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Aún recuerdo el primer videojuego que me regalaron para el primer ordenador que hubo en mi casa. Era uno de aviones de la I Guerra Mundial, sin los gráficos, guiones, efectos especiales, sonido o bandas sonoras que poseen los actuales, pero a mí me bastó en ese momento. Sin embargo, lo que mejor recuerdo de ese videojuego no fue el juego en sí, sino la completa enciclopedia que adjuntaba el cd sobre los aviones que podías pilotar en las distintas fases y según qué bando escogieses.

Gracias a esto me interesé en ellos, leí sus datos, quiénes fueron los principales pilotos y algunos de los campos de batalla. Conocí a Manfred Von Richthofen, a René Fonk o a Edward Mannock, a los zeppelines alemanes y a los Nieuport franceses, la batalla de las Ardenas y tantas otras.

Pero no te quiero aburrir con esta historia sino preguntarte ¿es posible aprender historia o arte con los videojuegos? O lo que es lo mismo ¿son los videojuego una herramienta del conocimiento además de algo lúdico?

Comenzaré respondiendo a la segunda pregunta con un no. Hasta donde yo sé, no podemos considerarlo así, es decir, no aprendo, o no lo hago de forma significativa, cogiendo un mando y encendiendo una videoconsola, ojalá fuera tan fácil. Si no me hubiera interesado por la historia de la aviación en la I Guerra Mundial no hubiera aprendido de ella. Ahora bien, maticemos, si no hubiera jugado a ese videojuego ¿me hubiera interesado por ese conflicto?

Los videojuegos son y seguirán siendo, principalmente, algo lúdico, pero hay algunos tipos de videojuegos que son más susceptibles para promover el interés por materias histórico-artísticas. En este momento me podrás decir tú has estudiado historia del arte y por eso te interesaste en conocer más sobre la materia ya que era algo que te atraía. Sin embargo, este videojuego lo jugué cuando tenía unos quince años y ni la historia, ni mucho menos el arte, me interesaban demasiado.

En definitiva, si juegas a un videojuego deportivo te aseguro que no vas a aprender nada de historia, pero ¿qué ocurre con algunas sagas de reconocido renombre y con miles de seguidores en todo el mundo que centran el desarrollo de su historia en hechos reales?

Ya hemos respondido que los videojuegos no son per se herramientas del conocimiento pero, ¿se puede aprender algo de ellos? A esta pregunta he de responder que sí pero con matices. En primer lugar, el videojuego ha de estar basado en hechos reales, y con ello no me refiero a los shooters de las guerras mundiales  o similares; y en segundo lugar, sea cual fuere la historia que cuente debe tener cierto rigor histórico en el propio desarrollo del videojuego (afortunadamente algunas empresas desarrolladoras cuentan con equipos de investigación y documentación).

Además de ello, la información real que aporte el videojuego tiene que ser accesible dentro de la interfaz y de los menús del propio juego y comprensible para cualquier persona que lo juegue si se quiere que los jugadores sientan interés por estos datos.

De este modo es cómo surgió este post, gracias a la intervención de otro videojuego, en esta ocasión uno mucho más conocido: Assassin´s Creed Unity, que se basa en los sucesos acontecidos durante la Revolución Francesa.

Alexandre Lenoir - Assansin´s Creed Unity.

Alexandre Lenoir – Assansin´s Creed Unity.

En el desarrollo de la historia salió a mi encuentro un personaje al que, afortunadamente para mis conocimientos, decidí ayudar. Cuando se presentó, me salió una ventana emergente que me sedujo por la descripción del personaje, al que, sinceramente, no conocía de nada. Decidí abrirla y leer la biografía que el propio juego aporta e indignado conmigo mismo por no conocer su vida y obra, guardé la partida, salí al escritorio y teclee su nombre en el buscador.

Era, ni más ni menos que Alexadre Lenoir. Esta vez sí, debido a  mi formación me interesé por obtener nueva información sobre él. Fue un arqueólogo francés que se preocupó por proteger obras y objetos artísticos de la rapiña que hubo durante esta revolución, y gracias al apoyo que le brindó Jean Sylvain Bailly, pidió con éxito que todas las piezas pertenecientes a la nación y otros expropiados de edificios religiosos se conservaran en un mismo edificio para evitar su dispersión y destrucción. Surgió así el Museo de los Monumentos Franceses, inaugurado en 1795.

Además, luchó contra el vandalismo, promovido por la propia Convención Nacional contra las tumbas reales. Con la restauración borbónica tuvo que devolver la mayoría de objetos a sus dueños.

En definitiva, podemos afirmar que algunos videojuegos, por su temática, pueden hacernos ampliar nuestros conocimientos sobre acontecimientos y personajes históricos, geografía, diseño o arte, pero no es una herramienta de conocimiento en sí misma, sino que depende mucho de la voluntad de cada uno. Lo que sí es una forma de incentivar esa voluntad o curiosidad que te lleve a tirar del hilo y seguir informándote.

Algunos últimos y resumidos consejos:

  • Los videojuegos son, ante todo, algo lúdico, no es conveniente abusar de ellos y mucho menos si estas en plenos exámenes o tienes deberes que hacer.
  • No todos los videojuegos son aptos para incentivar la curiosidad histórico-artística, tienen que estar, al menos, basados en hechos reales.
  • Es mejor que el conocimiento lo encuentres en un libro, en un museo o en una actividad cultural, sin embargo, pueden constituir una fuente de interés distinta y hacerlo por sorpresa.
  • No te fíes de los datos que te aporte el videojuego. Como punto de partida está bien, pero comprueba los datos en fuentes fiables.
  • Por otro lado, algunos videojuegos son verdaderas obras de arte por diversos motivos (gráficos, diseños, música…) pero éstos suelen encontrarse entre títulos con un cariz más independiente.

Y tú, ¿has tenido alguna experiencia similar? ¿Has tenido algún descubrimiento personal gracias a algún videojuego?

(*) Imágenes: Wikimedia Commons. Creative Commons License.