco respeto por el patrimonio se ha dedicado a rayar la roca (quizás con una llave) justo encima del grabado original. Ante dicho espectáculo fui incapaz de acabar el recorrido y decidí marcharme.
Realmente fue una experiencia muy entristecedora y me pregunto cuáles pueden ser los motivos que muevan a alguien a hacer algo así. ¿Qué ganan dañando un patrimonio que es de todos, que es suyo? ¿Es solo por fastidiar? ¿Es solo por pura ignorancia? Realmente no lo entiendo. Quizás esa persona no es capaz de apreciar el valor de unos restos arqueológicos, lo cual es comprensible porque cada uno tenemos nuestros gustos e intereses, pero lo que no comprendo es la falta de respeto hacia las personas que sí los apreciamos y comprendemos su valor. Quizás no es más que mala educación.
Es triste que el patrimonio se pierda por el paso del tiempo, por las guerras y las catástrofes naturales, pero es lamentable que alguien lo dañe a conciencia, sabiendo que está contribuyendo a la desaparición de una pequeña parte de nuestro pasado.
¿Alguna vez te has encontrado algo así? ¡Cuéntanoslo!
(*) Imágenes: Antonio Garmi. Creative Commons License.
Luis M. García
14 julio, 2014 |
Yo también me he encontrado con mucho patrimonio maltratado por algunas personas: pintadas, hurtos, roturas y un largo etcétera con el que se podría confeccionar un catálogo.
No sé si es mala educación, falta de respeto, falta de consciencia histórica y patrimonial, todas ellas o ninguna. Lo que sí es cierto es que es una tristeza que el patrimonio desaparezca por la acción humana. Igualmente triste es que haya que poner medidas de seguridad para evitar que esto suceda cuando todas las personas deberían de saber que conservando el patrimonio ganamos todos, tanto si nos gusta como si no y tanto si trabajamos en un puesto directamente relacionado o como si no lo hacemos porque el que visita cierto patrimonio y se va agradado por una visita es más probable que posteriormente vaya invertir algunos euros en los locales o poblaciones cercanas.
La solución, invertir más en concienciación patrimonial y poner multas y castigos muchos más duros a quienes la dañen (incluidos partidos políticos e instituciones competentes) Una pena, pero este tipo de personas sólo aprenden si se les rasca el bolsillo…
Javier Albelo
14 julio, 2014 |
Comulgo con todo lo que se ha comentado anteriormente. Yo aportaría una visión diferente en cuanto a la sensibilización de la población hacia su patrimonio.
Me enfocaría en resaltar que se trata de nuestro pasado, es decir, de nuestro orígenes. Me acuerdo de que en una entrevista reciente, el paleontólogo, Juan Luis Arsuaga, decía que de las tres grandes preguntas que debe hacerse la humanidad: ¿quienes somos? ¿de dónde venimos? y ¿a dónde vamos?, en realidad las dos primeras serían la misma pregunta. Esto quiere decir que nuestro origen determina quiénes somos. Añadía además, que no conocer el pasado (como las personas que sufren de alzheimer) hace que no sepamos quiénes somos.
¿Suficiente argumento para conservar y conocer nuestro patrimonio?
Albrecht Hariwald
14 abril, 2015 |
Si bien estos ejemplos de vandalismo cultural son un claro ejemplo de que algo falla en la formación cultural de los ciudadanos de este país (y de ciudadanos de otros países que nos visitan…de los que se podría hacer un amplio artículo)…considero que hay un tipo de vandalismo aún más grave: El «vandalismo institucionalizado», del que encontramos numerosos ejemplos en muchas de nuestras ciudades… claros ejemplos de este vandalismo institucionalizado son ,a modo de ejemplo, las intervenciones urbanísticas de Rafael Moneo, fomentadas por diversas administraciones públicas…es ,a mi modo de ver, un tipo de vandalismo más grave y peligroso, ya que (supuestamente) si bien el vandalismo tradicional es un acto irracional y cometido (en principio) por personajes con una deficiente formación; en el caso de las intervenciones por parte de las administraciones, éstas son apoyadas por técnicos (también supuestamente) formados en la materia…es decir, hay intención premeditada y ,como todos sabemos, el dolo es mucho más grave que la imprudencia.
Natalia G. Barriuso
14 abril, 2015 |
Ciertamente la destrucción del patrimonio y la cultura alcanza muchos niveles. Solo tenemos que ver lo que está ocurriendo en Oriente Próximo para ver otro ejemplo más. Para mí, todos son igualmente tristes.
Ana
1 octubre, 2015 |
Hace unos días han vuelto a atentar contra este importante yacimiento. Han marcado, rayándolo, el contorno piqueteado del gran caballo paleolítico, emblema del yacimiento. También, sobre otro petroglifo, se ve ahora el nuevo graffiti: «Curro y Angela» «Nieva». Es desolador… La Junta de Castilla y León lleva más de 30 años con un expediente abierto con la petición de declarar este conjunto como Bien de Interés Comunitario, pero no sabemos que intereses pueden llevarle para no concluir definitivamente dicho expediente. La declaración de BIC del yacimiento del cerro de san Isidro seguramente conllevaría medidas de seguridad que cada vez se van haciendo más vitales.
Natalia G. Barriuso
3 octubre, 2015 |
Gracias, Ana, por la información, aunque se trate de una noticia realmente desoladora. Si la protección necesaria no llega con urgencia, es posible que llegue un momento en el que ya no haga falta porque ya no quedará nada que proteger.