Adam Bernaert

Adam Bernaert, Vanitas, c. 1665, Walters Art Museum.

A pesar de que tu trabajo esté bien construido, sea interesante, aporte datos e innove, si no tiene una buena bibliografía que lo respalde y la cites bien, ve olvidándote de sacar buena nota, ya que va a ser lo primero que te van a criticar.

Existen dos aspectos a tener en cuenta en relación a la bibliografía dentro de un trabajo: las notas al pie y la bibliografía final.

1. Notas al pie:

Las notas al pie sirven para identificar las fuentes de donde tomas la información que aportas como, por ejemplo, citas textuales o datos precisos que quizás alguien quiera comprobar o conocer su fuente. Para enlazarlos, se coloca en el texto —al final de la palabra, frase o párrafo clave— un número que coincidirá con
el de su nota correspondiente.

En tu procesador de textos tiene que haber una opción que sea «Insertar > Nota al pie» (o algo similar, dependiendo de cuál uses); cada vez que el texto requiera una nota debes acudir a esta opción, que las enumerará automáticamente.

Además, colocará el número junto a la palabra y también en el pie de la página, que es donde deberás escribir la referencia. ¡Atención!: una nota al pie, en ningún caso, justifica el plagio de otra obra, por lo que manéjalas con cuidado y solo cuando sean verdaderamente necesarias.

En cuanto a la manera de citar, hay varias posibilidades, pero dentro de los trabajos de historia e historia del arte lo más genérico es hacerlo del siguiente modo (aunque no está de más que preguntes a tu profesor antes de comenzar a citar):

– Libros: APELLIDO-1 APELLIDO-2, INICIAL DEL NOMBRE., Título del libro, página(s).

– Artículos: APELLIDO-1 APELLIDO-2, INICIAL DEL NOMBRE., «Título del artículo», Título de la publicación, nº (en caso de publicaciones periódicas o series), página(s).

2. Bibliografía final

La bibliografía final, por su parte, sirve para que el lector sepa qué publicaciones y documentos has utilizado para confeccionar el trabajo. No tienen por qué aparecer en las notas al pie, ya que te han podido servir simplemente para extraer una información general que te ha llevado a sacar tus propias conclusiones.

En la bibliografía, la información que se aporta sobre cada publicación es más extensa que en las notas al pie, ya que en las notas al pie tan solo se dan los datos necesarios para poder encontrar la publicación en la bibliografía final.

Existen varios modos de citar, uno de ellos así:

– Libros: APELLIDO-1 APELLIDO-2, NOMBRE, Título del libro. Ciudad de publicación, año de edición del libro, editorial.

– Artículos: APELLIDO-1 APELLIDO-2, NOMBRE, “Título del artículo”, Título de la publicación, nº (en caso de publicaciones periódicas o series), año de publicación del número. Ciudad, editorial.

Dentro la bibliografía final es frecuente que tengas varias publicaciones de un mismo autor y tengas que ordenarlas. En estos casos, lo más habitual es que las ordenes por orden cronológico inverso, es decir, del texto más nuevo al más antiguo, aunque también hay quien las ordena por orden alfabético del título de las obras. Como te decíamos anteriormente, lo mejor es que preguntes a tu profesor y que él te aconseje.

En esta bibliografía no pongas cualquier libro que haya caído en tus manos durante tu investigación. Habrá algunos que, aunque los hayas leído, no te hayan servido para nada, por lo que no es necesario que los incluyas. Recuerda que no por tener más entradas en una bibliografía final te van a poner mejor nota e, incluso, puede ser contraproducente.