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Vista aérea de Santa Cruz de Tenerife.

Paso Alto es un enclave destacado de la costa de la ciudad de Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias). Se encuentra a medio camino entre el Barrio de la Alegría y la cercana Valleseco (a cuya playa le dedicaremos otro artículo de un mar de historia próximamente), un lugar en el que encontramos casi escondido el Castillo de Paso Alto, una bella fortaleza que data de 1625 pero que sus formas clasicistas nos recuerdan su reconstrucción de finales del siglo XVIII. Por aquellas fechas y siendo rey de España Carlos IV, nuestro país había declarado la guerra a la poderosa Inglaterra, con la que se disputaba el dominio mundial junto a Francia.

¿Por qué Inglaterra ansiaba conquistar las Islas Canarias?

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Retrato del Contralmirante Horatio Nelson – Lemuel F. Abbot, 1800, National Maritime Museum, Londres. (*)

A ciencia cierta no se conocen las causas por las cuales la Royal Navy, con el contralmirante Horatio Nelson decidió invadir la isla de Tenerife en julio de 1797. Algunas teorías apuntan a que las Islas Canarias eran un lugar privilegiado para el avituallamiento de las flotas en el transcurso hacia América o Asia (a través del Cabo de Buena Esperanza en la actual Sudáfrica), otros apuntan que se trató de un acto de simple pillaje, como el que años atrás había protagonizado el comandante Robert Blake, ya que Canarias era ruta frecuente de los barcos cargados de oro venidos de América y suponían una ansiada presa para los ingleses. Esta última teoría resulta poco acertada según los entendidos en la materia (consulta las referencias al final del artículo), ya que su posición geoestratégica era más importante que el simple pillaje y, además, y más importante, la toma de Santa Cruz de Tenerife podía suponer el fin de la guerra entre España e Inglaterra, una guerra “inapetente” como se ha llegado a calificar, que sólo beneficiaba a la revolucionaria Francia.

La Gesta del 25 de julio de 1797

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Horatio Nelson herido en Santa Cruz de Tenerife, Richard Westall, 1806, National Maritime Museum, Londres. (*)

Sea como fuere, las crónicas nos cuentan que la noche del 21 al 22 de julio de 1797 la flota del contralmirante Horatio Nelson, quien derrotaría a la Armada española en la Batalla de Trafalgar, se disponía a conquistar la ciudad de Santa Cruz, pero sus barcos fueron avistados por una vendedora de pescado que dio la voz de alarma.

El General Antonio Gutiérrez, Comandante General de las Islas Canarias desde 1790 y gran estratega militar supo repeler el ataque continuado de los hombres de Nelson, que se contaban por miles, distribuidos en 9 barcos con más de 250 cañones.

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Cañón Tigre en el Museo Histórico Militar de Canarias, ahora situado en el Centro de Interpretación Castillo de San Cristóbal. (*)

Con la ayuda del famoso cañón “El Tigre”, hoy conservado en el Centro de Interpretación Castillo de San Cristóbal en la parte subterránea de la Plaza de España de la capital tinerfeña, los hombres al mando del General de origen burgalés supieron repeler el ataque de la fuerte Royal Navy, con tal fortuna que lograron alcanzar de lleno una de las extremidades del contralmirante Nelson, que desde ese momento perdió su brazo para siempre.

En el bando tinerfeño apenas había militares y la mayor parte de personas que combatieron formaban parte de una milicia sin apenas armamento, teniendo que usar los propios instrumentos de labranza para defenderse. Aún así, los ataques en tierra fueron contrarrestados y los ingleses tuvieron que rendirse.

Se ha dicho que quizás por desconocimiento del terreno (del que apenas conocían un croquis) o por la furia de los propios santacruceros, que veían amenazadas sus posesiones y su propia vida, los ingleses no supieron concluir satisfactoriamente su incursión en territorio español.

Hoy en día en Paso Alto

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Castillo de Paso Alto, Santa Cruz de Tenerife. Actualmente en desuso. (*)

Este es el resumen de una de las historias más gloriosas (o así al menos se expresan todos los relatos) que ha vivido Tenerife. Yo, que no soy belicoso ni gusto de las hazañas militares, prefiero quedarme con los vestigios de aquella época, aún sabiendo del uso castrense que se le dio a aquellos lugares. Mi interés es histórico, pero también artístico. Histórico en el sentido de la curiosidad que siento por el pasado del lugar en el que habito y artístico en la medida en que el patrimonio (si se conserva) constituye la huella visible y tangible de ese pasado que nebulosamente se lee en los libros.

Hoy en día Paso Alto (al margen del club de ocio para militares que se ha construido) sigue poseyendo su fortaleza. Está en desuso pero la plaza superior se puede visitar y el estado en el que se encuentra, aunque no es el mejor de los deseables, al menos está en mejor situación que todas aquellas fortalezas que se encuentran entre la Avenida de Anaga y el barrio de San Andrés.

Quizás ese aire clasicista le confiera un aspecto de nobleza y la piedra negra en combinación con el blanco de las paredes ayude a no percibirlo como la ruina de lo que fue. Al menos, todo hay que decirlo, permanece en pie y no como el ya mencionado Castillo de San Cristóbal que fue destruido en los años veinte de la centuria pasada en aras del mal llamado progreso. Una pérdida irreparable que lamentaremos para siempre. Qué sana envidia me produce contemplar los castillos de la marina de Arrecife en Lanzarote, hoy en día perfectamente conservados y con uso museístico.

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Castillo de San Gabriel, Arrecife, Lanzarote. Ahora convertido en el Museo de la Historia de Arrecife. (*)

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Castillo de San José, Puerto Naos, Lanzarote. Ahora convertido en el Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC). (*)

El primero de ellos, el Castillo de San Gabriel, como el Museo de la Historia de Arrecife, al que se accede por medio del conocido Puente de las Bolas y el segundo de ellos, el Castillo de San José, más alejado del centro de la ciudad que hoy en día es el Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC), puesto en funcionamiento por el artista lanzaroteño César Manrique y cuya colección artística está al nivel del Centro Atlántico de Arte Moderno de Las Palmas de Gran Canaria (CAAM) o el Tenerife Espacio de las Artes de Santa Cruz (TEA), que fueron construidos posteriormente.

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Castillo de San Juan, Santa Cruz de Tenerife. Actualmente sin uso pero excelentemente restaurado. (*)

Siendo justos, he de decir que al menos otras fortalezas de Santa Cruz de Tenerife han tenido mejor suerte y algunos de ellas han sido restauradas eficazmente, como es el caso del Castillo de San Juan o se mantienen en pie en unas condiciones más o menos óptimas como es la situación de la Casa de la Pólvora y que, además, parece que ahora se les va a dar un uso recreativo. También es preciso mencionar la labor que viene realizando la Tertulia de amigos del 25 de julio, que desde hace más de una década nos recuerdan la derrota de Nelson y sobre todo, que el patrimonio artístico de origen militar sigue en desuso y por tanto, deteriorándose con el paso del tiempo.

Santa Cruz de Tenerife y el incipiente turismo cultural

Nadie en el exterior percibe las Islas Canarias, Tenerife o Santa Cruz como un destino para el turismo cultural. Siempre se ha promocionado el tan cacareado “sol y playa”, que por otra parte, tan buenos resultados económicos ha producido. Ahora, todavía medio dormidos e inconscientes del potencial cultural que posee la isla y en especial su capital, es preciso manifestar que estamos ante una oportunidad única de promocionarla como un destino de turismo cultural como complemento al sol y a las playas. En CROMA siempre hemos apostado por ese tipo de turismo cultural, sin renunciar al descanso que proporcionan las costas bañadas por el mar.Existe otro mar, un mar de historia para ser contado. Una historia artística y un patrimonio histórico-artístico por explotar y dotarlo de uso.

España es un país turístico, no será difícil patrocinar mucho más el turismo cultural

No todo son malas noticias. Desde hace un tiempo, el Museo de Historia de Tenerife en la cercana localidad de San Cristóbal de La Laguna, por cierto, ciudad Patrimonio de la Humanidad y de la que hablaremos en posteriores artículos, viene realizando visitas guiadas por todas estas fortalezas que jalonan la costa de Santa Cruz. Además, todos los 25 de julio podemos asistir a una recreación histórica de la Gesta en la zona del Auditorio de la ciudad de la que pueden disfrutar tanto los visitantes como los habitantes del lugar. También ha aparecido hace escasos dos o tres años un autobús turístico que realiza un recorrido por las avenidas de la ciudad y los cruceros cada vez más, ayudan a poblar el espacio urbano de personas ávidas de conocer sus calles, su historia y su arte.

Está todo (o casi todo) por hacer en lo que respecta al turismo cultural. Tenemos una oportunidad, aprovechémosla. Desde estas líneas estaremos promoviendo iniciativas y haciendo propuestas que creemos que pueden ser enriquecedores para las ciudades. La puesta en valor del patrimonio es el primer paso, la explotación el segundo y la riqueza vendrá como añadido. Ahora, en medio de una crisis económica como consecuencia de un modelo caduco basado en la construcción sin sentido tenemos la oportunidad (vuelvo a repetir la palabra) de construir una nueva economía basada en el conocimiento. España es un país turístico, no será difícil patrocinar mucho más el turismo cultural. Aquellos que tenemos el placer de estar en un sitio de clima benigno reclamamos ahora una revalorización de nuestro patrimonio para ponerlo al servicio de los demás y beneficiarnos todos.

Referencias

AA. VV., La Gesta del 25 de Julio de 1797, Organismo Autónomo de Cultura. Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, 1997. (Puedes descargar el libro completo en  formato pdf)

Tertulia de Amigos del 25 de julio.

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(*) Imágenes: Wikimedia Commons. Creative Commons License, excepto Castillo de San Gabriel y Castillo de San José (Lanzarote) © Silvia Galván.