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Museo Guggenheim, Nueva York. (*)

Aprovechando nuestra colaboración en el III Encuentro Transfronterizo de Profesionales de Museos: Museos y accesibilidad, reflexionamos sobre el tema de la accesibilidad en relación al patrimonio in situ. Nos referimos al patrimonio inmueble que se conserva en su contexto original. Esta situación, como se puede imaginar, es muy distinta al del patrimonio expuesto en un museo, pues la descontextualización –para bien o para mal– forma parte de la esencia del museo.

Comenzaré, sin embargo, aclarando que para mí el concepto de accesibilidad es muy amplio, que la accesibilidad puede ser tanto física como intelectual y que no incluye solo a las personas con ciertas minusvalías, sino al conjunto de la sociedad. Creo que para que un monumento sea 100% accesible para el 100% de la sociedad no basta con poner rampas de acceso o ascensores (que también), sino que hay que realizar una tarea muchísimo mas amplia. ¿Es, acaso, accesible un bien patrimonial que cuente con rampas de acceso pero ni un solo panel informativo? Para mí, rotundamente no. Es cierto que todos podremos entrar en él y observarlo, pero solo unos pocos privilegiados lo comprenderán, es decir, tendrán un acceso de carácter intelectual a él.

Volviendo a la cuestión de que no es lo mismo el patrimonio in situ que un museo, es evidente que los segundos cuentan con ciertas ventajas de las que carecen los segundos, especialmente en temas de accesibilidad física. Es mucho más fácil adaptar edificios nuevos que edificios históricos o yacimientos arqueológicos. En estos, la preservación del patrimonio impone límites a la hora de instalar infraestructuras, que podrían alterar física o visualmente el bien que intenta hacerse accesible. ¿Es posible, por lo tanto, hacer 100% accesible el patrimonio inmueble? La respuesta más probable es que no. ¿Nos imaginamos un ascensor que suba al campanario de una iglesia, una carretera llegando a la mismísima puerta de cada castillo o una pasarela en cada cueva prehistórica? No podemos negar las ventajas con que cuenta, en este sentido, el patrimonio mueble expuesto en un museo.

Lo bueno es que las nuevas tecnologías nos ofrecen alternativas. Nada sustituye una visita presencial, está claro, pero hay buenas opciones que pueden acercar el patrimonio a todos aquellos que no pueden acercarse a él. Las visitas virtuales o las recreaciones 3D son un buen modo de hacer que todo el mundo “visite” un monumento y disfrute de su belleza. Un ejemplo pueden ser las visitas virtuales on line a las cuevas prehistóricas de Cantabria.

Por lo que se refiere a la accesibilidad a través del conocimiento, considero que se ha avanzado mucho más en el ámbito de los museos que del patrimonio musealizado in situ. En realidad, es probable que avanzar no sea el término correcto, pues no hablo de grados de evolución, sino de que en el ámbito de los museos el desarrollo de herramientas educativas está mucho más extendido, es más abundante y más frecuente. Es cierto que existen numerosos yacimientos arqueológicos y numerosos monumentos que cuentan con una correcta musealización, ofrecen visitas guiadas y realizan actividades de todo tipo, pero también es cierto que existen infinitud de yacimientos y monumentos abandonados a su suerte y que, con suerte, cuentan con una triste cartela a la entrada. De hecho –y para afirmar esto me baso en mi propia experiencia personal–, lo más fácil si vas a un pueblo un poco apartado a visitar una iglesia (por ejemplo) es que te encuentres sus puertas cerradas. ¿Qué hay más inaccesible y desalentador que unas puertas cerradas?

Considero que en este sentido hay mucho, muchísimo trabajo por hacer. Y como, la accesibilidad comienza por abrir las puertas, como he dicho antes, veo una iniciativa muy interesante el programa Abrimos en Verano de la Junta de Castilla y León, que se encarga de abrir en temporada alta monumentos que normalmente se encuentran cerrados.
Porque todos queremos disfrutar de nuestro patrimonio, poder visitar nuestros monumentos y poder entenderlos, tenemos que trabajar para conseguirlo, para conseguir más y mejor accesibilidad.

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(*) Imagen de portada: Wallygva. Creative Commons License.