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Sede de las Naciones Unidas, Ginebra, Suiza. (*)

El 1 de junio de 1939 se inauguró en el Museo de Arte e Historia de Ginebra la exposición Obras maestras del Museo del Prado. La exposición contaba con 15 salas donde se exponían un total de 174 obras.

Distribución de las Salas

Las salas estaban distribuidas de la siguiente manera:

  1. Un sala principal denominada Sala Imperial.
  2. Tres salas dedicadas a Velázquez.
  3. Dos salas fueron destinadas al Greco.
  4. Dos salas para obras de Goya.
  5. Una sala enfocada a la pintura flamenca y alemana de los siglos XV y XVI.
  6. Dos salas dedicadas a Rubens y Van Dyck.
  7. Dos salas asignadas a la pintura italiana y a la pintura española de los siglos XVI y XVII.
  8. Cerrando el recorrido con veintiún tapices

Las 174 obras provenían de:

  • 152 obras del Museo del Prado.
  • 10 obras de la Academia de San Fernando.
  • 3 obras del Palacio Real.
  • 7 obras del Escorial.
  • 1 obra de El Greco del Hospital de la Caridad de Illescas.
  • 1 cuadro de Goya de procedencia particular.

Historia de la Exposición

La Exposición de Ginebra de 1939 es un buen recurso literario para cerrar otro de los muchos capítulos de la Guerra Civil Española. Sin embargo, el trasfondo histórico nos obliga a indagar en las repercusiones y consecuencias sociales, reflejadas en una exposición temporal que un día se inauguró allá por junio de 1939.

La llegada del Tesoro Artístico a Suiza no significó descanso. Había que proceder de forma ágil y a la vez meticulosa. Veintidós días duró la revisión del inventario de las 1868 cajas que llegaron en tren; sin duda, todo un reto hoy día para una institución de carácter museístico. A esta compleja labor se le unía una traba: las fricciones surgidas entre los delegados franquistas y los delegados republicanos, dentro del equipo de expertos designados por el Comité Internacional, cuyo resultado era un ambiente de trabajo que aminoraba el ritmo.

Durante el recuento se vio que la mayoría de las obras se encontraron en buen estado, con excepción de tres Goyas, La familia de Carlos IV, el Dos de Mayo y el Tres de Mayo, sometidas a la fatiga del viaje, y al constante bombardeo

La actuación de los gobiernos democráticos durante la Segunda Guerra Mundial y durante la posguerra en relación con el régimen franquista y la consecuente no intervención tuvo uno de sus preludios en Ginebra. Y es que a pesar de lo firmado en el Acuerdo de Figueras, las potencias democráticas viraron su actitud, reconociendo la legitimidad del Gobierno de Franco. Y en medio de estos vaivenes diplomáticos, el inventario de las obras quedaría inconcluso por la acción del gobierno franquista para sacar las obras de la Sede de las Naciones. El 30 de abril de 1939, Avenol haría entrega del Tesoro Artístico al embajador de Franco en Berna.

Simultáneamente, Suiza hacía petición de celebrar una exposición en Ginebra con las obras de arte más importantes, algo que el gobierno franquista vio con desconfianza ante la posibilidad del reconocimiento de los méritos por el salvamento del Tesoro Artístico, por parte del Comité Internacional y la Junta Central Republicana. Sert volvería a ser el elemento neutro, planteando al gobierno franquista lo bueno que resultaría dicha exposición para paliar las deudas que se habían contraído con el Comité Internacional por el transporte de las obras, y al mismo tiempo, ser una buena maniobra hacia el exterior para mostrar agradecimiento ante los restantes gobiernos. El gobierno franquista daría finalmente el visto bueno.

En los dos meses anteriores a la inauguración de la exposición, se produjo la ruptura definitiva entre la Sociedad de Naciones y el Gobierno de Franco, al no reconocer la labor del Comité Internacional en la empresa del traslado y salvaguarda del Tesoro Artístico. Al mismo tiempo, un comité hispano-suizo se está encargando de organizar la exposición

La Exposición en el Museo del Prado

Tras la inauguración de la exposición, comenzó la repatriación del resto de las obras que no iban a exponerse en Ginebra. Este hecho permitió una segunda exposición en el Museo del Prado, Madrid, organizada por el por entonces actual director, Álvarez de Sotomayor, cuyo discurso expositivo era el rescate robado por los rojos, omitiendo la intervención para el salvamento por parte del gobierno republicano, y silenciando a Sert y d’Ors, delegados franquistas que trabajaron junto con los delegados republicanos en todo el proceso.

Mientras tanto, en Ginebra, Lachenal presionaba al embajador franquista en Berna para que postergara la estancia de las obras. Francia se sumó a las peticiones, alegando el préstamo de las obras para el montaje de una exposición en el Louvre, en retribución por la ayuda del gobierno francés en el rescate y traslado.

Los nacionalistas no aprobaron ésta petición y Jordana dio órdenes de que al concluir los tres meses acordados de exposición, se clausurara inmediatamente.

El 9 de septiembre de 1939, un tren con vagones especiales que custodiaban las obras expuestas en Ginebra hacia entrada en Madrid. Días antes, un 1 de septiembre, Alemania invade Polonia; es el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Conclusión

La Exposición de Ginebra significó más que uno de los eventos culturales más importantes del año. Durante el tiempo transcurrido entre el depósito de las obras en Ginebra y su repatriación a España, un total de siete meses y medio, se gestaron importantes episodios de carácter político, que marcarían los acontecimientos históricos que estarían por venir.

Hasta aquí una aventura sin necesidad de recurrir a la invención literaria. Todo está en los libros de historia. Lejos del conflicto bélico, aquí se recuerda a la figura de aquellos que intercedieron en algún momento de la historia para proteger uno de nuestros grandes legados artísitcos. Así mismo, invitamos a la reflexión, a saciar la curiosidad y al ir más allá del mero acontecimiento.

Referencias

  • Arte protegido: Memoria de la Junta del Tesoro Artístico durante la Guerra Civil. Museo Nacional del Prado del 27 de junio al 14 de septiembre de 2003. Edición al cuidado de Isabel Argerich y Judith Ara. Organizan: Instituto de Patrimonio Histórico Español. Museo Nacional del Prado. Editorial Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Subdirección general de información y publicaciones, 2003.
  • Alfonso Arteseros: Documental Salvemos el Prado. El frente del Arte en la Guerra Civil Española. Madrid, Borderdreams, 2004.
  • Arturo Colorado Castellary: Éxodo y exilio del Arte. La odisea del Museo del Prado durante la Guerra Civil. Madrid, Cátedra, 2008.
  • Javier Portús: Museo del Prado: Memoria Escrita. Madrid, Museo del Prado, 1994.

(*) Imagen: Yann. Creative Commons License.