El monasterio de Santes de Creus es uno de los tres monasterios cistercienses más importantes de Cataluña. Poblet y Vallbona son los otros dos, y juntos forman parte de la Ruta del Císter.

Fundación e historia

Fachada del Monasterio de Santes Creus.

Fachada del Monasterio de Santes Creus.

El monasterio de Santes Creus surge a raíz de una donación de tierra que la familia Montcada hace a la abadía de Grandselve (hija de Claraval) el año 1149 con el fin de que se instalara una comunidad cisterciense. Esto supuso en nacimiento del monasterio de Valldaura. Sin embargo, estando este monasterio en un lugar poco adecuado, la comunidad pronto decide buscar unas tierras mejores. En 1160 los monjes se instalan a la orilla del río Gaià, en unos terrenos donados por Guerau Alamany de Cervelló y Guillem de Montagut, una zona donde se erigían unas cruces que conmemoraban la visión de unas luces sobrenaturales.

Desde el principio la abadía cuenta con el favor de los monarcas aragoneses, algunos de los cuales establecieron ahí su sepulcro, así como con privilegios otorgados por la Santa Sede. A partir de 1296, los abades de Santes Creus se convierten en los capellanes de los reyes de Aragón. En 1375, el rey Pedro IV el Ceremonioso ordena fortificar el monasterio.

Tras varios siglos de pacífica vida monástica, Santes Creus comienza su decadencia a principios del siglo XIX con la invasión napoleónica para, finalmente, ser suprimido el año 1835. El edificio queda abandonado y muchos de sus bienes fueron expoliados. Sin embargo, el año 1921 el monasterio de Santes Creus es declarado monumento nacional.

Arquitectura

El monasterio de Santes Creus se comenzó a construir a finales del siglo XII según el plano bernardino y en la actualidad son numerosos los espacios que se encuentran en buen estado de conservación.

Monasterio de Santes Creus, interior de la iglesia.

Monasterio de Santes Creus, interior de la iglesia.

La iglesia, iniciada en 1174, no fue definitivamente concluida hasta el año 1411. Es de planta de cruz latina, con tres naves, capilla mayor cuadrada y cuatro capillas laterales también cuadradas. Gruesos pilares separan las naves y sustentan las bóvedas de crucería que cubren el templo. Los arcos fajones, en lugar de llegar hasta el suelo, acaban a mitad del pilar con un remate en forma de rollos. Se trata de un templo austero y sin decoración, a excepción del ventanal de coloridos vitrales de la fachada.

Sepulcro de Jaime II el Justo y Blanca de Anjou.

Sepulcro de Jaime II el Justo y Blanca de Anjou.

Sepulcro de Pedro III el Grande.

Sepulcro de Pedro III el Grande.

Destacan en los brazos del crucero dos monumentos funerarios. El primero de ellos es el del rey aragonés Pedro III el Grande (†1285). Iniciado en 1291, participaron en su elaboración el escultor Bartomeu de Girona, el cantero Guillem de Orenga y los pintores Gil, Pere Sanç y Andreu de la Torre. El sepulcro consta de una urna de pórfido (según algunos autores realizada en época antigua), una losa de jaspe y un cuerpo superior en forma de templo decorado con figuras dentro de arcos. Apoya sobre las figuras de dos leones y es cubierto por un dosel de piedra con arcos góticos.

El segundo de los sepulcros corresponde al rey de Aragón Jaime II el Justo (†1327) y su esposa Blanca de Anjou (†1310). Iniciado en 1312, fue realizado por el maestro constructor Bertran de Riques y el escultor Pere de Prenafeta. Se inspira en el sepulcro de Pedro III el Grande, y consta de una urna negra de pizarra encajada dentro de una caja de piedra decorada con arquillos góticos y de una tapa a dos aguas con las imágenes de los reyes yacentes.

Claustro del Monasterio de Santes Creus.

Claustro del Monasterio de Santes Creus.

Detalle de un capitel del Claustro del Monasterio de Santes Creus.

Detalle de un capitel del Claustro del Monasterio de Santes Creus.

El claustro, que se encuentra al sur de la iglesia, fue comenzado el año 1313. De estilo gótico, cuenta con una profusa decoración (escenas bíblicas, animales, seres mitológicos, elementos heráldicos…), muy lejos de los ideales cistercienses de sobriedad y sencillez. Este espacio se convirtió, además, en una necrópolis nobiliaria.
En el centro del claustro se eleva el templete del lavatorio (siglos XII-XIII), que destaca sobre aquel por la austeridad de sus elementos. En torno al claustro se conserva el la sala capitular (siglo XII), el dormitorio y su escalera de acceso a la iglesia (siglos XII-XIII), la capilla de Assumpta (siglo XVI, es el antiguo armarium), el locutorio (siglos XII-XIII), el scriptorium (siglos XII-XIII), una cárcel para los monjes (siglos XIII-XIX), la galería de los conversos (siglos XIV-XVI) y el priorato (siglos XIV-XIX).

Dormitorio del Monasterio de Santes Creus.

Dormitorio del Monasterio de Santes Creus.

Interior del Palacio Real.

Interior del Palacio Real.

Santes Creus cuenta con un segundo claustro (siglos XIII-XVII) al este del primero. En torno a él se conserva la cocina (siglos XVII-XIX), el refectorio (siglos XVII-XVIII), las estancias de los monjes jubilados (siglo XVII), la enfermería (siglos XVII-XVIII), restos de un primer asentamiento (siglo XII) y la capilla de la Trinidad (siglo XII). También en torno a este segundo claustro se encuentra el Palacio Real. Construido entre los siglos XIII y XIV, fue primero palacio real y después residencia abacial. Su estructura es la propia de cualquier palacio civil catalán de la época: un patio con una escalera en uno de sus lados y una galería en el segundo piso. Llama la atención por la belleza y el lujo de sus elementos, que contrastan con la austeridad de la vida monacal.

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(*) Imágenes: Natalia G. Barriuso.