Lo habías pedido y aquí lo tienes: salidas profesionales de Historia del Arte. Algunos son más conocidas que otras, pero lo que está claro es que no todo se reduce a la enseñanza. Nuestra recomendación es que estudies detenidamente cada punto y visualices en qué puedes trabajar en el futuro, porque una cosa sí te podemos garantizar: no te lo van a poner nada fácil cuando te incorpores al mercado labora.

La segunda recomendación es que si de verdad crees que esta información puede ser de interés para otras personas, compártela con ellos. No pienses que esto te va a perjudicar, porque pensar eso sería de mediocres y no conozco ningún buen historiador del arte, que se precie de serlo, que se guarde información importante para sus compañeros. Además, si lo compartes, nos animas a seguir creando contenidos valiosos.

Sin más, aquí tienes el listado:

Trabajar en la Enseñanza

Si tu vocación es transmitir conocimientos a otros, la enseñanza es una opción estupenda para ti. Hay varios campos en en los que podrás desarrollarte:

1. En la enseñanza pública: A través de oposiciones oficiales podrás optar a dar clase tanto en la enseñanza secundaria como en la universitaria, siempre en asignaturas relacionadas con la carrera.

2. En la enseñanza privada: Mediante un contrato en un centro privado podrás optar a las mismas salidas que en la enseñanza oficial.

3. Como profesor autónomo: Una tercera vía es especializarte en distintas temáticas y dedicarte a dar conferencias, charlas o coloquios en centros culturales, centros docentes, fundaciones, etc.

Trabajar en Galerías de arte

Esencialmente una galería de arte es un espacio en donde se compra y se vende arte, de ti dependerá que sea algo más. Por ejemplo, se puede transformar en un espacio para la cultura donde se realicen actividades paralelas y, sobre todo, en un lugar de proyección de artistas consolidados, emergentes o desconocidos totalmente.

En cuanto a este tipo de actividad, existen dos opciones:

4. Abrir tu propia galería: De esta forma te convertirías en un empresario que gestionaría su propio negocio. En este caso, te recuerdo que en la carrera de Historia del Arte no se imparte ninguna asignatura sobre cómo gestionar este tipo de empresas.

Pero, en cambio, sí te enseñan un requisito indispensable, que es la sensibilidad a la hora de tratar tanto con la mercancía (los objetos artísticos) como con sus creadores (los artistas).

5. Trabajar para una galería como colaborador: En este caso, tendrías que colaborar en distintas tareas como realizar un catálogo razonado de una exposición, comisariar una exhibición, asesorar en la compra y venta de obras, desarrollar proyectos expositivos, etc.

Trabajar en Editoriales

Hoy en día las salidas hacia en este área son dos:

6. Publicaciones especializadas: Nos referimos a las publicaciones que tradicionalmente todos conocemos y que tienen como soporte el papel. Se trataría, bien de publicar libros escritos por ti —pero para ello necesitas a un editor—, o bien colaborar con revistas especializadas en arte, diarios y otras publicaciones de carácter periódico realizando crítica de arte, ensayos, artículos informativos, etc.

7. Plataformas digitales: La otra opción es utilizar la tecnología digital y crear tu propio blog con contenidos sobre arte y cultura. De esta forma, no dependerías de terceros y podrías tener tu propia línea editorial con una publicación gratuita de los contenidos, que podría complementarse con productos o servicios de pago, ya sean
libros electrónicos, cursos especializados, etc.

Trabajar en Asesoramiento

Los trabajos de asesoramiento como historiador del arte son más abundantes de lo que en un principio pueda parecer, ya que abarcan numerosos ámbitos que se pueden desarrollar tanto en la esfera pública como en la privada. En general, consiste en aportar tu conocimiento en los diferentes trabajos en los se requiera información concreta en relación a la historia del arte. Tu conocimiento será fundamental en las siguientes actividades profesionales:

8. Artes escénicas, artes audiovisuales, televisión y publicidad: El papel a desempeñar en estos trabajos sería el de documentalista, una labor que exige investigar e interpretar, algo para lo que un historiador del arte está perfectamente formado.

Tanto en el teatro como en la danza, cuando se necesite crear escenografías fieles a una época, podrás documentar al equipo artístico. Será necesario indicar cuál era el estilo imperante en la época, los autores más importantes, las disciplinas artísticas del momento e incluso las teorías artísticas o las técnicas utilizadas. En el cine y la
televisión, además de lo anteriormente dicho, podrás asesorar en la construcción misma del guión cuando se trate de alguna película relacionada con las artes o de algún documental sobre artistas, movimientos artísticos, el mercado del arte, etc.

La publicidad es otro ámbito en el que es posible aportar tus conocimientos. Puedes descubrir a los creativos la potencia del gran conjunto de imágenes que nos ofrece la historia del arte y la gran cantidad de discursos que existen detrás de ellas; un conocimiento que suele ser muy superficial dentro del mundo de la publicidad. De esta
manera, puedes ayudar a crear nuevas formas publicitarias basadas en la calidad de estas imágenes.

9. Coleccionistas de obras de arte: El mundo del coleccionismo de obras de arte es muy amplio tanto en el ámbito público como en el privado. Es aconsejable que para acometer este tipo de trabajo te especialices en el arte contemporáneo, porque es el que más se comercializa y, por tanto, el que más se colecciona.

La labor de un historiador del arte en este entorno es fundamental, ya que puede aconsejar qué obra adquirir para una colección o qué obra vender. Pero también puede organizar las colecciones y realizar inventarios de las mismas. Además, estos inventarios exigen la elaboración de una memoria que se conoce como catálogo razonado, un documento que tiene como finalidad ser una fuente para el conocimiento y estudio de la colección y que se utilizará tanto para la venta como para la investigación.

Los coleccionistas pueden ser personas físicas, administraciones públicas (gobiernos, cabildos, diputaciones, ayuntamientos, etc.) o entidades privadas (fundaciones, grandes empresas o bancos y cajas de ahorros). La Iglesia es otra institución que tiene una gran cantidad de obra artística, en este caso de carácter religioso. Si te
gusta el arte sacro, hay mucho trabajo que realizar, ya que en cualquier ermita, iglesia o convento siempre hay suficiente obra religiosa que sería adecuado inventariar.

10. Cuerpo Nacional de Policía: Si tu vocación es salvaguardar y proteger el patrimonio desde la Administración pública, existe en los cuerpos de policía de todos los países una brigada de patrimonio histórico. Su competencia específica es la investigación de todas las agresiones contra el patrimonio histórico, artístico y cultural, tanto de titularidad pública como privada que se producen en el territorio nacional (obras de arte, esculturas, pinturas, elementos arquitectónicos, etc.).

Trabajar en el ámbito del Patrimonio Histórico-Artístico Arquitectónico

Si tu interés está en dedicarte a actividades relacionadas con el patrimonio arquitectónico, es requisito indispensable que desde el inicio de la carrera escojas todas las asignaturas relacionadas con arquitectura y urbanismo. Además, es muy aconsejable que aprendas paralelamente algunas nociones básicas de arquitectura y delineación de planos con programas informáticos. Los ámbitos en los que podrás desarrollar tu carrera son los siguientes:

11. Urbanismo: El urbanismo es el estudio y planificación de la ciudad atendiendo a los diversos agentes que la conforman, como el geográfico, el social, el económico, el arquitectónico, etc. El urbanismo de todos los núcleos se rige por un programa que tiene el objetivo de ordenar el territorio y que se conoce como Plan General de
Ordenación Urbana (PGOU). Estos planes los desarrollan los arquitectos urbanistas, pero en la actualidad es muy frecuente la colaboración con un equipo multidisciplinar constituido por geógrafos, historiadores del arte, economistas, abogados, sociólogos, paisajistas, etc.

Uno de los objetivos de estos planes es la delimitación y protección de los conjuntos y sitios históricos, así como de los edificios históricos aislados. Para ello, se realiza un catálogo de protección estos edificios que incluye una ficha técnica de cada uno (situación, año de construcción, etc.) y, lo más importante, los valores patrimoniales por los que se debe proteger. Aquí es donde participarías tú, ya que el conocimiento de un historiador del arte es fundamental. Si te has formado convenientemente, podrás distinguir qué edificios se deben o no proteger atendiendo a sus valores arquitectónicos, artísticos e históricos. La elaboración de estos catálogos de protección viene determinada por el artículo 20 de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español, cuyas competencias han sido transferidas a las autonomías.

12. Elaboración de informes y dictámenes de edificios históricos y monumentos: Todas las intervenciones, ya sean de restauración, rehabilitación o conservación, que se vayan a efectuar en edificios históricos o monumentos deben ir acompañadas de un informe de un historiador del arte. En este informe se elabora una contextualización del bien a proteger, así como un análisis y una conclusión sobre la intervención que se va a acometer.

13. Peritaciones: En ocasiones se producen denuncias por parte de la administración competente hacia intervenciones que, de forma pública o privada, se realizan en edificios protegidos. En estos casos, si el conflicto no se resuelve de forma administrativa, se abre un procedimiento judicial.

Es aquí donde aparece la figura del perito judicial, que formará parte de la defensa o de la acusación dependiendo de quién lo contrate. Su labor será emitir un dictamen con un estudio pormenorizado de las intervenciones realizadas y exponer unas conclusiones que aclaren si las intervenciones efectuadas se ajustan o no a la Ley del
Patrimonio Histórico. Este tipo de dictamen, por sus conocimientos y titulación, solamente lo pueden realizar un historiador del arte especializado en patrimonio arquitectónico o un arquitecto especializado en patrimonio.

Trabajar como Tasador

Otra profesión en la que puedes desarrollarte es la de tasador. Consiste en saber valorar y fijar el precio de una obra de arte atendiendo a varios factores, como la fecha de realización, el material con el que está realizada, la relevancia del artista, el estado de conservación, etc. Para realizar este trabajo es imprescindible un curso
o un máster de especialización que te oriente, ya que la carrera de Historia del Arte seguramente no te aporte ningún conocimiento en relación con este campo.

El abanico de posibilidades es mayor de lo que uno pueda pensar en un primer momento.

Te señalo algunos de los ámbitos en los que puedes trabajar como tasador:

14. Compañías aseguradoras: Requieren de tasadores que valoren las obras de arte que tengan que asegurar para sus clientes.

15. Notarías: En caso de herencias de obras artísticas, los notarios deben dar valor a los objetos artísticos heredados, por lo que se requiere un tasador especializado en arte.

16. Peritación: En caso de litigios judiciales relacionados con el precio de obras de arte, los jueces nombran, cuando no hay acuerdo entre las partes, a un perito tasador imparcial.

17. Bufetes de abogados: Dentro de los bufetes de abogados se puede trabajar como tasador de una de las partes que se encuentra en litigio.

18. Mercado del arte: También puedes trabajar en casas de subastas, anticuarios y galerías de arte, asesorando sobre el valor de los objetos artísticos que están presentes en estos negocios.

Extra: Trabajar como Gestor Cultural

Este es un ámbito muy amplio, pero de forma sucinta podemos decir que se trata de gestionar productos culturales: desde un concierto de música hasta una exposición de pintura, pasando por un festival de cine o unas jornadas sobre museos. Un historiador del arte, por su formación, se encuentra en estrecha relación con el mundo de la cultura y esto, sin duda, le puede ayudar.

No debemos olvidar, sin embargo, que un gestor cultural es un empresario y, por tanto, debes tener una mentalidad adecuada, es decir, ver la cultura como un producto más dentro un mercado que tiene una oferta y una demanda y en el que muchas veces es complejo destacar y generar beneficios. También hay másteres que tratan la gestión cultural y que es aconsejable realizar para tener una mayor preparación.

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