Esta vez os traemos una propuesta un poco diferente para la sección «Un mar de historia», ya que lo que os sugerimos en esta ocasión no se encuentra en la costa, sino en el interior. Como siempre, os proponemos un día de patrimonio y un refrescante baño, aunque esta vez ¡en un río! Pero no solo eso, porque el emplazamiento de nuestra propuesta entre Les Muntanyes de Prades y el Monstant (Tarragona) ofrece un entorno natural de enorme belleza.

Cartuja de Escaladei

Cartuja de Escaladei

La Cartuja de Escaladei fue la primera cartuja de la península ibérica. Fue fundada en 1194 por Alfonso I el Casto dentro del proceso de repoblación del territorio tras la conquista de las tierras a los árabes. A principios del siglo XIII, con la comunidad ya consolidada, la cartuja fue adquiriendo el dominio y jurisdicción de diferentes poblaciones de los alrededores, con lo que se estabecían las bases de lo que sería la futura comarca del Priorat. Poco a poco fue ganando en riqueza e importancia y acabó convirtiéndose en un foco religioso, económico, cultural y artístico de primer orden. La Cartujua de Escaladei vivió una larga época de prosperidad que terminó en 1835 con la desamortización. A partir de entonces, el conjunto sufrió un constante saqueo y acabó en estado de ruina, hasta que en 1980 fue declarado Bien de Interés Nacional y se inció el periodo de recuperación y restauración de la cartuja.

Por lo que se referie a la arquitectura, la construcción del conjunto monacal fue inciada a principios del siglo XIII en un estilo de transición del románico al gótico. De esta época datan la iglesia, el primer claustro, las dependencias monacales básicas (12 celas, refectorio, sala capitular…) y las estancias para el servicio. Pero el prestigio y la relevancia de la cartuja, así como el apoyo real, permitieron seguir aumentando el conjunto arquitectónico.

Una segunda fase de construcción fue llevada a cabo en el siglo XIV y supuso la construcción de un segundo claustro, ahora en estilo gótico, con 12 celas más. Una nueva ampliación tuvo lugar a lo largo del siglo XVI y permitió elevar un tercer claustro -de estilo gótico florido- con 6 nuevas celas. Sin embargo, la variedad de estilos artísticos movió a los cartujos a renovar el conjunto entero con el fin de unificar su apariencia, cosa que se hizo entre los siglos XVI y XVIII y dotó a la cartuja de un aire clasicista y barroco. Pero, aparte de esta casa central o domus superior, se encontraban las instalaciones dedicadas al trabajo del campo o domus inferior: bodegas, almacenes, establos… se encontraban donde ahora se sitúa el pueblo de Escaladei.

Como se ha dicho antes, la cartuja sufrió un fuerte expolio tras su desamortización, de modo que en la actualidad tan solo podemos ver las ruinas de lo que en su momento fue un rico conjunto arquitectónico. Sin embargo, algunas de las partes han sido reconstruidas para ofrecer al visitante una imagen de la vida cotidiana de esta comunidad monástica.

Siurana

A unos 23 kilómetros de la Cartuja d’Escaladei y elevado sobre un pantano, se encuentra el pueblo de Siurana. Aunque se trata de un pueblo bastante pequeño, cuenta con algunos elementos patrimoniales de cierto interés, como la iglesia y el castillo.

Castillo de Siurana

El Castillo de Siurana supone un hito histórico de gran importancia, ya que fue el último reducto árabe de Cataluña en caer en manos cristianas. Su inmejorable emplazamiento en un alto y rodeado por precipios de paredes verticales hizo de este castillo un lugar inexpugnable que logró resistir los ataques cristianos durante mucho más tiempo que otros territorios vecinos. Aunque el castillo fue finalmente tomado por los cristianos hacia el año 1153.

La fortaleza fue elevada en el siglo IX protegiendo el acceso al pueblo. Contaba con dos recintos, uno superior -con la torre del homenaje- y otro inferior. Aunque con el paso de los siglos el recinto sufrió diversas modificaciones y en la actualidad está en estado de ruina, todavía se pueden apreciar los restos de la torre y de las murallas, entre otros elementos.

Iglesia de Santa María

Castillo de Siurana

La pequeña iglesia románica de Santa María (siglos XII-XIII) también guarda un cierto interés. Se trata de una construcción sencilla de una sola nave, cubierta con bóveda de cañón, un ábside semicircular y dos absidiolos laterales que no sobresalen al exterior.

La portada de acceso, aunque de igual sencillez que el resto de la iglesia, es de gran belleza. Se trata de un vano con arquivoltas y un tímpano que, puesto que no encaja perfectamente en el espacio que lo enmarca, seguramente sea reutilizado. Los dos capiteles interiores de ambos lados son vegetales, mientras que los exteriores, figurados, muestran a David entre los leones. Sobre los capiteles corre una línea de imposta de motivos vegetales. El dintel, por su parte, es sustentado por dos ménsulas con atlantes. Enmarca la portada un guardapolvo decorado con una doble línea de dientes de sierra. Sin embargo, el elemento más llamativo del conjunto es el tímpano: de factura muy plana y esquemática, nos muestra a Cristo en la cruz flanqueado por apostóles bajo una arquería, dos leones y el Sol y la Luna. El tímpano es enmacado por un arco decorado, de nuevo, con una doble línea de dientes de sierra.

Pantano y río Siurana

Río y pantano Siurana

Y para acabar el día… ¡un referesacante baño! El entorno de Siurana cuenta con varias opciones para disfrutar de un baño: el pantano y el río. El pantano es de más fácil acceso y nos ofrece amplias superficies en las que nadar, mientas que el río es de acceso más complicado -ya que implica caminar-, pero a cambio tiene unas espectaculares pozas de aguas cristalinas.

(*) Imágenes: Wikimedia Commons. Creative Commons License.