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Joaquín Castañón, San Isidro Labrador, 1866. (*)

Con motivo de la celebración del Día Internacional de los Museos el próximo viernes 18 de mayo, CROMA Comisarios Culturales quiere proponeros a lo largo de esta semana una serie de museos interesantes y no muy conocidos por el gran público. Hoy, Día de San Isidro Labrador, nos adentramos en el Museo de los Orígenes, la “Casa” del santo patrón de Madrid.

Cuenta la leyenda que sobre el solar del actual museo se encontraba la casa de un labrador llamado Isidro, natural de la villa, en la que vivía con su mujer -María de la Cabeza- y su hijo, allá por el siglo XII. Otra versión dice que por esas mismas fechas aquí se encontraba el palacio de la rica familia madrileña de los Vargas, lugar donde servían el buen hombre y su mujer. En todo caso, ambos se hicieron famosos en la antigua villa medieval por sus milagros y por su bondad, especialmente el Labrador. Se cuenta, entre otras historias populares, que Santa María de la Cabeza un día extendió su manto para poder cruzar el río Jarama y que, en otra ocasión, San Isidro salvó milagrosamente a su hijo de morir ahogado en el pozo de la Casa al hacer brotar las aguas desde el fondo.

Lo cierto es que durante la Baja Edad Media se documenta en Madrid la existencia de un culto a unas reliquias aparecidas en el siglo XIII y custodiadas en la vecina parroquia de San Andrés, las cuales tenían fama de taumatúrgicas y propiciadoras de lluvia. Las reliquias serían identificadas con un santo labrador, natural de la villa, y los principales rasgos de su leyenda quedarían registrados en un manuscrito y un arca sepulcral decorada con los milagros atribuidos al santo. Tan reconocidos llegaron a ser la vida y milagros de San Isidro en la villa, que fue finalmente canonizado en la Plaza Mayor de Madrid en 1622. Y este mismo reconocimiento le llegó a Sta. Mª de la Cabeza ya en 1697, por orden de Inocencio XII.

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Museo de los Orígenes, Madrid. (*)

En 1971, ante el lamentable abandono del edificio, el Ayuntamiento de Madrid lo expropió, se declaró en ruina y en 1974 se procedió a su derribo, pero salvaguardando la Capilla del santo, las elementos arquitectónicos del patio plateresco y el Pozo del Milagro. Con ello se interrumpió una antigua ceremonia que se realizaba todos los días de San Isidro (15 de Mayo), en la que se celebraba una misa en la Capilla y se repartía agua del pozo. El Ayuntamiento de Madrid, finalmente, realizó una ardua excavación arqueológica y se convocó un concurso en 1989 para construir sobre aquélla un Museo de San Isidro y el Madrid Medieval. Pero no fue hasta el 15 de mayo del año 2000 cuando se inaugurara el Museo de San Isidro, Museo de los Orígenes a partir del año 2007.

El anteproyecto ganador fue el de Valentín Quintás Ripoll, que proponía reedificar el antiguo palacio de los Lujanes guiándose por los planos del expediente de derribo, la maqueta de Madrid de León Gil de Palacio (1830) y los restos de la excavación arqueológica. El objetivo del proyecto era crear un museo en torno a la figura del santo-patrón de Madrid –San Isidro Labrador- integrando los restos arqueológicos hallados en relación a este en una construcción que simulara la casa en la que vivió, exponiendo piezas prehistóricas, romanas y árabes que ilustraran los orígenes de la ciudad, tan confusos y cuestionados siempre. Se trata, por lo tanto, de un museo muy singular, tanto por su género arquitectónico y museográfico como por su interés histórico-artístico.

El Museo se articula en tres espacios claramente diferenciados:

  1. Planta baja: dedicada a las salas de exposición permanente que giran en torno al reconstruido patio plateresco.
  2. Primera planta: destinada a las exposiciones temporales.
  3. Sótano: que alberga el almacén visitable, los talleres de restauración y otras dependencias administrativas del Museo.

La planta baja -a la que se accede directamente desde la entrada- acoge principalmente toda la colección reunida en torno a la figura de San Isidro y su mujer Santa María de la Cabeza, y una sección llamada “Madrid, de los orígenes a la Capital de la Monarquía”. En la parte dedicada al santo, hay tres espacios singulares que muestran los restos salvaguardados del derribo de 1974 y que tienen relación con el “santo-patrón”: el patio de los Lujanes, la Capilla de San Isidro y el Pozo del Milagro.

Es un museo popular, castizo, transitado fundamentalmente por los conocedores, que sirve para algunos como documento historiográfico, para otros más devotos como prueba fehaciente de la existencia del santo-patrón, y en definitiva, como orgullo de una ciudad que reclama su historia más antigua y medieval. No obstante –aunque no muy conocido por los turistas- siempre es una grata sorpresa para todos los visitantes que se encuentran este museo tan provincial y coqueto en el mismo centro histórico de Madrid.

(*) Imágenes: Wikimedia Commons. Creative Commons License.