Fachada principal del Centro de Arte la Recova, Plaza isla de la Madera, Santa Cruz de Tenerife

Fachada principal del Centro de Arte la Recova, Plaza isla de la Madera, Santa Cruz de Tenerife.

La autoría del Mercado Municipal de Santa Cruz de Tenerife se la debemos al arquitecto de origen burgalés Manuel de Oraá (1822-1889). Es una construcción que data del año 1852 y su importancia viene determinada por dos factores principales: por un lado, la introducción de la tipología de mercado en nuestra arquitectura y, por otro, que esta edificación haya sido realizada por el primer arquitecto titulado operativo en Canarias.

Para entender el Mercado es necesario situarse en la época en que se construyó, es decir, mediados del siglo XIX. En esos momentos, Santa Cruz estaba viviendo un proceso jamás visto: el nombramiento de su capitalidad y la secularización de la ciudad. Tras la desamortización, muchas de las propiedades de la Iglesia cambiaron de uso, se destruyeron o se transformaron, y este fue el caso del convento de Santo Domingo, sobre cuyos cimientos se construyó el Mercado.

Antiguas puertas de entrada al mercado municipal.

Antiguas puertas de entrada al mercado municipal.

Santa Cruz necesitaba un mercado, ya que, según nos relatan las crónicas, la situación respecto a la venta de alimentos se hacía en condiciones poco higiénicas y sin las garantías que una capital debía dar a sus ciudadanos. Se proyectó entonces el Mercado Municipal para paliar estas deficiencias, coincidiendo con la llagada a Canarias de Manuel de Oraá. Este arquitecto pensó en un mercado siguiendo el modelo que se enseñaba en la Real Academia de San Fernando, es decir, que se sirvió del repertorio clásico para configurar esta obra.

El resultado fue un edificio de planta rectangular, con dos fachadas principales (que recuerdan a Villanueva) trazadas con despiezo de cantería y rematadas con un rectángulo y alero en que se encierra la fecha de su construcción. Se empleó la piedra para las molduras de puertas y ventanas y para el alero que recorre toda la fachada del edificio. El resto, se realizó con mampostería ordinaria encalada con enlucido de yeso.

En cuanto a la distribución espacial, mantiene la tipología a la francesa de patio abierto con arcadas, para poder albergar las lonjas de mercado en la crujía sur y el mercado de carne en la norte.

En general se trata de una concepción bastante académica del mercado, fruto de la estancia de Oraá en la Real Academia de San Fernando. Esto lo podemos apreciar en la simetría de los vanos, el ritmo, los arcos rebajados, las dovelas a montacaballo, el zócalo, etc.

La cubierta de hierro de Antonio Pintor

El Mercado tuvo en su forma original una vida útil corta, ya que, en el año 1889 Antonio Pintor recibe el encargo de incorporar una cubierta de hierro y cristal para poder establecer una correcta ordenación del espacio interior, lo que, posteriormente daría pie a la instalación de un tinglado en la plaza del mercado. Con este cerramiento, de clara influencia de los recintos que albergaban las Exposiciones Internacionales, se conseguía el ideal que había proyectado en un principio Manuel de Oraá: luz y limpieza.

Sin embargo, el Mercado, dado sus reducidas dimensiones y las posibilidades de expansión de la ciudad, quedó obsoleto, y por ello, su ubicación se trasladó al Mercado de Nuestra Señora de África, y cuya construcción fue realizada bajo el Mando Económico en la etapa de posguerra.

José Enrique Marrero Regalado, Mercado Nuestra Señora de África, 1944, Santa Cruz de Tenerife.

José Enrique Marrero Regalado, Mercado Nuestra Señora de África, 1944, Santa Cruz de Tenerife.

La remodelación del edificio

Actualmente, la Recova Vieja (como se la conoce popularmente) ha sido reconvertida en un centro de arte por el arquitecto Carlos Schwartz en el año 1992 y esto ha posibilitado que el edificio haya vuelto a tener vida aunque, eso sí, no conservando todas sus características iniciales.

La fachada apenas ha sido modificada, pero el interior sí ha sufrido transformaciones importantes para poder adaptar el edificio al nuevo uso, es decir, la realización de exposiciones temporales, ya sean de fotografías (que suelen ser habituales) o de pintura, como hemos visto recientemente con la exposición de los alumnos recien licenciados de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de la Laguna.

Además, el edificio ha sido divido en tres partes: el primero de ellos dedicado a la realización de las exposiciones temporales de mayor envergadura; el segundo correspondería a una sala anexa en la que se celebran muestras que requieren de un menor número de metros cuadrados; y, el último, sirve de sede a la Escuela Municipal de Arte Gráfico.

Artículos relacionados

El Mercado de la Encarnación (Sevilla)

El Castillo de San Jorge: mercado y arqueología

Un futuro museo de los barrios históricos de Santa Cruz

El primer museo de arte contemporáneo de España se creó en Tenerife

Un mar de historia: Horatio Nelson y la Gesta del 25 de Julio

(*) Imágenes de elaboración propia. J. Albelo. Excepto Mercado Nuestra Señora de África, realizada por Diego Delso. Creative Commons License.