San Jerónimo en su estudio

Jan Van Eyck, San Jerónimo en su estudio, 1442, Detroit Art Institute.

La primera definición de studiolo que poseemos podemos encontrarla en la tercera edición del prestigioso diccionario italiano de la Accademia della Crusca, editado en el año 1692, para referirse a un “Piccolo stipo”, es decir, un “pequeño gabinete”.

Sin embargo, el uso de la palabra studiolo, studiuolo o simplemente studio se remonta al siglo XV, como da testimonio el Tratado de Arquitectura de Antonio Averlino (Filarete) de 1464 en el que usaba la palabra studio para referirse al lugar en el que Pedro de Cosme de Médici (1416-1469) se recreaba leyendo sus libros mientras contaba a su alrededor con:

Efigies y retratos de todos los emperadores y hombres nobles que han vivido, realizados en oro, plata, joyas, mármol y otros materiales.

De esta forma, escribía Filarete, Pedro honraba a estas personas:

Como hombre que reconoce la dignidad de los autores y como un gesto de amor hacia ellos.

¿Qué es un studiolo? Algunos de los más conocidos

Complementando la descripción proporcionada por Filarete y, de modo general, podemos decir que los studioli (plural de studiolo) eran unos espacios privados situados en el interior de algunos palacios renacentistas italianos utilizados por los príncipes humanistas de los siglos XV y XVI para el estudio de diversas materias relacionadas con las artes y las ciencias, aunque también se ha relacionado con un carácter representativo, lúdico, mágico –en relación con la alquimia- o incluso erótico.

Normalmente eran de pequeño tamaño (de unos trece o catorce metros cuadrados) y de planta irregular. Estaban compuestos, en su parte inferior, por unas paredes revestidas de madera, para servir de abrigo a la estancia, realizadas por maestros escultores de la taracea que creaban efectos visuales de trampantojo mediante el uso de la perspectiva y que a menudo solían servir como puerta de acceso al interior del studiolo o como armarios y estanterías para albergar diversos objetos (libros, instrumentos para el estudio, etc.); y, en su parte superior, por unas pinturas que presentaban un programa iconográfico normalmente consistente en una secuencia de retratos de personajes ilustres, de las musas o de alegorías de las artes y las ciencias.

Algunos de los studioli más importantes son:

  • Los de Federico de Montefeltro en Urbino y Gubbio.
  • Los de la familia d’Este (Leonello, Borso e Isabella) en Mantua y Ferrara respectivamente.
  • El de Pedro de Cosme de Médici en el Palazzo Médici
  • El de Francisco I de Médici en el Palazzo Vecchio de Florencia, entre otros.

El studiolo de Federico da Montefeltro (1422-1482) en Urbino

Federico da Montefeltro hizo construir dos studioli, uno en el Palacio Ducal de Urbino, ciudad que formaba parte de los Estados Pontificios y otro en su ciudad natal de Gubbio, también perteneciente a esta jurisdicción. Además, su hijo Guidobaldo también dispuso de un espacio no menos importante dentro del Palacio, como es el caso del conocido como Tempietto delle Muse (pintado por Giovanni Santi, una pequeña estancia posiblemente utilizada como studiolo contigua a la Capilla de la Absolución en la que se representaban las musas con atributos musicales (añadir cita).

En todos ellos trabajaron importantes pintores del renacimiento como Cosme Turá, Pedro Berruguete o Juan de Gante y otros artistas como, por ejemplo, Baccio Pontelli o Benedetto da Maiano, un escultor que aparece reseñado en el libro de Vasari (Vidas) como el mejor artista de la taracea de su momento.

Studiolo de Urbino

Por lo que respecta al studiolo de Urbino, dentro de lo que en la actualidad se conoce como la Galería Nacional de las Marcas y cerca de la biblioteca, encontramos esta habitación parcialmente desmantelada en lo que respecta a su parte superior, ya que algunas pinturas realizadas por los artista Pedro Berruguete y Juan de Gante ahora se muestran en el Museo del Louvre, requisadas en el siglo XIX por el Emperador Napoleón Bonaparte.

El motivo iconográfico de las pinturas consistía en una serie de 28 «retratos» de personajes ilustres que para el Duque habían sido importantes para su formación intelectual. Se trataba, por decirlo en otras palabras, de mentores que inspiraban a Federico a convertirse en un hombre virtuoso.

Así, aparecían representados grandes pensadores como:

1) Ptolomeo (astrónomo greco-egipcio).

2) Euclides (matemático griego).

3) Aristóteles (filósofo griego).

4) Dante Alghieri (escritor italiano).

5) el Cardenal Bessarion (Cardenal de la época).

6) El Papa Sixto IV.

7) Pietro D’Abano (médico y astrólogo).

8) Platón (filósofo griego).

9) San Agustín (Teólogo).

10) San Jerónimo.

11) Santo Tomás de Aquino.

12) Séneca.

13) Solón (Poeta y legislador griego).

14) Vitorino da Feltro (su maestro).

15) Virgilio (escritor latino).

16) Cicerón (escritor latino).

17) Boecio (filósofo y teórico musical romano).

18) San Ambriosio.

19) Papa Gregorio.

20) Homero (escritor griego).

21) Moisés (personaje bíblico).

22) Salomón (personaje bíblico).

23) Duns Scotus (teólogo).

24) Papa Pío II.

25) San Alberto Magno (teólogo).

26) Bartolo de Sassoferrato (jurista italiano del renacimiento).

27) Hipócrates (médico y geógrafo).

28) Petrarca (poeta renacimiento), etc.,

Y todo ello junto con un texto de alabanza o encomium con el que el Duque pretendía rendir un pequeño tributo.

Atendiendo a la procedencia de estos podemos establecer tres grupos clasificatorios que incluirían:

  • Religiosos (papas, cardenales y teólogos): Cardenal Bessarion, Papa Sixto IV, San Agustín, San Jerónimo, Santo Tomás de Aquino, San Ambrosio, Papa Gregorio, Moisés, Salomón, Duns Scotus, Papa Pío II, San Alberto Magno.
  • Escritores/Filósofos (elocuencia: dialéctica, retórica, gramática): Dante, Platón, Artistóteles, Séneca, Virgilio, Cicerón, Homero, Petrarca, Solón, Bartolo, Hipócrates (la medicina se relacionaba con la filosofía).
  • Otros (matemáticas: aritmética (números), geometría (ángulos), astronomía (astros), música(cantos)): Ptolomeo (astronomía), Euclides (geometría), Vitorino da Feltro, Boecio (música).

Afortunadamente, la parte inferior, no ha sido separada de los muros originales, por lo que se conserva intacta y en excelente estado de conservación. Esto nos permite realizar una interpretación completa del programa iconográfico expuesto y nos proporciona algunas pistas interesantes sobre los motivos que resultaban de especial interés para el condottiero Federico III da Montefeltro.

Esta ataracea realizada por los artistas da Maiano y Pontelli contienen una simbología asociada a la música, tanto en lo que se refiere a las partituras musicales como a los instrumentos representados (laúd, violín, flauta, órgano, clavicordio, tambor y pandereta).

Según el investigador Robert Kirkbride esta zona de la sala se diferencia de la superior sobre todo por su carácter más desenfadado, resaltando el carácter privado del lugar y haciendo una descripción de algunos de los objetos que allí se representa.

En su obra Architecture and Memory: The Renaissance Studioli of Federico da Montefeltro, escribe que:

incluyendo la espada y la maza (y un añadido de fruta confitada), veinticuatro objetos están dispuestos en los bancos de Urbino. En otra parte nos encontramos unos cajones con las letras ‘CO’ (conteniendo dos flautas), unos cascabeles, un laúd, tres flautas, dos peras, un contenedor con frutas confitadas (con dos cucharas), un clavicordio, una espinillera y una espuela dorada de Gonfaloniero (Caballero del papa), un cojín, un violín tallado con puente torcido, otro laúd (boca abajo) y, tres libros, dos de los cuales tienen páginas arrugadas.

Yo añadiría:

  • De los instrumentos musicales: un órgano en el que encontramos una inscripción con el nombre de «Juhani Castellano».
  • De otros objetos: el reloj de arena, la esfera armilar y el soporte de libros, entre otros.
  • También aparecen las tres virtudes cristianas y el propio Federico de Montefeltro para completar el ciclo.

Todos estos objetos representados han sido motivo de diversas interpretaciones, ya que no disponemos de un documento escrito que especifique por qué se siguió este programa iconográfico. Estas interpretaciones han puesto de relieve que se trata de un ciclo educativo-representativo-simbólico concebido desde la perspectiva de la pedagogía humanista.

Se ha relacionado la construcción del studiolo con la representación de la armonía a través del concepto de la mathesis universalis, es decir, la totalidad de los fenómenos, el cosmos. Esta armonía, de supuesta procedencia divina, se manifestaría a través de las matemáticas, incluyendo la música, astronomía, aritmética y la geometría.

Si la parte pictórica estaba dedicada a estos personajes ilustres, la parte inferior estaba destinada a representar objetos cotidianos e instrumentos, en el amplio sentido de la palabra.

Según la RAE, la palabra instrumento, del latín instrumentum, se refiere al conjunto de diversas piezas combinadas adecuadamente para que sirva con determinado objeto en el ejercicio de las artes y oficios. Así, encontramos representados instrumentos como: compás, libros, esfera armilar, instrumentos musicales.

Por lo que podemos hablar de este studiolo no sólo como espacio representativo-simbólico de aprendizaje privado, sino también de disfrute y goce intelectual.

Lectura recomendada: El oscuro origen de la palabra museo.