¿Qué sería de la mitología griega sin Zeus? Es difícil de imaginar.

Sin Zeus, nos faltarían dioses como Atenea, Hermes, Apolo, Perséfone, Ares, Dioniso o Ártemis. Tampoco existirían Perseo y Heracles (ya sabes, Hércules para los romanos), así que todos los monstruos con los que ellos acabaron seguirían campando a sus anchas.

Sin Zeus, los griegos se habrían ahorrado la Guerra de Troya porque Helena no habría nacido. Odiseo no habría estado diez años viviendo aventuras de regreso a casa (eso si no tenemos en cuenta que Zeus es su bisabuelo), y Orestes y Electra no habrían tenido que vengar la muerte de Agamenón.

Sin Zeus, Cronos nunca habría sido vencido, ni los gigantes, ni los titanes. Los libros de mitología se resolverían en muchas menos páginas.

Y posiblemente serían más aburridas.

Zeus es el punto de cohesión de la mitología griega.

Algunas claves para entender la mitología griega


Los dioses griegos nacen, crecen, se reproducen… y no mueren. Tienen todo el tiempo del mundo. Hasta se aburren y deciden interactuar con las personas. Porque los dioses griegos y los humanos son muy parecidos.

No son como en otras religiones, unas entidades impertérritas e impasibles, ajenas a todo lo que ocurra en el mundo mientras se siga su mandato, sino que sus emociones y comportamientos coinciden con los de las personas.

La diferencia fundamental es que ellos llevan todo al límite. Es decir, sienten y reaccionan con más fuerza, se enamoran y se ofenden más.

Zeus, como dios supremo, es el más extremo de todos en lo relativo al amor y al deseo. Por eso, para intentar organizar un poco el complejo panorama amoroso de Zeus, vamos a dividirlo en sus matrimonios (siete consecutivos, nada menos) y en sus amantes, divinas y mortales.

Los matrimonios de Zeus


Es lo que tiene la inmortalidad y ser la máxima autoridad celestial, que puedes permitirte siete matrimonios.

Eso sí, uno tras otro, porque en Grecia no se practicaba la poligamia, los dioses tampoco. De esta manera, Zeus eligió pasar una etapa de su vida con diferentes diosas, hasta quedarse con la definitiva, su hermana Hera (lo de casarte con tu hermana tampoco se practicaba en Grecia, salvo los dioses).

De estas uniones nacieron hijos, también dioses, que entraron a formar parte del panteón griego.

La lista es esta:

Metis

Puede que no sea muy conocida, pero juntos tienen nada menos que a Atenea, una de las principales divinidades e hija predilecta de Zeus.

Temis

Tienen a las Horas.

Eurínome

De esta unión nacen las Cárites, que son más conocidas con su nombre latino, las Gracias.

Mnemosine

El resultado de este matrimonio son las nueve Musas.

Leto

Los mellizos Apolo y Ártemis son los hijos de esta unión. Sin embargo, a Zeus no le importó demasiado abandonarla cuando aún estaba embarazada y casarse con Hera.

Hera

Se convertirá en la esposa final. Tienen a Ares, a Hebe (futura esposa de Heracles) y a Ilitía.

Las amantes de Zeus

Aquí la cosa se complica.

El abanico de amantes de Zeus es casi interminable.

Tanto, que los tenemos divididos según su naturaleza. Por un lado, las divinidades, y por otro, los mortales (cambio al masculino porque no podemos olvidarnos de Ganímedes), que son siempre princesas o príncipes.

Y aún así, es imposible siquiera mencionar a todos.

Digamos que Zeus tenía toda la eternidad por delante para buscarse amantes, mientras que nuestro tiempo (de lectura y en la vida) es bastante más limitado.

Además, tenía unos porcentajes de éxito a la hora de ser aceptado, como de acierto en cuanto a fecundación se refiere, que rozaban la perfección.

Pero para eso es el dios de los dioses, ¿no? Dentro de las amantes inmortales, la mayoría son divinidades secundarias, como Selene o varias pléyades.

Pero si tenemos que elegir la principal unión extramatrimonial para el panteón griego, sin duda es Maya. Y es que el hijo que tienen es uno de los dioses más conocidos e importantes, Dioniso.

Antes de ver la lista de amantes mortales, hay que explicar algo fundamental.

Zeus no se puede mostrar tal cual es a ninguna persona. Su esplendor la fulminaría al instante. Por eso, tiene que metamorfosearse. En lo que sea, que no sea él. No hay límites.

En serio, no los hay.

Puede ser en otra persona, en un animal o hasta en un fenómeno atmosférico.

Ahora sí, vamos con algunas de las más conocidas:

Ío

Empezamos con una de las más originales. Zeus se transforma en el vapor de un río para estar con ella. Hera se enteró y, como resumen, Ío acabó en Egipto metamorfoseada en vaca.

Europa

Zeus se le aparece como un toro blanco y manso. Europa se sube en su lomo y… bueno, resulta que el toro era capaz de correr sobre el mar y llevársela hasta Creta. Son padres (entre otros) del rey Minos, el del laberinto del Minotauro.

Dánae

Zeus elige convertirse en una lluvia de oro que se cuela por las rendijas de la cámara subterránea y metálica donde su padre la tiene confinada. Tienen a Perseo, el que decapita a Medusa y salva a Andrómeda, entre otras hazañas.

Alcmena

Alcmena no quiere ser infiel a su marido, así que Zeus se las ingenia para fingir que es el marido. Cuando llegó el de verdad no la cree (¿cómo hacerlo?) y casi la quema. Menos mal que Zeus apagó las llamas, porque nos habríamos quedado sin Heracles.

Calisto

Es una ninfa del cortejo de Ártemis que ha jurado ser virgen. Zeus encuentra una laguna en su convicción: ¿seguiría siendo virgen si es la propia Ártemis la que intenta mantener relaciones con ella? Para probarlo, Zeus se transforma en la diosa.

Leda

Otro de los más curiosos. Zeus se transforma en cisne, Leda pone dos huevos y de cada uno sale una pareja de gemelos, dos niños y dos niñas. Para complicarlo más, solo uno de cada sexo es hijo de Zeus. Las niñas son nada menos que Helena (la de Troya) y Clitemnestra (la futura esposa de Agamenón).

Pero no todo iba a ser perfecto

Resulta que para Grecia la perfección no existe ni cuando hablamos de Zeus. Y es que sus estadísticas de éxito no llegaron al cien por cien.

Hubo excepciones, tanto de personas que lo rechazaron abiertamente como de amantes que no se quedaron embarazadas.

Son casos excepcionales, pero ahí están, para demostrar que nadie, ni Zeus, es infalible. Un chute de modestia de vez en cuando nunca viene mal.

¿Y quiénes son estas singulares personas?

Vamos a citar solo a cuatro (tampoco es que haya muchas más):

  • Sinope
  • Asteria
  • Euforión, el chico del grupo.
  • Calírroe. Sí fue su amante, pero no tuvieron descendencia.

Y una última aclaración

Hay una clara explicación de por qué Zeus tuvo tantas amantes mortales. Si nos fijamos bien, prácticamente la totalidad de ellas son hijas o esposas de reyes. Las mujeres del pueblo no le interesan lo más mínimo, ni a ningún otro dios.

Y esto se debe a una cuestión.

Recordemos que Grecia estaba configurada como ciudades-estado. Es decir, una población y el territorio que la rodea, gobernada por un rey, rodeada de otros reinos igual de pequeños. Estas dinastías encuentran en la mitología su legitimidad, por qué es esa familia la que debe regentar el poder.

¿Y por qué? Pues porque descienden de un dios. De Zeus, a poder ser. Es su forma de justificar su posición privilegiada.

¿Cómo usurpar el trono, cómo deponer a alguien con sangre divina? Solo puede hacerlo alguien en las mismas condiciones: otra casa real, que ha seguido la misma estratagema.

De esta forma, la historia se introduce en la mitología y la mitología en la historia. Se entremezclan, se apoyan la una en la otra y se llegan a confundir.

Es lo que tienen las religiones, que a veces los dioses bajan a la tierra.

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