Desde siempre, todas las civilizaciones han dotado de un carácter especial a los lugares para celebrar sus ritos con el más allá. Considerados espacios sagrados y representativos de un dios, diosa, faraón, etc. han ido evolucionando en sus formas a lo largo de la historia con distintos resultados, según la confesión que han encarnado.
Las religiones en su afán de expansión siempre le han impuesto su modelo arquitectónico al lugar que conquistan. Hay ejemplos históricos como: la actual mezquita Al-Aqsa en Jerusalén, que se construyó sobre el Templo del Rey Salomón, un lugar de culto para el judaísmo, o parte de la mezquita de Córdoba que se modificó por una construcción cristiana, o la catedral de Sevilla, la cual se construyó sobre una mezquita almohade.
Por el contrario en la actualidad, gracias a la tolerancia religiosa existente, hace posible que en un mismo país se construyan mezquitas, sinagogas, templos budistas, iglesias cristianas, independientemente de la religión que representen. En este sentido, en Japón se encuentran dos interesantes proyectos de iglesias cristianas Iglesia sobre el agua (1985) e Iglesia de la luz (1987) diseñadas por Tadao Ando, arquitecto japonés nacido en Osaka en 1941.
Habría que señalar que aunque Tadao Ando imparte clases de arquitectura en la universidad de Tokio, su aprendizaje es autodidacta. Su formación como constructor de objetos (y entiéndase una edificación un objeto) está influenciada por los distintos talleres artesanales que circundaban su casa natal, una carpintería, un taller de objetos en piedra, etc. Sin embargo su formación intelectual la recibió en los años que estuvo viajando cuando era joven por Japón, Europa, África y Estados Unidos; conociendo la obra de arquitectos como Louis Khan, Mies van der Rohe o Le Corbusier, arquitectos que le han influido.
Pero también visitó míticos edificios como el Partenón o el Panteón de Roma, los cuales resalta al considerarlos edificios inspiradores y referentes, a la hora de desarrollar las distintas facetas de la creación arquitectónica. Ando es un arquitecto muy influenciado por el Movimiento Moderno, pero a la vez aporta a la arquitectura su inevitable poética japonesa, es decir, funcionalidad, discreción y naturaleza caminan de la mano en sus proyectos, siempre con el objetivo de dotarlos de serenidad y espiritualidad.
La Iglesia sobre el agua se asienta en un paraje natural, en la isla de Hokkaido, al norte de Japón. Esencialmente el proyecto consiste en dos prismas que se superponen desplazados el uno del otro, en presencia de una lámina de agua y un muro de hormigón. Este muro tiene dos lecturas, en su exterior, comunicar a la naturaleza de una nueva presencia y en su interior generar la sensación de aislamiento y resguardo. Esta práctica es común en casi todos los proyectos de Tadao Ando.
Un muro es como un objeto que interroga. Cuando lo miramos, vemos que tiene un espacio delante y otro detrás. Un muro se relaciona con dos espacios. Puede cuestionar su relación o hacernos pensar en ella. Siempre está la pregunta, por ejemplo, de qué hay tras ese muro. Un muro debe animar a la gente a pensar. Tadao Ando.
Si analizamos el espacio, es muy singular. La iglesia es de planta rectangular, pero al carecer de ábside la cruz se sitúa fuera, en este caso, el espacio del altar se construye de forma imaginaria entre la cruz y los asientos. Este gesto de colocar la cruz en el agua, vincula a la naturaleza con lo sagrado, práctica que está muy presente en la cultura japonesa. El referente de esta idea se encuentra en el Santuario Itsukushima también construido sobre el agua. Se trata de un santuario sintoísta localizado en la isla de Itsukushima, cerca de la ciudad de Hatsukaichi, en la prefectura de Hiroshima, en Japón.
En este santuario, los edificios principales se encuentran alineados con el Torii (arco tradicional japonés que se encuentra a la entrada de los santuarios sintoístas, marcando la frontera entre el espacio profano y el sagrado).
Lo mismo sucede en la Iglesia sobre el agua, en donde el edificio se alinea con la cruz. Además, Ando en esta iglesia utiliza otro elemento típico japonés que se denomina el shoji, que es la característica puerta corrediza de papel de arroz que separa las distintas estancias en las casa tradicionales. En este caso realiza una versión contemporánea proyectando una puerta deslizante de vidrio que conecta interior-exterior. Así desde el interior siempre verás el mismo encuadre, pero en el que se podrán apreciar los diferentes matices del paisaje según la estación del año.
Lo interesante de este proyecto es ver como el arquitecto crea un lugar religioso cristiano pero utilizando diversos recursos formales de la tradición japonesa. Todo esto nos hace pensar en el poder enorme de los símbolos. La cruz nos hace identificar este espacio con el cristianismo, puesto que no hay ninguna otra referencia simbólica, decorativa que nos indique que estamos en un templo cristiano. Es más, si no existiera la cruz podríamos pensar que es un lugar para mirar el paisaje, o un lugar para actividades diversas.
Lo que Tadao Ando propone con este proyecto es un espacio austero, resguardado y en ordenada conexión con la naturaleza; elementos que se presuponen básicos, para construir un lugar en donde realizar las distintas actividades rituales de cualquier religión.
…creo que las ciudades de hoy son mucho más complejas y densas, y que hay una necesidad real de crear espacios que sugieran soledad y libertad espiritual. Creo que eso se logra mediante el orden y la sencillez, y no mediante ornamentos sucesivos… si ofrecemos la esencia del espacio y la forma, el individuo la completará con su imaginación. Tadao Ando.
Después de realizar una arquitectura en donde el discurso se dirige de adentro a fuera, la Iglesia de la luz situada en la ciudad japonesa de Osaka, es el ejercicio contrario. En este proyecto lo importante radica en el interior, utilizando la luz exterior para «ficcionar» el espacio. Tadao Ando parte de la idea de una planta basilical, pero con el ábside roturado por una cruz iluminada con la luz natural. Este recurso de la luz se utilizó mucho en las iglesias barrocas, como forma de teatralizar y escenificar el espacio. Este práctica también se hacer valer aquí por el arquitecto, pero con el añadido de la metáfora de la cruz, como faro que ilumina al creyente en su periplo por lo mundano y lo celestial. Es cierto cuando Ando dice: «La imaginación es más importante que la sabiduría», no hace falta tener una gran cultura cristiana para realizar un proyecto tan poético, sencillo y eficaz como este.
Al igual que en estas iglesias, en todos sus proyectos el material predominante es el hormigón. Tadao Ando otorga al hormigón no solo características constructivas como medio de lograr formas, sino que, presta especial atención a su calidad, con la intención de conseguir la textura y el color deseado, cuyo proceso se termina con la incidencia de la luz.
Es un arquitecto que lleva trabajando desde siempre la relación y las consecuencias que se establecen entre dos elementos tan opuestos como el hormigón –estático, rotundo – y la luz –dinámica, impalpable. En relación a esto, ha indagado en los diferentes diálogos que se pueden establecer entre luces y sombras, como se puede apreciar en la Iglesia de la luz. La intensidad de la iluminación natural tiene una notoria importancia en todos sus proyectos, esto lo consigue mediante el control del flujo de luz natural que entra a sus edificios; y de esta forma crea distintas texturas en sus muros de hormigón. En cuanto a esto, Ando expresa lo siguiente:
Somos capaces de ver la luz gracias a la oscuridad. En mi casa de Osaka entrabas a través de un espacio oscuro y a medida que avanzabas, diversos huecos limitados permitían el paso de la luz. Gracias a la oscuridad, sentías la fuerte presencia de la luz. Si observamos una casa tradicional japonesa, podemos ver esa dificultad que tiene la luz para entrar directamente en las habitaciones interiores a causa de los aleros y el engawa (porche exterior techado) que rodea el edificio. El interior siempre está iluminado por una luz indirecta reflejada desde el engawa y el jardín… Cuando te sientas en una sala oscura y miras el jardín iluminado naturalmente, puedes empezar a sentir la relación fundamental entre luz y oscuridad; la razón por la que necesitan una a la otra para expresarse. Sentía eso en la casa de mi infancia… Las sombras y la oscuridad contribuyen a la serenidad y a la calma. En mi opinión, la oscuridad crea la oportunidad de pensar y contemplar. Tadao Ando.
En mi opinión, lo relevante de estos dos proyectos es que están basados en el concepto de la arquitectura de lo imprescindible. Que se define por un ejercicio de reduccionismo en las formas, una apuesta en la austeridad de materiales y una gran libertad poética en la utilización de los elementos agua y luz.
Referencias
Auping, Michael, Tadao Ando. Conversaciones con Michael Auping, Gustavo Gili, Barcelona, 2003.
Artículos relacionados
Mies van der Rohe y la Nueva Galería de Berlín
En busca del objeto específico. Minimal art
(*) Imágenes reproducidas exclusivamente con propósitos educativos. License Under Fair Use.
J Ci
22 noviembre, 2016 |
muy bueno!